Dust: An Elysian Tail salió hace 6 años en Xbox 360 y fue un título muy llamativo por estar hecho en su mayor parte por una persona y por su colorido apartado gráfico y artístico. Su sistema de combate y exploración también fue digno de elogio a la par que la comodidad de sus controles. Tras lanzarse en PC (y consecutivamente a Mac y Linux), PlayStation 4 e incluso iOS, le ha llegado el turno a la híbrida de Nintendo. En este análisis exploramos una vez más con el amnésico Dust y su compañera Fidget la nueva adaptación de la compañía Humble Hearts.

POLVO ERES Y EN POLVO TE CONVERTIRÁS

La historia comienza con un amnésico guerrero llamado Dust, que no recuerda absolutamente nada. Acompañado de una diminuta criatura voladora llamada Fidget y la Espada de Ahrah (la cual tiene conciencia y puede hablar) Dust deberá hallar las respuestas sobre quién es y su misterioso pasado. Aparte de la trama principal contamos con misiones secundarias de los aldeanos que nos encontremos en la primera aldea, las cuales nos harán viajar a otras regiones para cumplir dichas misiones.

Tormenta Dust es una de la habilidades más divertidas del juego y que más usaremos, aunque abusar de ella nos puede traer problemas.

La amnesia de Dust ha hecho bastante mella en él al comienzo de la aventura, pues apenas tiene nociones del combate. A medida que avancemos en la aventura iremos recuperando gradualmente habilidades y seremos más ágiles y poderosos. Una de mis habilidades favoritas y que conseguimos nada más empezar el juego es sin duda la tormenta Dust, que consiste en mantener el botón Y para generar un torbellino con la espada. En combinación con los proyectiles de nuestra compañera Fidget, podemos encadenar ataques potentes frente a grandes grupos de enemigos. También el uso de la tormenta Dust en el aire nos permite impulsarnos a plataformas que de otra manera son inalcanzables, todo ello gracias a los enemigos con los que podemos ir ganando altitud. Eso sí, abusar de esta habilidad hará que perdamos el equilibrio y se interrumpa la cadena de combos por lo que hay que usarlo durante un breve periodo de tiempo.

La versión de Nintendo Switch no tiene ninguna novedad ni extra jugable en comparación con el resto de versiones. Es una adaptación a la consola de Nintendo y punto. Eso sí, cuenta con su propio sistema de logros ya que Nintendo Switch no cuenta con uno propio para los juegos. Los controles con los joy-con son cómodos y precisos, no se aprecia ningún retardo en el tiempo de respuesta y podemos usar tanto el stick izquierdo como el Pad direccional para movernos. El juego no aprovecha los controles por movimiento de los joy-con como el giroscopio.

En un juego de este tipo no pueden faltar los jefes. Dependiendo del nivel de dificultad elegido pueden ser un paseo o todo un desafío.

APARTADO TÉCNICO

Gráficamente el juego no cuenta con ninguna mejora en comparación con lo que ya vimos en el resto de plataformas. En el modo sobremesa funciona a 1080p mientras que en el modo portátil fuciona a 720p. Ambos modos funcionan a 60 fotogramas por segundo. Hay un par de costuras que me gustaría detallar del juego que he visto: en el modo sobremesa, al haber un diálogo, los retratos de los personajes parecen ser de menor calidad  pues su resolución parece contrastar con la del resto del juego, cosa que no ocurre en el modo portátil. Parece ser que por algún motivo los retratos de los personajes están limitados a 720p, no sabemos si de manera intencionada o por un fallo del juego. En todo caso no es nada importante pero notablemente fácil de percibir.

Otro punto, y este ya me parece más destacable, es que el juego presenta algunas bajadas de rendimiento. Y no solo en situaciones de mayor estrés para la consola de Nintendo (gran concentración de enemigos, abuso de frutas explosivas contra hordas…), si no también en ciertos escenarios vacíos. Esto ocurre tanto en el modo sobremesa como en el modo portátil. No lo hace injugable pero sí me parece importante detallar que el rendimiento no es cien por cien perfecto.

Aunque el juego no está en físico, su descarga es muy pequeña. Tan solo de 996 MB, sin llegar siquiera al gigabyte de descarga, por lo que las memorias internas de vuestras consolas y vuestras tarjetas MicroSD pueden respirar tranquilas, es un juego que no ocupa demasiado espacio de almacenamiento. Respecto a la banda sonora, a cargo de Hyperduck Soundworks, es tan buena como cuando salió.

CONCLUSIÓN

Dust: An Elysian Tail es un juego que siempre merece la pena volver a jugar. Años después sigue siendo muy cómodo y divertido de controlar, aunque si ya lo habéis jugado en su día y buscáis algún aliciente para rejugarlo, no lo vais a encontrar. Su única baza interesante es el poder jugarlo donde quieras debido al estatus de consola portátil de Nintendo Switch. Los que todavía no hayan jugado a esta pequeña joya independiente están tardando. Solo encontrarán como pega algunos leves problemas de rendimiento en situaciones muy intensas y en determinadas zonas.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Humble Hearts