Tras haber conseguido su objetivo en la ya archiconocida kickstarter, Ennui Studio -un pequeño grupo de desarrolladores afincados en Monterrey, Méjico- nos presenta para Nintendo Switch la versión de su primer juego enfocado por completo para consolas tradicionales. En Tyr: Chains of Valhalla, encarnaremos como no podía ser de otro modo a un robótico Tyr para conseguir evitar el Ragnarok. Una extraña mescolanza de mitología nórdica y cyberpunk que no termina de encajar con el grueso de la propuesta del juego.

Tyr: Chains of Valhalla nos ofrece un plataformas 2.5D con altas dosis de acción y con un enfoque absolutamente clásico, con lo que ello supone: enemigos por doquier, diferentes tipos de armas y un control muy muy clásico. Todo ello, para lo bueno y para lo malo.

Tras una escueta y poco esclarecedora escena inicial en la cual nos presentan las primeras referencias a la mitología nórdica -un ciéntifico llamado Oswald Din, la corporación Yggdrasil o nuestros ayudantes Huginn y Muninn-, se nos presenta un tutorial en el cual veremos las principales mecánicas del juego. Tyr tiene un brazo cibernético que le permite disparar -hola Mega man y Metroid- para acabar con la escasa variedad de enemigos que hay repartidos por cada nivel. Para darle algo de profundidad al apartado jugable, tenemos disponibles tres tipos de disparos cuya funcionalidad es prácticamente testimonial: apenas hay diferencia entre la velocidad o los efectos de las armas en los enemigos más allá de que cada disparo afecta más a unos que a otros.

Visualmente el juego se queda a medio gas. Intenta crear un ambiente cyberpunk mezclado con una estética de dibujo animado que a mi personalmente no me ha acabado de convencer. Debemos agregarle a esto una interfaz que puede llegar a resultar algo confusa, y terminamos teniendo un apartado bastante justito. En cualquier caso cabe destacar que en este sentido al menos el equipo de Ennui Studio ha sabido arriesgar y no presentar un clon de otros juegos, dándole un aspecto peculiar y reconocible, más allá de gustos personales.

El objetivo del juego es claro. Tenemos un contador de sesenta minutos que avanza inexorablemente en cada nivel. Este tiempo será el que tengamos para completar el juego completo, por lo que quedarnos sin tiempo supondrá que nuestra partida ha terminado, y deberemos empezar de nuevo.

La dificultad es uno de los puntos destacables, y no precisamente para bien. Morir será el pan nuestro de cada día, y en numerosas ocasiones vendrá causado por el pobre control de Tyr. Y digo pobre porque el control es poco preciso, y porque aunque entiendo que querer dar un enfoque clásico a un juego es algo totalmente lícito, todavía no concibo como en un juego publicado en pleno 2019 no se permite disparar en diagonal. Principalmente porque hay no pocos enemigos a lo largo del juego que sí pueden hacerlo, lo cual es una clara desventaja y hace que el juego esté desequilibrado de base. Este desequilibro se encuentra presente a lo largo de todo el juego, y lo lastra en su valoración final.

Afortunadamente el cambio entre los tres tipos de disparo de Tyr funciona razonablemente bien, algo que choca con la poca precisión y la tosquedad del control que hemos mencionado anteriormente.

Como conclusión, Tyr: Chains of Valhalla es un juego al cual la inexperiencia de sus desarrolladores le pasa factura desde el primer minuto. Es una lástima que no hayan sabido aprovechar una ambientación tan particular para ofrecer un producto más pulido, pero en su propuesta falla en todo. Dificultad elevada artificialmente por un control tosco, una historia que no termina de convencer y un apartado visual que tampoco llega a cuajar. A parte de Nintendo Switch, el juego también se encuentra disponible en PC a través de Steam, y en PlayStation 4.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Ennui Studio