Diablo III es la tercera parte de una de las franquicias más famosas del videojuego. Su paso por el PC y posteriormente por las consolas de Sony y Microsoft ha dejado a lo largo de los años una considerable cantidad de opiniones, tanto de la prensa especializada como por los usuarios. Pretendemos en este artículo, por tanto, valorar la valía de la versión que nos llega a Nintendo Switch, llamada Diablo III: Eternal Collection. Incluye la expansión Reaper of Souls y el pack Rise of Necromancer. Tendremos por tanto cinco actos por superar con siete clases de héroes distintas.

NOVEDADES

Esta versión posee varios añadidos relacionados directamente con Nintendo, incluyendo el famoso cuco de The Legend of Zelda como animal de compañía, un marco de la Trifuerza, alas ornamentales especiales y la posibilidad de transfigurar nuestra equipación para recorrer los campos de batalla bajo la apariencia de Ganondorf, el villano de la icónica saga de la compañía de Kioto.

Todos esto no son mas que detalles superficiales que suponen aspectos puramente estéticos. No obstante, la mayor novedad es poder jugar al juego offline. Una de las mayores quejas de los jugadores de PC en su día fue la de que el juego careciese de esta opción. Por fin podremos destrozar hordas de enemigos sin estar atados a una conexión de modo permanente.

Se nos antoja un detalle primordial para el verdadero disfrute del juego en Nintendo Switch, puesto que el valor añadido real de esta versión está en poder disfrutar del título en modo portátil. Y para ello, lógicamente necesitamos de una opción offline para continuar el juego más allá de las paredes de nuestra casa o lejos de una conexión Wifi.

El lector podrá pensar en esta parte del texto si esta opción offline llega hasta los héroes de temporada, puesto que cualquiera que haya jugado antes al juego y sobre todo viviese la evolución del mismo desde su lanzamiento hasta nuestros días, sabrá que la «chicha» está en renovar nuestras ganas por seguir jugándolo durante cada una de las temporadas que se van sucediendo. Pues bien, la respuesta es un rotundo sí, aunque con algún pero. Y es que es cierto que podremos jugar offline con nuestro héroe de temporada, pero solo lo podremos hacer si iniciamos la partida cuando comencemos a jugar o reanudemos la misma si disponemos de acceso a internet. Es decir, si estamos fuera de casa sin conectividad, no podremos reanudar nuestra partida -aunque podremos elegir jugar con un héroe normal fuera de temporada- hasta que tengamos algún tipo de conexión. Esto se produce mediante una comprobación inicial, por lo que si la partida está suspendida, que es lo que recomendamos hacer si se quiere jugar en la calle, podremos retomarla sin ningún tipo de problema al salir del modo sleep.

Como la comprobación, como decimos, es únicamente inicial, podremos optar no obstante -si no hemos dejado la consola suspendida previamente- por compartir datos desde nuestro teléfono móvil para una vez reanudada la partida, poder desconectarnos y evitar el gasto superfluo de datos -si no queremos jugar en compañía, claro.

Jugar a Diablo III en modo portátil en cualquier lugar y haciendo uso de nuestro héroe de temporada no tiene precio y justifica en sí misma la compra de esta versión para cualquier amante del género y en especial de la franquicia y de este título en particular. Es cierto que no podemos esperar un acabado gráfico tan vistoso como el de consolas o el de compatibles, pero el resultado final es muy satisfactorio teniendo en cuenta el hardware de Switch. La pérdida de nitidez se hace por momentos bastante notoria puesto que la resolución es dinámica y se reducirá en momentos de bastante estrés, pero esto sucede de esta manera para mantener en todo momento los 60 fps totalmente estables, sin ni un solo tirón aunque estemos rodeados por decenas de personajes entre enemigos y aliados.

En modo dock la resolución es notablemente superior y por tanto la nitidez mejora mucho, pero también es dinámica y tendremos momentos mejores que otros, aunque en general se mantiene a un nivel bastante más elevado que en portátil.

En todo caso, consideramos que la razón de ser de Diablo III en la híbrida de Nintendo es casi exclusivamente el modo portátil, salvo que no hayáis tenido oportunidad de disfrutar del juego anteriormente en otra plataforma, lo que instantáneamente subiría el valor de poder jugarlo en el dock.

Sea como fuere, tal y como está actualmente el juego, con la supresión de aquella infame subasta, la inclusión de las temporadas y el modo aventura, además de las fallas con lo que supone de cara al high-end, unida a lo fantástico que resulta poder jugar en modo portátil cuando quieras y donde quieras, no queda otra que recomendar encarecidamente esta versión, a pesar del abultado precio de salida que han decidido establecer, considerando el tiempo que tiene ya el juego.