Hace apenas unos meses, cinco para ser exactos, se anunciaba un nuevo título que prometía ser una oda al humor absurdo y al cachondeo más extremo, y es que con solo leer el título del juego ya sabíamos que iba a ser un desfase: Squirrel with a Gun -Ardilla con pistola-, desarrollado por DeeDee Animation Studio y lanzado para PC con posterior llegada a consolas en octubre. Ya hemos probado esta locura jugable y os contamos que nos ha parecido.

En Squirrel with a Gun manejaremos a una ardilla, no una ardilla antropomórfica ni con nada especial en sus habilidades, sino una ardilla normal y corriente de campo. Un día nuestra ardilla se cuela en un laboratorio de alto secreto y roba una bellota modificada genéticamente por los científicos. Desde ese momento nuestra ardilla adquiere una incontrolable sed de sangre y violencia y se dedicará a robar más bellotas especiales, por supuesto mientras todas las fuerzas de de seguridad y el servicio secreto van detrás de ella para eliminarla.

Este título sigue la estela de otros juegos de humor absurdo como Goat Simulator o Untitled Goose Game y el formato de juego es bastante parecido. Básicamente nos encontramos ante un sandbox de mundo semiabierto en el que tendremos que ir completando objetivos para ir progresando en la trama y desbloqueando nuevas zonas y niveles. Al igual que el juego de hacer el cabra -literalmente además-, nos aparecerán una serie de objetivos y tareas que tendremos que ir cumpliendo para seguir avanzando. La idea es conseguir la mayor cantidad de bellotas posible, pues eso hará que se desbloqueen nuevas zonas y podamos seguir avanzando en el juego.

Decíamos antes que controlamos a una ardilla normal y corriente, y como tal tendremos que hacer cosas que todas las ardillas hacen: comer bellotas, subirse a postes y troncos, conducir coches teledirigidos, asesinar brutalmente… bueno, igual no es una ardilla tan común, pero esa dicotomía entre manejar a uno de los animales más simpáticos del planeta y el tremendo caos que se llega a formar es tan impactante como hilarante. Y es que el juego nos va a hacer reír, queramos o no, ya sea por lo absurdo de su propia temática o por las referencias a la cultura popular, y es impresionante que todo esto lo consiga sin contar con ni una sola línea de diálogo, lo cual lo hace más meritorio todavía.

Las armas son las otras grandes protagonistas del juego, ya que las necesitaremos tanto para defendernos de las autoridades que intentan capturarnos como para superar ciertos desafíos. De esta forma, si por ejemplo tenemos una pistola en las manos podremos dispararla en el aire para impulsarnos con el retroceso a modo de «doble salto», lo que nos permitirá cubrir largas distancias sin tocar el suelo y es muy útil para plataformear. Pero hay que tener en cuenta que este título pretende ser realista, aunque todo haga indicar lo contrario, así que si somos un animal que apenas mide unos pocos centímetros y disparamos una escopeta, el retroceso del disparo nos enviará volando varios metros por el aire. A medida que vayamos avanzando iremos consiguiendo una mayor variedad de armas e incluso accesorios y trajes para nuestra ardilla que nos darán algunas habilidades extra.

Hasta ahora todo pinta bien con el juego, pero no es oro todo lo que reluce y aquí empiezan los puntos negros. A pesar de que se trata de un juego normal y corriente con su trama principal, sus cinemáticas y sus títulos de crédito, es difícil quitarse la sensación de que no es más que una demo técnica alargada en exceso, intentando convertir una simple idea graciosa que daría para unos pocos minutos de diversión en un juego de varias horas de duración. Tampoco ayuda el estilo visual tan genérico propio de los assets predeterminados de Unreal Engine 5 o la simpleza de los menús de opciones. En general la sensación que ofrece es la de no tener una identidad propia que le haga destacar entre otros tantos proyectos desarrollados con dicho motor, similar a lo que creo que ocurre con también con el ya mencionado Goat Simulator, juegos que llaman más la atención por ser memes jugables que por su calidad en sí.

En el aspecto técnico tampoco termina de acertar, ya que cuenta con un rendimiento irregular que hace que le cueste alcanzar los 60 frames por segundo en determinados momentos, así como bugs y glitches en las físicas que nos obliga a repetir ciertas secciones o combates. Le hubiese venido bien más tiempo de testeo en ese aspecto, al menos para dejarlo pulido y tener algo más que ofrecer. En cuanto al audio, los efectos de sonido cumplen sin más y respecto a la banda sonora habrá un par de temas que se repiten constantemente, así que tampoco es que haya mucha variedad.

Podemos concluir que Squirrel with a Gun es un título divertido en su planteamiento y su jugabilidad, pero tampoco resulta como para tirar cohetes. Por desgracia sus defectos técnicos empañan bastante el resultado y su propuesta está muy encorsetada, haciéndose repetitivo al poco tiempo. No es un mal juego, ya digo que es bastante entretenido y nos divertiremos en el tiempo que dura -por suerte tiene la duración justa para no aburrir más de lo necesario-, pero se trata de un título que con un mayor tiempo de desarrollo y más variedad de mecánicas podría haber resultado mucho mejor de lo que es.