Los fans del motociclismo vuelven a estar de enhorabuena, pues tenemos nuevo juego al que darle caña. La desarrolladora Milestone, una auténtica veterana haciendo juegos de conducción, vuelve a lanzar una nueva entrega de su saga Ride. En esta ocasión se trata del 4º juego de la franquicia, que nos pone a los mandos de vehículos de dos ruedas con licencias oficiales tanto de motos como de circuitos. vamos a comenzar a quemar rueda en este análisis.
Desde el inicio de la franquicia, Milestone ha ido perfeccionando la fórmula cada vez más hasta llegar a lo que tenemos hoy entre manos, donde encontraremos un juego pulido y refinado en sus mecánicas que hará las delicias de todos los fans de este deporte. Hay que aclarar una cosa importante, y es que Milestone promocionaba este juego bajo el eslogan de «el sandbox definitivo para los fans de las motos»: Bien, no es cierto, Ride 4 no tiene nada de sandbox, ni en cuanto a mundo abierto ni en cuanto a libre recorrido, quizás es sandbox en cuanto a la libertad de personalización y opciones pero poco más. ¿Malinterpretación de la frase? ¿cambio de planes a última hora? no lo sabemos, pero la versión final es tan sandbox como lo pueda ser la saga Gran Turismo.
Y aprovecho que ha salido a colación Gran Turismo para hacer la comparativa, ya que al fin y al cabo hay bastante similitudes entre ambas franquicias en cuanto a formato de juego. Estamos ante un juego de simulación pura y dura, poco que ver con cualquier juego arcade en los que resulta fácil manejar el vehículo y ganar a las primeras de cambio. Aquí debemos olvidarnos de eso: si queremos ser el mejor, no nos lo van a poner fácil.
En Ride 4 vamos a encontrar unas físicas totalmente realistas, muy fieles a las motocicletas de la vida real. El peso de los vehículos, la frenada, la cilindrada…todo está creado de manera que hay que tener en cuenta todo el conjunto si queremos ganar y hacer una buena conducción, y es que pulsar el botón de freno un segundo antes o después puede suponer la diferencia entre la victoria y la derrota. Se han añadido también nuevos factores que influirán nuestra carrera, tales como el desgaste de los neumáticos o el peso extra del combustible, todo en pos del realismo más profundo.
De hecho ese es uno de los detalles que nos pueden echar para atrás, su elevada dificultad, no solo en cuanto a que requiere una buena cantidad de horas para memorizar cada curva de cada circuito o adaptarnos a las físicas, algo que será imprescindible, sino que detalles tales como pisar un poco fuera del asfalto y que automáticamente nos descalifiquen por ello tampoco ayudan. Contaremos con varias ayudas a la conducción como por ejemplo las habituales flechas de trazada en el circuito o el antibloqueo de los frenos, pero a la hora de la verdad es nuestra habilidad con la moto la que cuenta, y si no aprendemos a conducir en condiciones poco podremos hacer.
En cuanto a modos de juego, lo cierto es que no nos podemos quejar pero tampoco tendremos una variedad apabullante. El más importante es el modo trayectoria, en el que tendremos que coger a nuestro piloto desde cero y hacerle debutar en todas las competiciones posibles. En este modo contaremos con tres competiciones oficiales: la liga europea, la asiática y la americana, de manera que cuando elijamos una no podremos cambiar a la siguiente hasta ganar todos sus campeonatos. Una vez ganadas las tres, el campeonato mundial nos espera.
Dentro de cada liga, vamos a tener que enfrentarnos a diferentes pruebas, empezando por conseguir el carnet para lo cual habrá que realizar varias pruebas y desafíos. Tanto el carnet como los eventos de exhibición siguen la misma mecánica, ofreciéndonos medallas de bronce, plata u oro según el tiempo que tardemos en completarlos. No es fácil conseguir la puntuación máxima, al menos en las primeras horas, por las razones anteriormente dichas y la elevada dificultad que hace que tengamos que cogerle el truco al juego. Por supuesto, dentro de cada liga también nos enfrentaremos en campeonatos contra el resto de pilotos hasta ganar todas las copas que nos permitan saltar a la siguiente región.
Otros modos de juego más livianos -o no tanto- serán carrera única, donde nos podremos enfrentar a otros pilotos en carreras personalizadas a nuestro gusto, contrarreloj donde tendremos que luchar contra el crono por hacer el mejor tiempo y finalmente el modo resistencia, una dura prueba en la que tendremos que correr y ganar en pruebas que requieren largos periodos de tiempo, con la posibilidad de correr durante 24 horas seguidas si nos apetece.
En el modo multijugador veremos cómo en esta ocasión desaparece su vertiente local, no podremos sentarnos con un amigo o familiar en el mismo sofá y jugar a dobles, lo cual nos parece un punto muy negativo. En su lugar tendremos el modo online, que nos permitirá enfrentarnos a un máximo de 11 jugadores más en servidores dedicados. En este modo, podremos configurar una serie de opciones para evitar tramposos y malos jugadores, como por ejemplo activar el «modo fantasma» para evitar que los demás nos embistan y nos lancen fuera del circuito.
Al participar en una carrera o en cualquier prueba, tanto si ganamos como si perdemos, nuestro piloto recibirá experiencia con la que irá subiendo de nivel. Esto nos servirá no solo para indicar cual es nuestra experiencia a los mandos, sino que también desbloquearemos nuevos accesorios y pistas, pero también podremos conseguir experiencia de afinidad con nuestro modelo de moto y con la marca de la misma, lo que nos ofrecerá importantes descuentos en la compra de próximos modelos.
En el tema de licencias, la cantidad de motos disponibles es bastante alta, más de 120 modelos que podremos seleccionar de fabricantes tan famosos como Yamaha, Honda, Suzuki o Aprilia entre algunas de las 17 marcas que aparecen en el juego. Los circuitos también serán los ya existentes en la vida real, entre ellos Mugello, Laguna Seca o Interlagos por poner unos ejemplos, pero la cifra total es de 27 pistas con hasta 60 variaciones.
Si algo destaca en Ride 4 de manera sobresaliente sobre los demás elementos es la personalización. Podremos modificar montones de detalles de nuestro piloto, tanto en la indumentaria como en los datos técnicos, incluso tendremos la opción de seleccionar la postura en la que cogemos las curvas. El mismo nivel de personalización ofrecen las motos, a las que le podremos añadir piezas tanto estéticas como de motor para mejorar el rendimiento de las mismas, pudiendo comprarlas con los créditos ganados en las carreras. Y si lo que queremos es crear nuestros propios modelos, también será posible hacerlo con el completo editor que viene incluido de serie, con el que podremos crear nuestra propia indumentaria y decoración de la moto desde cero, con la posibilidad de subir nuestros diseños a la red y descargar los de otros usuarios. Una opción bastante completa que además nos puede reportar grandes beneficios.
En definitiva, si en algo destaca Ride 4 además de su realismo sin procedentes, es en su capacidad de configuración para adaptarse a todo tipo de públicos. Milestone ha creado un juego que va a dejar muy contentos a los fans de las dos ruedas y lo hace además con una jugabilidad atractiva y retante. Veremos que son capaces de ofrecernos en cuanto a realismo en un hipotético Ride 5, ya metidos de lleno en plena next gen, ya que han puesto el listón bastante alto.
Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por TNPR