Octopath Traveler 0 llega como uno de los proyectos HD-2D más interesantes de Square Enix hasta la fecha. Como precuela del Octopath Traveler original, esta entrega busca expandir la mitología de Orsterra al mismo tiempo que refina las mecánicas y la presentación características de la serie. Partiendo de Octopath Traveler: Champions of the Continent, un juego publicado originalmente para móviles, las dudas acerca de lo que podía ofrecer Octopath Traveler 0 eran razonables. Octopath Traveler: Champions of the Continent, a fin y al cabo, fue un producto especialmente exitoso en Japón, pero apostaba con fuerza por las mecánicas gacha y las transacciones. Sin embargo, y en contra de los pronósticos más agoreros, el trabajo realizado por DokiDoki Groove Works, los encargados de realizar esta adaptación a plataformas domesticas, ya os podemos adelantar que ha sido impecable.

La estructura narrativa de Octopath Traveler 0 representa uno de los cambios más significativos con respecto a anteriores títulos de la serie. En lugar de seguir a ocho protagonistas separados con historias apenas conectadas, en esta ocasión el juego se centra en un único héroe personalizable cuya ciudad natal ha sido destruida. Este ancla emocional otorga al relato una continuidad más fuerte que en entregas anteriores y el misterio que rodea a los Anillos Divinos, motor que impulsa la narrativa, proporciona un hilo conductor convincente. Aunque el juego sigue contando con un amplio elenco de personajes reclutables -más de treinta en total-, sus historias orbitan ahora alrededor de la narrativa central en lugar de existir en paralelo, lo cual crea una experiencia más unificada y conexa. La escritura también es más madura y compleja que en entregas anteriores, explorando temas como la pérdida, la responsabilidad y el peso del legado. Los villanos están más desarrollados, a menudo encarnando ideologías en lugar de simple maldad, y la construcción del mundo se beneficia del contexto de precuela, ofreciendo destellos de la historia temprana de Orsterra que enriquecen el trasfondo sin depender de la nostalgia.

Uno de los aspectos más llamativos de esta entrega es la manera en que integra la progresión del jugador con la reconstrucción de la ciudad natal del protagonista. Este sistema de reconstrucción no solo funciona como un elemento narrativo, sino también como una mecánica jugable que influye en el acceso a nuevas misiones, personajes y recursos. A medida que el jugador invierte tiempo y materiales en restaurar edificios, atraer nuevos habitantes y mejorar las instalaciones, la ciudad se convierte en un reflejo tangible del viaje del protagonista. Esta sensación de crecimiento compartido entre el héroe y su hogar añade una nueva dimensión que no estaba presente en títulos anteriores de la serie. La reconstrucción no es un simple añadido superficial: está integrada en la estructura del juego de manera que cada mejora tiene un impacto real en la experiencia, ya sea desbloqueando nuevas rutas comerciales, permitiendo el acceso a equipamiento avanzado o abriendo líneas narrativas que profundizan en la historia del mundo.

La exploración también se beneficia de esta nueva estructura. Aunque el mapa conserva la naturaleza fragmentada y diversa que caracteriza a Orsterra, la presencia de un punto de origen que evoluciona con el tiempo da mayor cohesión al viaje. Las regiones que el jugador visita no solo sirven como escenarios para misiones, sino como fuentes de recursos, aliados y conocimientos que repercuten directamente en el desarrollo de la ciudad. Esta interconexión entre exploración y reconstrucción crea un ciclo jugable que incentiva la curiosidad y la planificación estratégica. Cada región tiene su propia identidad visual y cultural, y el juego se toma su tiempo para presentar sus particularidades sin caer en la repetición. Desde aldeas montañosas hasta puertos bulliciosos, cada zona ofrece desafíos únicos y oportunidades para expandir el elenco de personajes.

Temíamos que este sistema de reconstrucción se acabase convirtiendo en una sola que acabase frenando la progresión de la historia, algo reminiscente del origen de Octopath Traveler: Champions of the Continent como juego de móviles, pero, sin embargo, nos hemos encontrado un sistema muy entretenido y bien integrado que, de hecho, nos incita a avanzar y nos premia por ello, convirtiéndose en uno de los motores que nos mantendrán enganchados durante el centenar de horas de juego que nos puede dar Octopath Traveler 0.

El combate sigue siendo uno de los pilares más sólidos de la franquicia, y Octopath Traveler 0 refina los sistemas de Break and Boost y los Boost Points tradicionales con añadidos bien pensados. La posibilidad de desplegar hasta ocho miembros activos en el grupo añade una nueva capa de profundidad táctica, animando al jugador a pensar con más cuidado en la formación, las sinergias y el orden de turnos. Los combates contra jefes son especialmente impresionantes, a menudo presentando encuentros de varias fases que exigen adaptación y planificación estratégica. El sistema de trabajos ampliado permite experimentar más que nunca, y las nuevas habilidades de Maestría, disponibles mediante objetos especiales, ofrecen opciones adicionales que pueden transformar el rol de un personaje en batalla, añadiendo variedad y flexibilidad al desarrollo del equipo. Esta combinación de elementos hace que cada enfrentamiento resulte significativo y que incluso los combates aleatorios mantengan un ritmo dinámico y satisfactorio.

La presentación general del juego demuestra una atención al detalle que va más allá de lo visual y lo narrativo. Los menús son claros y elegantes, la interfaz es intuitiva y las animaciones de combate están diseñadas para transmitir impacto sin sacrificar la claridad táctica. La fluidez con la que se desarrollan las transiciones entre exploración, diálogo y combate contribuye a una experiencia cohesiva que mantiene al jugador inmerso en el mundo de Orsterra. Incluso en los momentos más tranquilos, como al recorrer una aldea o conversar con un NPC, el juego transmite una sensación de cuidado artesanal que refleja el compromiso del equipo de desarrollo con la calidad.

Lo que hace que Octopath Traveler 0 resulte inmediatamente llamativo es la madurez que ha alcanzado la estética HD-2D que se ha convertido en sinónimo de la franquicia. En Octopath Traveler 0 este estilo visual alcanza un nuevo nivel de pulido: la iluminación es más rica, las sombras más dinámicas y los entornos resultan más detallados y vivos que nunca. Las ciudades rebosan de pequeñas animaciones, los bosques brillan con efectos atmosféricos y las mazmorras resultan más imponentes gracias al trabajo mejorado de partículas y a las técnicas de profundidad de campo. La dirección artística sigue anclada en la nostalgia del JRPG más clásico, pero la ejecución técnica la eleva a algo que se siente a la vez moderno. Es un testimonio de lo mucho que ha evolucionado el estilo HD-2D desde su debut, y Octopath Traveler 0 se erige como uno de los ejemplos más cohesivos y expresivos de esta técnica.

La música, como es habitual en la serie, juega un papel fundamental en la construcción de la atmósfera. Aunque esta reseña no se centra en detalles técnicos específicos, es evidente que la banda sonora mantiene el nivel de excelencia que los fans esperan. Las melodías que acompañan la exploración, los combates y los momentos clave de la historia están cuidadosamente compuestas para reforzar el tono emocional de cada escena. Los temas de batalla, en particular, destacan por su energía y su capacidad para elevar la tensión de los enfrentamientos más exigentes. La música de Octopath Traveler 0 no solo acompaña la acción, sino que la enriquece, convirtiéndose en un elemento inseparable de la experiencia.

En conjunto, Octopath Traveler 0 se presenta como una evolución natural de la serie, una entrega que respeta las bases establecidas por sus predecesores mientras introduce innovaciones que enriquecen la fórmula. La combinación de un protagonista personalizable, un sistema de reconstrucción profundo, un combate refinado y una narrativa más cohesionada da como resultado una experiencia que se siente familiar pero fresca. Para los fans de la franquicia, ofrece una mirada más profunda a los orígenes de Orsterra y una expansión significativa de su mitología. Para los nuevos jugadores, constituye una puerta de entrada accesible y atractiva a uno de los universos más distintivos del JRPG moderno. Eso sí, en inglés.