Gungrave G.O.R.E. se presenta como una de las principales novedades del año, especialmente en Xbox Series X/S con su lanzamiento día 1 en Game pass que lo ha puesto en la mira de aquellos que sienten bastante curiosidad por este título de acción desarrollado por el estudio Iggymob y distribuido en España por PLAION. ¿Conseguirá colmar las expectativas de los jugadores? ¿Cómo es realmente este juego? Es hora de desentrañar su propuesta.

Antes de nada hagamos un poco de historia: Gungrave es una saga de videojuegos que nació en PlayStation 2 en el año 2002 a manos de Yasuhiro Nightow. En el año 2004 se lanzó su secuela, Gungrave: Overdose, que mejoraba la fórmula jugable del título inicial y entre medias, se lanzó al mercado una serie anime que contaba los hechos del primer juego de manera un poco reinterpretada. Han tenido que pasar 18 años para que veamos una nueva continuación videojueguil de esta saga.

Sobre la trama de Gungrave en general y haciendo un resumen rápido, el protagonista es Brandon Heat, un ratero de los bajos fondos que tras ser engañado y asesinado por su mejor amigo, renace como el guerrero Grave con el objetivo de detener las operaciones ilegales de su antigua banda, la cual se encuentra enfrascada en la creación de una nueva droga llamada SEED. En Gungrave G.O.R.E, Grave y sus amigos intentan detener a los miembros del clan Cuervo, una nueva banda que nuevamente está poniendo el SEED en circulación. Con su temática futurista a la vez que underground, el argumento recuerda mucho a una especie de Juez Dredd versión anime.

A pesar de lo que parecían presagiar los trailers del juego, no nos encontramos ante un hack ‘n slash -aunque tiene sus toques- sino ante un third person shooter tradicional. Tendremos que ir superando niveles a base de disparos contra los diferentes enemigos que nos van apareciendo, en ocasiones en grandes cantidades, hasta llegar al final del escenario para pasar al siguiente. Grave cuenta con sus dos pistolas como arma, las cuales cuentan con munición infinita para que no nos tengamos que preocupar por este aspecto. Por defecto el apuntado se centra en el enemigo más cercano que haya a nuestro alrededor, aunque también podremos seleccionar autofijado en un enemigo concreto.

Además de eso, nuestro protagonista siempre lleva encima su propio ataud – que lleva por nombre «cerbero»-, el cual tambien nos servirá como arma cuerpo a cuerpo para romper las defensas de algunos enemigos y a su vez hacer daño. Con este ataud podremos realizar ataques especiales que abarcan un mayor rango y dañará a más enemigos, como por ejemplo lanzarlo como si se tratase de un misil o golpearlo contra el suelo dañando a todos los enemigos a nuestro alrededor. Además, principalmente nos servirá a modo de gancho para atraer hacia nosotros – o ser atraídos- a enemigos aturdidos, a los cuales podremos matar de una manera especial para aumentar nuestro indicador de estilo.

A pesar de esto, Gungrave G.O.R.E no está exento de problemas o defectos, según como los considere cada uno, pero especialmente veo tres grandes fallos en el juego. El primero de ellos es su propia concepción, pues estamos ante una secuela tan continuista que hereda absolutamente todos sus apartados de los juegos de PS2, tanto para bien como para mal. Esto quiere decir que en lugar de basarse en shooters recientes y utilizar físicas más actuales, nos encontramos con una jugabilidad arcaica y desfasada más propia de la era 128 bits que a día de hoy no sorprende ni termina de gustar. Los disparos no dan verdadera sensación de impacto y el movimiento del protagonista tampoco es que sea especialmente pulido.

El segundo problema es que la dificultad está muy mal medida y en ocasiones cuenta con unos picos de dificultad que llegan a ser absurdos, pues algunas veces nos pondrán tantos enemigos en pantalla atacándonos todos al mismo tiempo que nuestra barra de vida se vaciará en pocos segundos. No voy a hacer spoilers, pero en concreto en el 5º nivel es donde vamos a encontrar la primera gran situación que nos va a dar muchos problemas y frustraciones en cierto segmento.

Esto es algo que se puede solucionar de manera sencilla, rejugando niveles anteriores y acumulando experiencia para comprar nuevas mejoras y habilidades. Pero claro, debido a la longitud de los niveles y a la poca experiencia que recibimos en cada uno, tendremos que rejugarlos varias veces para acumular una cantidad decente de puntos que canjear. Otra opción -y la que recomiendo personalmente- es comenzar el juego en modo fácil para una primera pasada, aunque nuevamente y debido a la dificultad mal medida que comentaba antes, el modo fácil es demasiado fácil y el modo normal es demasiado duro. Por fortuna, podremos seleccionar la dificultad que queramos en cada misión por separado, de manera que si una parte se nos complica podremos jugarla en modo fácil para posteriormente volver a dificultad normal.

En menor medida, el último problema lo encontramos en los escenarios, los cuales son bastante lineales, repetitivos y vacíos. La falta de coleccionables o de algún tipo de contenido que incite a la exploración le pesa mucho, pues al final lo que haremos será continuar por el camino que nos indica la brújula y ni nos molestaremos en mirar cada rincón sabiendo que no vamos a encontrar absolutamente nada. A pesar de que viajaremos a diferentes localizaciones como Hong Kong o Vietnam, todas ellas acaban siendo visualmente muy parecidas entre sí tanto en su estética como en su estructura, con «miniarenas» en las que enfrentarnos a enemigos y continuar avanzando para llegar a la siguiente zona donde volveremos a hacer lo mismo.

Pero lo más interesante es que, a pesar de todos sus defectos, el título funciona perfectamente y acaba siendo divertido en su jugabilidad. Empezaremos a jugar y pronto nos daremos cuenta de que se nos ha pasado el tiempo volando, la mecánica de disparar como un loco y superar niveles para hacer a nuestro protagonista aún más fuerte para disparar más a lo loco todavía acaba enganchando bastante. En general es fácil pasar por alto sus defectos y la diversión acaba llevándose todo el protagonismo.

En cuanto al apartado técnico, gráficamente el juego no da la talla ni explota todo su potencial, pues como ya mencionamos antes, ni los modelados están muy elaborados ni los escenarios son ricos y variados, dando una sensación enorme de monotonía, aunque por fortuna el juego se mueve perfectamente a 60 frames sin caer en ningún momento. Respecto al sonido la cosa mejora bastante, con una banda sonora con temas de rock frenético y pegadizos que convierten cada combate en tensión pura y dura. En el idioma, tendremos textos en castellano con voces en inglés, aunque podremos seleccionar voces japonesas si lo deseamos, lo cual le da un plus a este apartado.

En definitiva, Gungrave G.O.R.E es, para bien o para mal, un juego que tiene muy en cuenta su origen y la plataforma que le vio nacer. Estamos ante un juego que evidentemente podría haber sido mucho mejor, pero quizás a costa de perder su propia esencia jugable y tanto el estudio como su creador tenían claro el tipo de juego que querían ofrecernos. Un título bastante recomendable si rebajamos las expectativas y sabemos de antemano lo que nos vamos a encontrar.

 


Este análisis ha sido realizado en Xbox Series S mediante una copia cedida por PLAION