Trabajar, trabajar, trabajar…la actual estructura social nos prepara para ser simple mano de obra en grandes empresas, un grano de arena más en el desierto del capitalismo. Muchas veces se pasa por alto el factor humano, los sentimientos, la motivación de los empleados, y eso puede llegar a desgastar y hacer que rompamos con todo. Ese es el punto de partida de Mosaic, el nuevo juego del estudio noruego Krillbite, creadores del juego Among the sleep entre otros.

En la piel de un hombre cualquiera en una ciudad cualquiera, nuestro protagonista se levanta todos los días sin saber por qué para realizar la misma rutina: trabajo, facturas impagadas y soledad. A veces sueña con poder escapar de todo eso y aprovecha cualquier mínimo atisbo de color para imaginarse una vida mejor. ¿cuánto más puede aguantar una persona en esas condiciones?

Podríamos definir Mosaic como una historia interactiva, más de lo primero que de lo segundo, es difícil calificarlo de otra forma. Quizás su definición entre dentro de la categoría de walking simulator y además de manera literal, pues en el juego no haremos otra cosa que caminar mientras vamos contemplando los distintos eventos que van ocurriendo, rara vez podremos hacer algo más que eso.

El juego hace gala de un esquema clásico de un ciclo repetitivo que se extenderá desde el principio hasta el final: cada día nos despertamos en nuestra cama, salimos a la calle, vamos al trabajo y cuando terminamos es cuando van apareciendo los nuevos tramos durante el camino a casa, y luego vuelta a empezar. Así es en esencia Mosaic y no otra cosa como pueda parecer a simple vista.

Esto de por sí no debería ser algo malo si el juego contase con toma de decisiones, rutas alternativas o varios finales. Desgraciadamente no es el caso y nos vemos abocados a una historia que va del punto A al punto B con una falsa sensación de libertad en forma de acciones cotidianas como arreglarse el pelo y la corbata o decidir ignorar algunos tramos que lo único que hará será que nos perdamos parte de la historia, posiblemente los mejores tramos de hecho, que representan escenas oníricas y las que más divertidas son de vivir.

Y todo esto lo hace con un apartado gráfico de bajo poligonaje en el que destacan sobre todo los efectos de luz y reflejos, suficiente para mostrar lo que se quiere mostrar sin necesidad de gráficos de alto presupuesto, de hecho creo que es el estilo visual que mejor le sienta al juego. En la banda sonora también encontraremos buenos temas, pero pocos y diseñados para sonar en momentos concretos, al contrario que los fx que son los que se van a encargar principalmente de ambientar esta historia.

Es interesante como en todo momento el juego establece una relación trabajador = máquina. Esto lo veremos especialmente durante las ensoñaciones de nuestro protagonista, que se muestran en forma de órdenes programadas como si nuestra cabeza fuese un ordenador. También vemos la deshumanización de las personas, donde nos muestran a todos los individuos con un rostro idéntico sin boca ni ojos y con el mismo peinado, de hecho nuestro protagonista es el único que tiene rasgos físicos destacables.

Y creo que este es uno de los problemas de Mosaic, las metáforas visuales obvias y la redundancia de la trama. Sabemos que el juego trata sobre una persona que se siente atada a su empleo y quiere escapar de ello, esto te lo muestran desde el mismísimo comienzo y te lo repiten continuamente una y otra vez a lo largo de las tres horas que puede llegar a durar el juego. No se atreve a ir más allá, no nos muestra otra faceta de nuestro protagonista ni se profundiza en su psique, al final Mosaic se acaba quedando en la simple superficie y sorprende más bien poco.

He comentado antes que lo único que haremos en todo el juego será caminar, pero también tendremos una pequeña representación de nuestro empleo en forma de minijuego. En este pequeño juego, nuestra tarea será conducir una serie de esferas de un punto a otro en un tablero hexagonal a la vez que esquivamos virus informáticos que nos intentan robar nuestras esferas. A pesar de ser la mecánica que más podríamos considerar «jugable», al final se acaba haciendo un tanto pesado y acabas deseando no tener que hacerlo más. Podríamos llegar a considerar que esta mecánica se ha diseñado así a propósito para empatizar con el propio protagonista representando el cansancio y el aburrimiento al hacer siempre lo mismo. En cualquier caso, es algo que acaba estorbando más que divertir.

También podremos utilizar el móvil para algunas acciones, con la posibilidad de leer noticias, mirar el saldo o jugar a un minijuego tipo clicker al que es muy fácil engancharse. Lo cierto es que esperaba más de esto, un uso realmente útil o decisivo en la trama pero no es así, su función acaba siendo puramente recreativa y anecdótica. Al final acaba siendo otro elemento de attrezzo más como lo puede ser el color gris o la gente sin rostro y el juego se puede completar sin utilizarlo en ningún momento excepto en cuando es obligatorio -que suele ser al apagar la alarma y poco más-.

Finalizando ya, he de decir que puede dar la sensación de que mis impresiones han sido generalmente negativas cuando no es así. Mosaic es un juego visualmente impactante, reflexivo y con un gran mensaje detrás, el problema radica en su jugabilidad, o mejor dicho, la ausencia de ésta, que se reduce a hacer caminar al personaje durante horas. Por lo general me ha gustado y creo que todo el mundo puede llegar a disfrutarlo, pero teniendo en cuenta y siendo consciente de lo que es: una película interactiva y nada más. Para poder comprobar por vosotros mismos todo esto, desde hoy mismo podréis haceros con él en Steam y en iOS mediante el servicio de suscripción Apple Arcade.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Raw Fury