A pesar de la globalización de estos días, incluso en la industria del videojuego, no deja de ser curioso ver un juego del que se puede considerar un subgénero localizado geográficamente desde hace ya muchos años, desarrollado por un estudio de otro lugar. Este es el caso de Legrand Legacy, un JRPG de corte clásico que nos recuerda a títulos de aquella época de apogeo del género en la generación de las 32bits, como por ejemplo a The Legend of Dragoon o Suikoden, y que esta vez nos viene de la mano de Semisoft, un estudio indonesio.

No es la primera vez que un estudio de fuera de Japón se atreve con un JRPG, pero seguro que haciendo un poco de memoria, no nos costará recordar algunos ejemplos como pudieran ser El Señor de los Anillos: La Tercera Edad de Visceral Games o Child of Light de Ubisoft Montreal. La clave para adentrarse en este género es conocer bien sus premisas y sus características diferenciadoras, y Semisoft ha demostrado un cariño genuino por aquellas obras del género que alcanzaron su cenit en la generación de 32bits, y a las que Legrand Legacy sabe homenajear muy bien, para lo bueno, y para lo malo.

Sin más vamos a adentrarnos es el mundo de Legrand a base de tópicos, donde transcurre una guerra civil entre dos reinos, y Finn, nuestro amnésico héroe, como no podría ser de otra forma, tendrá que encontrar y acabar con el mal que hay detrás de todo el caos que azota Legrand. Y el homenaje a los 32bits empieza aquí, con un JRPG con combate a turnos, que se desarrolla con personajes modelados en 3D sobre fondos pre-renderizados estáticos, todo un clásico de la época.

 

 

Pero vamos a extendernos un poco más con la historia del título, elemento importante en un JRPG, y que en Legrand Legacy cumple aportando el suficiente interés a pesar de estar plagada de clichés. Como hemos dicho, estamos en la tierra de Legrand, donde dos superpotencias, Altea y Fandor, están en guerra, e irremediablemente afectan a otros reinos colindantes, como es el caso del reino de los hombre-león, unos seres que usan a los humanos como esclavos. Y aquí empieza la historia de Finn, un humano esclavo forzado a luchar en el coliseo y que además sufre amnesia y no recuerda nada de su pasado, hasta que un día luchando en el coliseo y a punto de perder, salva la vida despertando un extraño poder, lo cual llama la atención de un viajero, que decide comprar a Finn para posteriormente liberarlo y convertirlo en su escolta personal, pues este viajero anciano tiene una importante misión entre manos para salvar la vida de una persona. Y todo esto mientras un mal antiguo acecha desde las sombras moviendo todos los hilos para que los demonios regresen y destruyan al mundo de Legrand.

Todo nos suena a haberlo visto o jugado antes en incontables juegos, pero aceptando que no vamos a reinventar el género con este título, lo que si hay que admitir es que la historia engancha lo suficiente para no perder el interés, los personajes están bien construidos y no son para nada planos, van evolucionando durante el juego y vamos conociendo más sobre ellos y sus secretos, con algún giro de guion incluido. Y el ritmo del juego también es correcto, no tendremos la sensación de estar dando vueltas sin sentido ni la sensación de que todo pasa deprisa y corriendo. En este caso hay que decir que la parte argumental y el ritmo del juego están perfectamente equilibrados, cosa nada fácil y donde muchas veces hemos visto a producciones más famosas y potentes fracasar.

La forma de llevar todo esto al plano jugable ha sido igualmente de la forma más clásica posible. En las ciudades y asentamientos, el fondo será estático y la mayoría de veces preciosista, con unas imágenes muy detalladas y dibujadas a mano, y nos moveremos por los caminos fijados interactuando con los NPC, ya sea conversando o comerciando, tanto ellos como nosotros en modelados 3D -en nuestro caso solo veremos a Finn aunque ya tengamos más miembros en el grupo-. La cámara será fija y para pasar a otra zona tendremos que salir a otra pantalla por los caminos dispuestos, o acceder al mapa de la zona donde se nos mostrarán las áreas jugables de esa zona. Cuando interactuamos  con los NPC, veremos unas ilustraciones de sus caras junto al texto de la conversación, ilustraciones bastante resultonas para los protagonistas y más genéricas para otros NPC de menos importancia.

Las mazmorras y zonas exteriores funcionan igual, con fondos estáticos, cámara fija, y caminos establecidos, donde en lugar de tener NPC, veremos como unas sombras que representan a los enemigos, a los que podremos encarar o esquivar si no queremos combatir, aunque si pasamos cerca de ellos, intentarán darnos alcance. Y lo que une las ciudades o asentamientos con las mazmorras y zonas exteriores será un mapa del mundo donde Finn se movera con una vista aérea al más puro estilo de los clásicos de 32bits.

 

 

Como hemos dicho antes, a los enemigos los veremos en pantalla representados por una niebla negra, y si decidimos enfrentarlos, lo primero será decidir por donde encararlos, pues si los cogemos por la retaguardia, tendremos ventaja y podremos atacar antes que si los encaramos de frente. Cuando entramos en contacto con los enemigos, la pantalla cambia a un escenario de combate, donde si estarán todos los miembros del equipo, y el o los enemigos. Podremos decidir la colocación de los miembros del grupo, por ejemplo colocando a los luchadores en la vanguardia, y a los de soporte en la retaguardia. Lucharemos por turnos y tendremos los comandos típicos de atacar/defender, grimoire -magia, con la peculiaridad de que no hay barra de magia, sin embargo requiere tiempo para invocarla y si somos atacados en ese tiempo se cancelará- e items, con la peculiaridad de que tanto cuando ataquemos como cuando defendamos aparecerá en pantalla un QTE de un circulo y una aguja a gran velocidad donde si acertamos a dar al botón que nos indican cuando la aguja esta en la zona correcta atacaremos mejor, o defenderemos mejor, si acertamos en una zona determinada haremos daño crítico o defensa perfecta, y si lo hacemos en el resto del circulo el ataque o la defensa seran flojos.

Es curioso el uso de este sistema, que al principio nos agradará porque requerirá que nuestros combates dependan también de nuestra habilidad, pero que puede acabar haciéndose repetitivo, aunque puede desactivarse. Para el combate hay que tener en cuenta que se aplica un triangulo de armas, al más puro estilo Fire Emblem, y que los enemigos no sueltan oro al ser vencidos, sino que sueltan objetos que debemos vender, y que además tienen un peso, que si sobrepasamos el límite de peso de nuestro personaje, Finn se moverá por la pantalla de forma lenta, sin tener opción a poder esquivar los combates con los enemigos, y obligándonos a soltar parte de la carga o acercarnos al pueblo más cercano a vender lo que nos sobre.

Y a pesar de que los chicos de Semisoft han hecho un juego bastante sólido, aún han añadido más contenido, como un minijuego de pesca, o un minijuego de estrategia, donde moveremos tropas y las enfrentaremos con las tropas enemigas como si Suikoden se tratase, una gran sorpresa y un buen añadido que demuestran la ambición y el mimo puesto en este juego por sus creadores.

 

 

Legrand Legacy presenta un apartado audiovisual que pretende ser fiel a las 32bits a las que rinde homenaje, por lo que hay que aceptar que el título no es mejor técnicamente porque los desarrolladores no han querido ir más allá. De todas formas es evidente que se ha hecho un gran trabajo con los fondos estáticos, sobre todo en ciudades y exteriores, las mazmorras son más genéricas, y en el diseño, modelados e ilustraciones de los personajes, donde los mejores son los protagonistas y secundarios importantes y los otros NPC gozan de un diseño más genérico desafortunadamente. Pero en general cumple, artísticamente no es rompedor pero si nos dejará la boca abierta en algunas secciones.

El apartado sonoro si que hay que decir que es bastante notable, los efectos de sonido están bien, son adecuados y suenan creibles, pero la banda sonora está varios pasos por encima, con melodías de gran calidad, incluso con temas cantados por profesionales del género, por ejemplo el tema que interpreta la conocida Emi Evans: Suteki na Mono. Una ambiciosa producción para un juego con un presupuesto bastante limitado, es obvio el cariño que Semisoft le ha imprimido a Legrand Legacy.

En definitiva, Legrand Legacy es un JRPG muy solvente, sobre todo viniendo de un estudio no japones, pero que se nota que se han esforzado para ser 100% respetuosos con las carácteristicas que el género usaba en la generación de 32bits, y además le han añadido un toque propio, como el de los QTE para que los combates dependan también de nuestra habilidad y no solo de nuestras ordenes. Esto y otros añadidos bastante interesantes como los minijuegos, o los combates de estrategia le dan un toque distintivo que junto a un argumento bastante manido pero no carente de interés, hacen a Legrand Legacy un buen JRPG a tener en cuenta, sobre todo para los amantes del género que todavía recuerden con cariño aquella época dorada de las 32bits. Recomendado para todos ellos y para todo aquel que quiera acercarse a un JRPG sólido, con cariño, y con ambición.

 

 

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Another Indie Studio