Es curioso que cuando 33bits empezó en esta nueva etapa de la web, el primer juego que me llamo la atención para hablar de él fue este Odallus: The Dark Call, aunque en su versión de Steam. Y curiosamente algo más de medio año después, ha llegado a mis manos la versión de Nintendo Switch que sale oficialmente a la venta mañana. Aquella llamada de atención de este título estaba totalmente justificada. En Odallus, esta obra del estudio brasileño Joymasher, nos encontraremos un plataformas de acción y aventura, con algún toque ligero de rol, y unas bases por todos conocidas. Y es que saltar y acabar con enemigos no será lo único que nos procure el avance, tendremos que conseguir objetos, abrir nuevos caminos, volver sobre nuestros pasos para poder avanzar por algún lugar que antes no podíamos, equiparnos mejor y hacernos más fuertes, y aun así la victoria no está garantizada.

Odallus tiene una base similar a un metroidvania que esta tan de moda decir, aunque fácilmente podremos sustituir el término por backtracking. Tendremos cierta libertad y diferentes rutas por las que avanzar, al principio de forma más lineal, pero poco a poco conformes consigamos llaves y reliquias las posibilidades se nos irán abriendo. Juraremos que algo así empezamos a verlo en Castlevania III y alcanzo su plenitud en Rondo of the Blood, y coger estos juegos de referencia, no puede ser malo. De todas formas no hay que dejarse engañar, Odallus tiene un backtracking suave, pocas veces tendremos que volver muy atrás para coger una bifurcación.

En Odallus: The Dark Call encarnaremos a Haggis, un antiguo soldado que estando de caza a las afueras de su aldea, presiente un gran peligro, y al volver a esta, la encuentra reducida a cenizas por un ejército de demonios, además nuestro hijo ha sido secuestrado por un culto demoniaco que pretende usarlo para un sacrificio sangriento. Nada podría pintar peor para nuestro héroe con nombre de morcilla escocesa, por lo que con su espada en mano, avanzará acabando con todos los demonios a su paso hasta que pueda salvar a su hijo.

La historia de original tiene poco, pero tampoco importa, controlaremos a Haggis por varios parajes eliminando a todo lo que nos sea hostil, y buscando el camino o caminos para seguir. Haggis está bien en forma para aparentar ser el héroe de un juego de 8bits, podremos correr, agacharnos, atacar con la espada, usar hachas de arma secundaria arrojadiza, empujar bloques, colgarse de los salientes… Un repertorio de movimientos bastante completo para el juego que representa, pero no os dejéis engañar, más posibilidades no significa que el juego sea un paseo. En el modo normal el juego ya es exigente y todavía tendremos un modo veterano con el que sufrir de verdad. Podremos recoger expansiones de vida, tener más hachas arrojadizas, objetos que nos rellenen la vida cuando la perdamos, mejor armadura o mejor espada, más las reliquias que nos darán habilidades extra como la de empujar bloques de gran tamaño, pero el avance será sustancialmente saltando y matando lo cual afortunadamente está bien resuelto.

Además de una gran variedad de enemigos con una clásica selección de rutinas, nos encontraremos con bastantes jefes y subjefes, muchos de ellos con un tamaño considerable y unas rutinas que no invitan al error. El diseño de niveles, algo tan importante en este tipo de juegos es más que correcto, sin hacernos volver atrás grandes distancias, y con un sistema para repetir cualquiera de sus ocho niveles que facilitará la rejugabilidad conforme vayamos consiguiendo nuevas reliquias.

A la hora de afrontar el apartado audiovisual, nos encontraremos un juego con una estética casi de 8bits, y digo casi porque a pesar de que visualmente pudiera ser posible, los movimientos, fluidez y dinamismo están fuera del alcance de una 8bits que desplegase a la vez este derroche visual y sonoro que es Odallus.

Aunque el juego pretende beber de dos sagas consagradas como Castlevania y Ghost’n’ Goblins, especialmente en sus versiones de NES, yo le veo mucho parecido a Sword Master de Athena, también de las 8bits de Nintendo.

Tendremos unos gráficos estilo 8bits, una paleta de colores idéntica a la de NES, y unos sprites con un buen número de frames de animaciones y un tamaño generoso, sobre todo el de algunos bosses. También tendremos muchos efectos visuales como rayos cayendo o columnas de fuego que realmente impresionarán a cualquiera.

En el apartado sonoro Odallus ralla el sobresaliente, efectos de sonido muy variados y contundentes acompañando a auténticas melodías chiptune que se convertirán inmediatamente en clásicos. No sólo suenan muy bien, sino que están muy bien compuestas, gustan, impresionan, y cuando te das cuenta las tienes en la cabeza.

Odallus: The Dark Call nos trasladará al pasado, a los tiempos de la Nintendo NES, con un juego que prácticamente podría pasar por uno de esta consola, visualmente y sonoramente lo consigue. Un plataformas de acción con elementos de exploración y backtracking que se controla muy bien y que resultará bastante adictivo. La sensación de avance y evolución de nuestro héroe Haggis, y el poder visitar los niveles acabados le dará una rejugabilidad al título que aumentará la duración y nos invitará a ver sus dos finales.

Joymasher lo ha vuelto a hacer, después del notable Oniken, este Odallus sólo podía ser mejor, y es que juegos así siempre serán bienvenidos. Con una inspiración tan fuerte en sagas como Castlevania, sólo se pueden esperar juegos con esta calidad, y si encima eres fan de la NES, Odallus pasa a ser un regalo para las retinas, con esa paleta de colores tan limitada como peculiar como la que ya disfrutamos hace 30 años.

Y lo mejor para el final: el precio, 3,99€, por ese precio, si te llama mínimamente lo que has leído… ¡tiene que ser tuyo!

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Digerati