Este análisis ha sido realizado en PlayStation 5 mediante una copia cedida por PLAION

Desde su creación en 1986, Dragon Quest ha sido la franquicia del género JRPG más importante en Japón, una saga que, aunque parezca mentira, es más popular que la propia franquicia Final Fantasy en el país del sol naciente. A lo largo de numerosas entregas numeradas y múltiples spin-offs, Dragon Quest se ha dedicado a perfeccionar su fórmula clásica y fortalecer sus raíces en lugar de intentar evolucionar con las modas del mercado, lo que ha conseguido que se gane un lugar especial entre los aficionados al rol japonés más clásico. De toda la franquicia, Dragon Quest III -desarrollado en 1988 por Chunsoft y publicado por Enix- ha sido una de las entregas más queridas y que más impacto ha generado, y su influencia en el género se considera clave, ya que fue innovador en muchos aspectos que luego adoptaron otros títulos JRPG posteriores.

Desafortunadamente la historia de la franquicia Dragon Quest y su relación con occidente no fue tan idílica en sus comienzos, y su distribución fuera de Japón fue muy irregular, siendo solo algunos de los primeros Dragon Quest los que tuvieron la suerte de llegar a Estados Unidos -renombrados como Dragon Warrior, y dejando a Europa de lado hasta que en 1999 llegó Dragon Quest Monsters para Game Boy Color, y a partir de ahí la franquicia fue llegando a occidente de forma más fluida -a pesar de que a día de hoy todavía hay entregas y spin-offs que no salen de Japón-. En el caso de Dragon Quest III, en Europa no hemos podido disfrutar de este juego -por medios comerciales- hasta que hace unos años fue lanzado para smartphones y posteriormente portado a Nintendo Switch junto a la primera y segunda entrega.

Por motivo del 35 aniversario de la franquicia en 2021, se anunció este proyecto que ha tardado un poco más de la cuenta, pero la espera ha merecido totalmente la pena. Square Enix, al apostar por DRAGON QUEST III HD-2D Remake, nos ofrece la oportunidad de redescubrir este clásico a una nueva generación de jugadores que en su mayoría nunca pudo disfrutar de este gran juego. Con una espléndida estética visual bautizada como HD-2D y desarrollada por el Team Asano para muchas de sus recientes producciones -Octopath Traveler, Triangle Strategy, Live A Live- que fusiona entornos 3D con preciosistas sprites 2D en alta resolución, y mejoras significativas en jugabilidad y narrativa, esta nueva versión equilibra perfectamente la modernización del juego con su alma clásica, lo cual encantará tanto a veteranos de la saga como a nuevos jugadores.

La historia del juego original nos presentaba a un joven héroe -o heroína, a elegir por el jugador- del reino de Aliana que, al cumplir los 16 años, tomaba la misión de derrotar al malvado Baramos, el enemigo que su propio padre, el legendario héroe Ortega, había intentado vencer sin éxito en el pasado perdiendo la vida, aparentemente, en el intento. Suena a topicazo, es cierto, pero el juego se guardaba sorpresas narrativas impropias de un título de su época, y además más importante que la historia era el viaje del héroe, esta vez en un mundo abierto de un tamaño muy considerable, con montones de localizaciones que visitar, múltiples misiones que cumplir, y mucho que explorar con cierta libertad ya que el juego nos daba pistas vagas de nuestro próximo objetivo, pero no nos guiaba de la mano, todo un adelanto a su época.

La trama de DRAGON QUEST III HD-2D Remake sigue siendo la de nuestro héroe determinado a derrotar a Baramos y su viaje por todo el mundo para conseguirlo, pero en esta nueva versión tendremos añadidos narrativos que enriquecen el trasfondo de nuestra aventura, y que sorprenderán al jugador. Exploraremos más a fondo la figura de Ortega, el padre del protagonista, y la historia se ha adaptado adecuadamente para que podamos jugar este juego en primer lugar, y los futuros remakes de Dragon Quest I y II previstos para el próximo año, después. Además, esta vez se cuenta con más escenas de mayor dramatismo y voces en japonés o inglés para los diálogos más importantes, con subtítulos en español. El trabajo de localización sigue el patrón de las entregas de la franquicia más recientes, dándole a cada personaje y población una personalidad única.

Uno de los mayores atractivos del remake es la modernización de mecánicas sin sacrificar la esencia clásica. Los encuentros con los enemigos son aleatorios y con una altísima frecuencia. El sistema de combate por turnos es el de siempre: el jugador puede elegir entre luchar, cambiar la táctica del grupo entre varias opciones, o huir… pero se han incluido mejoras de calidad de vida como el aumento de la velocidad de batalla, el aumento de la velocidad de los textos, y se introducen tres niveles de dificultad, una novedad que Yuji Horii, el creador de la saga, consideró necesaria para hacer el juego más accesible a nuevos jugadores. También contaremos con funcionalidades como autoguardado, un marcador de objetivos -que podremos desactivar- y la posibilidad de revisar diálogos importantes, que nosotros mismos decidamos guardar.

Además, el sistema de clases de personajes o vocaciones sigue siendo una de las características que tuvo este juego en su día, y esta vez se incorpora una nueva: el domabestias, que puede capturar monstruos y emplear sus habilidades en batalla. Las clases tradicionales siguen presentes y con la posibilidad de elegir nombre, género, y apariencia para cada personaje, incluyendo color de pelo y tipo de voz. También es posible cambiar de clase a lo largo del juego, lo que permite conservar habilidades adquiridas previamente y ajustar la composición del equipo según nuestras preferencias. Obviando a nuestro protagonista, los otros tres miembros del grupo los podremos cambiar cuando queramos en el lugar dispuesto para ello, pudiendo elegir nuevos compañeros o crearlos nosotros mismos.

Una nueva adición es el coliseo de Romaria, que permite reclutar monstruos y enfrentarlos en combates de tres contra tres. Similar a los torneos de Dragon Quest Monsters, en esta arena no se controlan directamente los ataques, sino que se establecen tácticas previas para los monstruos y los combates transcurren automáticamente. Es una buena forma de conseguir recompensas de forma sencilla, aunque conforme ganemos el nivel de dificultad irá aumentando. Para conseguir monstruos, tendremos que encontrar por el mundo monstruos pacíficos y convencerlos de que vayan al refugio de Moncho, algo que no será siempre sencillo y para lo que es recomendable llevar un Domabestias en el grupo. Además de este gran añadido y los antes comentados, tendremos más secretos repartidos por el mapamundi para potenciar la exploración.

Visualmente, Dragon Quest 3 HD-2D Remake es un auténtico espectáculo. La estética HD-2D combina los sprites en 2D en alta definición con entornos 3D y efectos de iluminación dinámica que dan una nueva vida a los mapas y escenarios clásicos de Famicom. Los detalles, como el ciclo día-noche -que además afecta a la jugabilidad- son preciosos y hacen que el título sea uno de los más bellos de los que hemos jugado recientemente. La calidad del pixel art es impresionante, comparable a otros títulos como Octopath Traveler y Live A Live, con los que comparte la misma técnica de iluminación y texturizado. En cuanto al sonido, la banda sonora del juego original no solo mostraba un altísimo nivel, sino que además para muchos es la mejor de toda la franquicia. Las icónicas composiciones de Koichi Sugiyama están ahora orquestadas por la Orquesta Sinfónica Metropolitana de Tokio, y junto a los efectos de sonido clásico originales, crean una atmósfera única.

Square Enix ha logrado que Dragon Quest 3 HD-2D Remake ofrezca una experiencia que respeta y mejora el legado del original, pudiendo atraer tanto a los seguidores de la franquicia como a los nuevos jugadores. Pero hay que tener algo en cuenta, su base sigue siendo la de un juego de Famicom de 1988 y por adelantado que estuviera a su tiempo, mantiene ciertas características en desuso que aquí vamos a tener que experimentar, y si, nos referimos a la cantidad insana de combates que nos esperan, por mucho que se hayan agilizado. La combinación de una narrativa mejorada y expandida, mejoras de calidad de vida, refinamiento de mecánicas y un apartado audiovisual soberbio hace de este remake una joya obligatoria para todo jugador que le gusten los JRPG, conozcan o no el juego original.