Algo ha ocurrido en nuestro planeta que parece haber extinguido toda vida sobra la faz de la Tierra. Tras un tiempo, la vegetación se vuelve a abrir camino y surge una nueva especie dominante: los hongos. Estos hongos o setas, al igual que el ser humano cuando se hizo con el control del planeta azul, se mueven por la conquista del territorio, hasta tal punto que el conflicto a pequeña escala termina derivando en una auténtica guerra entre bandos. Así comienza la historia de Mushroom Wars 2, un RTS — estrategia en tiempo real — muy peculiar que nos proponemos desgranar en el siguiente análisis, realizado con la versión para Nintendo Switch — el juego también ha sido lanzado para PlayStation 4, Xbox One, PC y móviles —.

Algunos escenarios tendrán elementos que influirán en la partida de modo decisivo.

 

Fácil de jugar y difícil de dominar.

Esta premisa es una máxima que creo vital para considerar un título como un gran juego. Mushroom Wars 2 lo cumple de sobra ofreciendo una experiencia muy accesible para cualquiera que decida acercarse a su propuesta.

Tenemos entre manos un RTS con la típica vista aérea que nos facilitará la gestión de nuestras unidades y edificaciones. Este control se realizará con unos controles muy sencillos e intuitivos que logran que toda la acción transcurra fluidamente. Es extremadamente sencillo resultar eficaces en la gestión del mapa que se nos muestra ya que se nos ofrece de una sola tacada, pudiendo visionar todo el terreno en el que vamos a jugar sin necesidad de desplazar la pantalla para ver partes que puedan quedar más allá, como suele ser habitual en el género.

Podremos dar numerosas órdenes desplazándonos con gran rapidez por el escenario, seleccionando nuestros edificios y los de los rivales para atacar, defender, mejorar algunos de ellos o lanzar habilidades del héroe que tengamos asignado en cada ocasión.

En un primer vistazo, nos puede parecer que Mushroom Wars 2 es un juego de estrategia un tanto simple. Nada más lejos de la realidad. A medida que avanzan las horas que le dedicamos, iremos comprobando que esconde mucho más de lo que parece a simple vista. Hasta el punto en el que poco a poco se nos irán introduciendo mecánicas que amplían de forma considerable las posibilidades jugables dando lugar a un sistema muy accesible pero con una profundidad notable.

Por suerte, todas estas mecánicas son introducidas al jugador de forma muy paulatina y con escenarios a modo de tutorial, para que todo nos quede perfectamente claro y podamos practicar en lugares destinados a ello y bajo un desafío muy bajo, las novedades que iremos desbloqueando.

El juego supone un reto considerable cuando intentas afrontar cada misión en los niveles más altos de dificultad — existen cuatro — y cuando crees que dominas a la inteligencia artificial, llega el momento de ponerte a prueba en sus modos multijugador, donde cualquier otro jugador te hará morder el polvo al cambiar las dinámicas que habías observado hasta ahora en el modo campaña.

Necesitaremos un buen puñado de horas para afrontar los retos más complicados y salir airosos de los combates online.

Los tutoriales nos allanarán el camino hacia la victoria.

 

Un sistema de gestión y combate que engancha.

El sistema que propone el juego, si pudiese resumirlo en una sola palabra sería la de «adictivo». Evidentemente esto es algo muy personal, pero pienso que cuando se logra aunar como he explicado antes, un control que funciona de forma perfecta, una propuesta de muy fácil acceso y una profundidad considerable en sus mecánicas, el resultado es un producto que engancha.

Tenemos tres grandes premisas para obtener la victoria. El modo «conquista», en el que tendremos que hacernos con el control de todos los edificios rivales. El «rey de la colina», donde deberemos controlar determinadas edificaciones alcanzando la victoria el primero en llegar a cero puntos, sabiendo que comenzamos con un número determinado que decrecerá más rápidamente a media que controlemos un mayor número de este tipo de edificios. Y el modo «dominación» que consiste en controlar un tipo de edificios, ganando el que antes logre hacerse con todos ellos.

Cada uno tiene su orientación estratégica, que queda además definida por los elementos que incluye el mapa en el que juguemos. Así por ejemplo, tendremos que cuidarnos de esquivar bolas de fuego que giran de forma permanente en un lugar determinado, sincronizar nuestros movimientos con la liberación de una energía proveniente de un cristal que helará a todas las tropas a las que alcance, o controlar los tipos de terreno que ralentizarán a nuestras tropas, hará que vayan más rápido o influirá de algún modo en nuestros edificios.

Los elementos a tener en cuenta van creciendo poco a poco hasta conformar un juego con unas variables bastante importantes que nos ofrecerá partidas muy variadas, enganchándonos a la pantalla hasta que hayamos podido superar cuantos retos se nos planteen.

Sin desgranar cada una de las posibilidades jugables, ya que son muchas y sería tedioso que os hablase de todas ellas, sí que me gustaría resaltar que el jugador deberá en todo momento medir los momentos para mejorar los edificios — para producir tropas con mayor rapidez y tener mayor poder defensivo — atacar o defender, concentrar tropas en un determinado punto del mapa y decidir qué objetivos hay que priorizar en cada momento dependiendo del fin último del mapa que juguemos. Además, las habilidades que podemos lanzar con nuestro héroe seleccionado, pueden dar la vuelta a una situación complicada y hay que hacer uso de ellas con cautela puesto que pueden suponer la diferencia entre la victoria y la derrota. Estos héroes son fijos en el modo campaña y seleccionables entre un buen puñado de ellos con sus habilidades bien diferenciadas en los modos multijugador.

Habrá que tener cuidado con los elementos peligrosos en algunos mapas, como estas bolas de fuego.

 

Cantidad ingente de contenido.

El juego consta de dos campañas principales, centradas cada una de ellas en diferentes héroes y con escenarios con sus peculiaridades propias. El número de fases en ellas es muy elevado pero sobre todo, ofrecen una rejugabilidad altísima al constar como dije anteriormente de hasta cuatro dificultades diferentes. El tiempo que nos llevará completarlas será muy variable, dependiendo de si queremos afrontar los escenarios directamente en dificultades elevadas o queremos ir progresando poco a poco subiendo la dificultad cuando tengamos un mayor rodaje. En cualquier caso, estamos ante una cantidad de contenido realmente grande que, por si fuese poco, se ve complementado con un multijugador local pudiendo jugar partidas de uno contra uno o incluso dos contra dos, y un multijugador online que nos va a proponer partidas clasificatorias que pondrán la intensidad por las nubes y nos exigirán nuestras mejores estrategias.

El saber amoldarse rápidamente al escenario será vital, puesto que en el multijugador tendremos unos pocos segundos antes de comenzar para evaluar el escenario, el modo en el que estamos y cuál deberá ser la estrategia inicial a seguir. Estos segundos pueden definir en gran medida el transcurso del resto de la partida.

Dentro de la variedad de contenido ofrecido, me gustaría destacar la sensación que he tenido al combatir en escenarios en los que participamos tres contrincantes y luchamos todos contra todos, puesto que entra en juego una nueva táctica: contemporizar tus ataques y defensas y saber aprovecharte de las combates entre los otros dos adversarios para golpear edificaciones que hayan sufrido los estragos de las batallas.

En las partidas online clasificatorias será donde se nos exija el máximo como jugadores.

 

En definitiva, Mushroom Wars 2 es una apuesta segura si te gustan los juegos de estrategia o si quieres iniciarte en el género, por su carácter amigable con el jugador pero profundo a medio y largo plazo. Tengo que decir que tras escribir este artículo, seguiré jugando seguramente muchas más horas puesto que el título me ha enganchado como pocos lo han logrado en los últimos tiempos y es probable que se convierta en uno de mis juegos de cabecera durante un largo periodo. Solamente queda esperar que sus ventas tengan cierto calado para que tengamos asegurada la continuidad de su faceta multijugador online, que será lo que le dé vida tras completar sus dos campañas si no tenemos a nadie con quien jugar en casa.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Zillion Whales