Hace poco más de un año, llegaba a las tiendas un extraño juego llamado Remnant: From the Ashes, el cual también analizamos aquí. Este juego, obra de la compañía Gunfire Games -encargados de los diferentes ports de la saga Darksiders-, nos proponía una especie de shooter con toques de RPG ambientado en un futuro postapocalíptico. Hoy en cambio nos llega Chronos: Before the Ashes, otro juego más de una franquicia que tiene visos de convertirse en saga.

Hay que advertir que no estamos ante un juego nuevo, pues este juego realmente salió a la venta nada menos que hace 4 años, en 2016 y en exclusiva para Oculus Rift bajo el nombre de Chronos VR, únicamente para realidad virtual e indirectamente convirtiéndose en la primera entrega de la saga. La entrega que nos llega ahora es la versión 2D de dicho juego, o mejor dicho, para consolas domésticas sin ningún atisbo de realidad virtual y con la posibilidad de jugar con pad tradicional y en nuestros televisores.

Y como su nombre bien indica, Chronos: Before the Ashes es una precuela del mencionado Remnant. Sin ánimo de spoilear demasiado, concretamente el juego se ambienta un mes antes de los sucesos acontecidos en Remnant, encarnando a un/a joven que tendrá la misión de enfrentarse al dragón legendario, que lleva tiempo acabando con la vida de varios héroes que han intentado acabar con él y ahora llega nuestro turno, ¿podremos conseguirlo?

Lo curioso de este juego es que cambia totalmente su jugabilidad respecto a Remnant. Mientras que en el anterior juego estábamos principalmente ante un shooter con grandes dosis de exploración, Chronos se transforma en un souls-like de esos que tanto abundan hoy día. Inspirándose en la jugabilidad de la franquicia de From Software, aquí lo que abunda es el cuerpo a cuerpo con armas blancas y saber defenderse y esquivar a tiempo.

Hay que decir que, como souls-like, se encuentra a un nivel más bien básico respecto a otros juegos con temática similar, con poca variedad de enemigos, armas y acciones posibles. No hay que verlo precisamente como algo malo, de hecho lo podemos considerar como un juego perfecto para iniciarse en la fórmula gracias a su sencillez y su no -muy- elevada dificultad, lo que lo convierte en idóneo para quien nunca se ha atrevido con este tipo de juegos. Pero todo hay que decirlo, no es un juego que destaque en ninguno de sus ámbitos, especialmente para quien ya está acostumbrado a este tipo de juegos, quien se va a encontrar nulo reto jugable considerando que hay opciones bastante mejores.

En lo que respecta al combate, contaremos con los movimientos habituales de esta fórmula: ataque débil, ataque fuerte, rodar, escudo y parry. Las colisiones son buenas y normalmente no tendremos problemas con ellas, si nuestra arma toca al enemigo le quitará vida, aunque en ocasiones veremos cómo algunos golpes que claramente tocan al enemigo no le hacen ningún daño, pero opino que eso es algo que ocurre en todos los souls-like de una manera u otra. Todo depende de que se vaya puliendo con sucesivos parches y actualizaciones, no considerándose como algo grave.

La variedad de armas es escasa, apenas 7 u 8 en total, dividiéndose principalmente en ligeras y pesadas como por ejemplo espadas, mazas o lanzas. Estas armas por supuesto las podremos mejorar, utilizando para ello los materiales que dropean algunos enemigos al morir. Para complementar la poca variedad de armas, contaremos también con diferentes tipos de magias elementales con las que podremos equiparnos, pudiendo realizar ataques cargados que tendrán diferentes efectos según su naturaleza.

Sin embargo hay algunas mecánicas que convierten al juego en diferente a lo que hayamos visto antes, empezando por las «hogueras». Al contrario que en los demás juegos similares, aquí descansar en la hoguera -o la piedra dimensional en este caso- no hace que los enemigos abatidos vuelvan a aparecer, de hecho no volverán a aparecer hasta que nos maten, momento en el que el mundo se reiniciará. Por contra, esto también hará que las opciones para curar nuestra salud tampoco se recarguen al interactuar con la piedra, teniendo que morir también si queremos volver a tener el contador al máximo, una medida que personalmente no me agrada porque te obliga a morir a propósito como estrategia.

De igual manera, los enemigos y jefes tampoco sueltan «almas» al morir, ni mucho menos tendremos que ir al lugar donde morimos por ultima vez para recuperar lo que hemos perdido, en su lugar habrá mecánicas de un RPG tradicional y nos obsequiarán directamente con experiencia que iremos acumulando para subir de nivel. Al levear, obtendremos puntos de habilidad que podremos distribuir como queramos entre las cuatro características de nuestro personaje: fuerza, vitalidad, arcano -o magia- y agilidad.

Pero la mecánica que hace a este juego realmente diferente es la de la edad, que afecta directamente al núcleo jugable. Cada vez que perdamos la vida, nuestro personaje envejecerá un año, cosa que iremos notando en su aspecto físico al ver cómo le va creciendo vello facial y arrugas. Esto también afecta a las estadísticas, pues cuanto más mayores seamos, menos agilidad y fuerza tendremos, pero a cambio nuestro personaje obtendrá un bonus en el apartado de magia. Cada 10 años de vida y hasta llegar a los 80 años, podremos obtener también una habilidad especial a escoger entre tres posibles, lo que nos otorgará un buen aumento en alguna de nuestras estadísticas.

Alejándonos ya del apartado del combate, la estructura jugable también es novedosa gracias a los numerosos puzles que encontraremos por el camino. Con un sistema que casi parece heredado de los Resident Evil, durante nuestro viaje recopilaremos objetos en nuestro inventario que tendremos que utilizar en el sitio correcto para abrir puertas o activar caminos, siendo incluso necesario examinarlos y combinarlos entre ellos.

Respecto al diseño de escenarios, sorprende en ocasiones gracias a su estilo que fusiona elementos de la época actual y futurista con la ambientación medieval, aunque predominando sobre todo este último. Lamentablemente los niveles son bastante pasilleros, lineales y parecidos entre sí, existiendo muy poco -más bien nulo- backtraking que nos haga volver sobre nuestros pasos hacia zonas anteriores para descubrir nuevos caminos u objetos.

En el apartado audiovisual, gráficamente es llamativo teniendo en cuenta que no está excesivamente detallado, funcionando además a 60 frames sin problema alguno, aunque en algunas zonas concretas me he encontrado con unas texturas horribles o directamente elementos sin texturizar. En cuanto al sonido, tendremos doblaje español, sí…pero español latino, sin opción a poner las voces en español de España, pero podremos ponerlo en inglés con subtítulos a nuestro idioma.

A pesar de su mecánica souls, estamos ante un juego bastante corto, en apenas 6 o 7 horas de juego habremos derrotado al jefe final y visto los créditos, y además tampoco contaremos con el habitual «Nueva partida +». Sí que tendremos, en cambio, selector de dificultades para jugar con un poco más de reto, pudiendo escoger hasta tres de ellas aunque tampoco es que vayan a suponer una diferencia demasiado grande.

En resumen, Chronos: Before the Ashes nos ofrece una nueva ración del mundo de Remnant, pero ofreciendo una nueva perspectiva y manera de jugar. No sabemos exactamente a qué se debe el cambio del estilo jugable, pero dentro de su género ofrece un buen producto, dejando un buen sabor de boca en su conjunto a pesar de que sus elementos por separado no destaquen demasiado. Por los 26’99€ que cuesta se le puede dar una oportunidad.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Dead Good Media