Hace algo más de doce años nos llegaba Alan Wake, un título de Remedy Entertainment que después de 5 años de desarrollo y con la ayuda de Microsoft Studios, veía la luz en la plataforma Xbox 360 del gigante de Redmond. Dos años después hacía lo propio en PC, y a pesar de su éxito en críticas y unas ventas aceptables, su planeada segunda parte era desechada por el estudio para centrarse en su siguiente título, Quantum Break. Eso sí, antes de que Remedy se centrase en otros proyectos, lanzó para los fans del título dos episodios descargables que ampliaban la historia –La señal y El escritor– y una suerte de expansión independiente que se alejaba un poco de los eventos ocurridos en Bright Falls aunque todavía mantenía la conexión –Alan Wake’s American Nightmare-.
Aunque Remedy continuó con otros proyectos como Quantum Break y Control -del que luego supimos que trascurría en el mismo universo que Alan Wake– los fans del escritor que habían convertido al título en una suerte de juego de culto, se vieron recompensados con el anuncio de una remasterización de Alan Wake para sistemas más actuales y esta vez sí, el desarrollo de una secuela planeada inicialmente para 2023. Alan Wake Remastered vio la luz hace un año para PC, PlayStation 4 y 5, Xbox One y Series, y fue anunciada una versión para Nintendo Switch que quedó sin fecha hasta que llegó por sorpresa a la Nintendo eShop hace apenas unos días.
Alan Wake Remastered llegó el año pasado con mejoras de rendimiento, una actualización gráfica moderada, nuevas resoluciones y los dos capítulos especiales -DLCs- incluidos. Con esta puesta al día se pretendía prerarar a los usuarios para el venidero Alan Wake 2, y básicamente cumple su cometido, aunque el trabajo realizado haya sido meramente técnico y no se haya tocado para nada el juego base. Asimismo se echó de menos la inclusión de American Nightmare que parece que ha quedado en el limbo. Lo último que quedaba era comprobar la prometida versión para Nintendo Switch que sin temor a dudas ha decepcionado.
Pero antes de pasar a explicar por qué la versión de Nintendo Switch ha sido un experimento fallido, es recomendable poner en situación al usuario desconocedor de la franquicia de lo que ofrece el título de Remedy. Alan Wake es una aventura de acción con gran énfasis en una cuidada narrativa que nos traslada a la pequeña ciudad ficticia de Bright Falls, Estado de Washington. Alan Wake es un escritor de novelas de terror psicológico que sufre un bloqueo de inspiración que se toma unas vacaciones junto a su esposa en las cercanías de Bright Falls. Después de descubrir que todo era un plan de su esposa para ayudarle con su bloqueo, y de que ella desaparezca, Alan descubrirá que una Presencia Oscura sobrenatural esta detrás de todo lo sucedido y de él depende el destino de toda la ciudad.
El juego se divide en capítulos a modo de una serie de televisión con seis capítulos para la historia principal y dos capíulos especiales -los DLCs- que expanden la historia. Cada capítulo se irá desarrollando en diferentes escenarios con una exploración mínima y un avance guiado por la narrativa. Alan Wake podrá hacer frente a las sombras enemigas -que poseen a los habitantes de Bright Falls- con el uso de la luz, y esto en zonas oscuras o de noche se traduce en el uso de una linterna que materializará a los enemigos para poder atacarles con algún arma que solo de este modo será efectiva. Una jugabilidad simple pero que nos pondrá en tensión en varias ocasiones dado que continuamente tendremos que cambiar las pilas de la linterna o buscar puntos luminosos donde poder protegernos de nuestros enemigos.
Alan Wake es un juego que ha conseguido su popularidad y estatus más por su argumento y presentación, muy inspirados en el estilo del escritor Stephen King o de la serie Twin Peaks de David Lynch, que por su desarrollo o mecánicas jugables bastante simples y repetitivas. Pero sigue siendo un juego muy interesante de abordar, y para ello lo mejor sería hacerlo en cualquier plataforma antes que en Nintendo Switch. Nos ha parecido que Remedy no se ha esforzado lo suficiente en esta versión, sobre todo después de que hace unos días Nier Automata y Persona 5 Royal nos mostrasen unas versiones sobresalientes para la híbrida de Nintendo.
Se han tomado demasiados sacrificios como recortes gráficos en texturas, sombras, distancia de dibujado, vegetación o efectos de postprocesado, la resolución es la más baja nunca vista en el sistema -1056x594p en modo TV y 704x396p en modo portátil-, y encima el rendimiento no es estable y oscila entre los 30 y 20 frames por segundo. Todo un despropósito que queda incluso por debajo del juego original de Xbox 360 y que explica el por qué de este lanzamiento por sorpresa, solo digital, sin publicidad, a precio reducido y con descuento. Remedy ha querido cubrir expediente con la plataforma de Nintendo con un producto muy mejorable.
Alan Wake es un juego que merece ser disfrutado, de eso no hay duda, pero esta versión solo es recomendable si de verdad no hay opción de jugarlo en otra plataforma. Quizá en el modo portátil sea más disfrutable porque así se disimulan más los recortes gráficos, y el ritmo lento del juego convierte a las bajadas de rendimiento en un problema menor. No entendemos como un estudio con tan buena mano como Remedy ha podido coger la vía fácil de no trabajar esta versión lo suficiente para ofrecer un acabado en condiciones y más en la línea de lo que hemos estado viendo últimamente en la máquina de Nintendo, sin embargo, sí esperamos que a base de actualizaciones mejoren el juego todo lo que puedan.
Este análisis ha sido realizado en Nintendo Switch mediante una copia cedida por Epic Games