La revista Weekly Shōnen Jump es una de las más famosas del sector del manga, por no decir la que más. Creada en 1968, por sus páginas han desfilado algunos de los mangas más famosos y conocidos de la historia y no tienen intención de dejar de hacerlo. Para conmemorar su 50 aniversario, se anunció un juego que reuniría a algunos de los protagonistas más emblemáticos de la publicación desde su nacimiento. Así es como nació Jump Force, un juego que como homenaje se queda a medias y sabe a poco.
Jump Force es un juego de lucha de hasta 3 vs 3 en el que nos enfrentaremos en combates en entornos tridimensionales. No solo eso, sino que además cuenta con un fuerte componente online tanto cooperativo como competitivo basado en misiones y combates contra otros jugadores. En cuanto al plantel, tenemos hasta 40 personajes jugables de las franquicias más populares de la revista, siendo los integrantes del «big 3 de shonens» –Dragon ball, Naruto, One Piece– los que cuentan con un mayor número de personajes de sus franquicias, aunque también podremos controlar a personajes de Hunter X Hunter, Bleach, My hero academia, Saint Seiya o la muy popular actualmente JoJo Bizarre Adventure, entre muchos otros.
La trama no podía ser más sencilla: una misteriosa fuerza maligna está abriendo portales dimensionales hacia otros mundos para conquistarlos, de esta forma quedan fusionados los mundos Jump –los de los personajes manga- con nuestro mundo real. Para colmo, estos enemigos tienen la habilidad de poseer a nuestros protagonistas y lavarles el cerebro para pasarlos a su bando. Los pocos supervivientes que han quedado deciden formar el ejército Jump Force, cuya misión es reclutar a más miembros y combatir la amenaza.
Nada más empezar, nos tocará crearnos a nuestro personaje personalizado. La verdad es que cuenta con varias opciones disponibles y podemos editar una buena cantidad de aspectos, sin embargo no todo es tan variado, la mayoría de peinados y elementos son reciclados y basados en los propios personajes oficiales del juego -pudiendo crearnos un personaje con el pelo de Gaara y la ropa de Deku, por poner un ejemplo-. Más adelante podremos comprar más elementos y accesorios para personajes entre una gran selección, algunos diferentes pero generalmente predominando los del propio plantel.
Lo cierto es que en la jugabilidad se inspira demasiado en la saga Dragon Ball Xenoverse, hasta el punto de casi rozar el plagio. La mecánica principal es exactamente igual y se presenta de la misma manera: aparecemos en un enorme escenario que sirve como lobby principal para acceder al resto de modos, aquí es donde podremos acceder al modo historia, online, misiones y las tiendas. A su vez, si estamos en línea nos encontraremos con personajes creados por otros usuarios correteando por el lugar y podremos interactuar con ellos para proponerles amistad o retarles a un duelo. Este lugar al final se acaba haciendo más tedioso que otra cosa, a pesar de que podemos usar algunos vehículos para ir más rápidos -como la rana Gamakichi o la silla voladora de Freezer-, casi siempre optaremos por usar el teletransporte directo para ir a los sitios que queremos.
Nada más llegar a este lugar, el jefe de operaciones nos hará una visita y nos invitará a unirnos a una de las tres facciones que existen en el juego -lideradas por Goku, Naruto y Luffy respectivamente como no podía ser de otra forma-. Da igual que bando escojamos porque no influye en absolutamente nada en la historia, de hecho el propio juego parece olvidarse de esto al poco tiempo. En principio lo único que parece cambiar es el set de movimientos con los que comenzaremos el juego, pero dado que directamente podemos ir a la tienda a comprar cualquiera de ellos, parece un poco innecesario. La única utilidad verdadera de esto se encuentra en el modo online, donde los jugadores que pertenezcan al equipo que consiga más puntos al finalizar la temporada conseguirán algunas recompensas extras.
A lo largo del juego siempre se repite la misma estructura: el jefe de operaciones nos llama, nos avisa de que ha encontrado a un personaje muy poderoso al que reclutar -casi siempre poseído por los malos- y nos encarga a nosotros junto a otro personaje jugable la misión de encontrarle y convencerle para que se nos una. Lo cierto es que el personaje que nos acompaña está ahí prácticamente de forma aleatoria y sin relevancia alguna, puede acompañarnos Piccolo como podría acompañarnos Yusuke y tanto la cinemática como los diálogos pertinentes no cambiarían en nada, los personajes no están bien definidos en su personalidad más allá de simples frases sueltas.
Las cinemáticas también merecen mención aparte, ya que son sin duda uno de los puntos más negativos del juego. Estas escenas son simples, prácticamente estáticas y sin fuerza ninguna, con el agravante de saber que te la podrías saltar sin problemas -cosa que es posible con la última actualización lanzada hace unos días, hasta ahora te las tenías que tragar obligatoriamente- y no te perderías nada importante. Literalmente los personajes hablan entre ellos y se mueven lo menos posible, como si los actores de captura de movimientos cobrasen por el esfuerzo realizado y no por tiempo, con animaciones bastante lamentables totalmente indignas tanto de un juego de estas características como de este estudio. La gran mayoría de las veces estas cinemáticas ni siquiera tienen doblaje de voz y limitándose a textos que van pasando en la pantalla, provocando una sensación de dejadez bastante importante.
Toca, ahora sí, hablar de los combates del juego que representan el elemento más importante. A decir verdad, los combates son espectaculares y muy vistosos, tanto por sus animaciones como por los escenarios. En una decisión un poco cuestionable, el estudio ha decidido utilizar el motor Unreal engine para darle vida a este proyecto, lo que hace que los personajes tengan un aspecto medianamente realista que en ocasiones no llega a encajar del todo con la temática anime, por suerte esto es algo a lo que nos acostumbraremos rápidamente y no le prestaremos más atención. Los ataques que realicemos vienen cargados de detalles como fuego, auras o chispas que les dan un toque más vistoso a los combates, aunque en ocasiones llegan a ser excesivos. Mención especial a los ataques finales, frenéticos, muy dinámicos y bien representados según cada personaje.
Sin embargo ahí acaba lo bueno de los combates, ya que las mecánicas no son todo lo buenas que nos gustarían. Para empezar, apenas hay diferenciación entre los ataques de los personajes, quitando todos prácticamente la misma cantidad de vida hasta cierto punto -la bola genki de Goku quitará más vida que el chidori de Sasuke como es normal, pero tampoco mucho más-, lo que le resta importancia al personaje escogido y dejando la decisión en una simple preferencia personal. Por otra parte, prácticamente cada vez que consigamos golpear al rival lo mandaremos a la otra punta del escenario -y estos no son precisamente pequeños- a causa del retroceso , convirtiendo los combates en un tedio absoluto basado en su mayoría en ataques a distancia con tal de no tener que ir hasta el otro extremo para seguir propinando golpes.
Como mencionamos anteriormente, los combates son de 3 vs 3 salvo algunas excepciones en los que estaremos solos. Estos tres personajes no son independientes, sino que comparten todos la misma barra de vida. Podremos utilizarlos tanto como de asistentes que se retirarán tras realizar su ataque como tomar posesión de ellos para manejarlos, todo esto con tan solo pulsar un botón. Otra de las mecánicas consiste en el «modo despertar»: si nuestro personaje sufre demasiados daños o conseguimos golpear mucho al contrario se irá rellenando una barra que, cuando esté completa, podremos gastar para llevar a cabo las diferentes transformaciones del personaje en caso de que las tenga, si no las tiene simplemente se incrementará nuestra fuerza y velocidad temporalmente. Esta misma barra se utiliza también para realizar el ataque final, por lo tanto habrá que escoger entre usar el despertar o realizar dicho ataque, ya que es muy difícil rellenar más de una vez la barra en un mismo combate.
Los premios por ganar son puntos de experiencia para subir de nivel y dinero para poder comprar en las tiendas, si perdemos también nos los darán igualmente pero en menor cantidad. La experiencia no solo sirve para mejorar a nuestro personaje y subir sus estadísticas -aunque no podremos seleccionar parámetros, aumentan todos automáticamente-, sino también para poder acceder a las misiones especiales que requieren de cierto nivel para poder acceder a ellas o para que nos resulten más fácil. Los premios por realizar estas misiones suelen ser ataques, objetos o vestuario nuevo que nos darán de forma aleatoria, por lo que si queremos conseguirlo todo habrá que repetir las misiones varias veces hasta que nos aparezca lo que queremos.
En el apartado de sonido nos quedamos un poco fríos: aunque es cierto que todos los personajes están doblados por sus actores habituales de sus respectivos animes -tanto en inglés como en japonés, los dos idiomas de audio que podremos seleccionar-, la banda sonora no corre la misma suerte. Las melodías están ahí de puro relleno, sin destacar en nada y muy genéricas, ya que no cuentan con los temas licenciados de las series originales, sino que han sido creadas especialmente para el juego. Los efectos de sonidos sí que merecen cierta mención, pues cuenta con los fxs habituales de todos los ataques de los personajes.
En conclusión, Jump Force es un juego que no da la talla ni está a la altura, ni como juega de lucha ni mucho menos como homenaje a los 50 años de la revista. La jugabilidad se hace muy tediosa y aburrida al poco tiempo y el resto de apartados tampoco acompañan, con unas cinemáticas poco trabajadas y muy prescindibles, así como una plantilla que aboga más por las series más famosas del momento que por los de la historia de toda la publicación. Una oportunidad bastante desaprovechada en todos los aspectos.