Este análisis ha sido realizado en Nintendo Switch mediante una copia cedida por PLAION
En 2018 llegaba a PlayStation 4, Xbox One y PC el RPG de mundo abierto Kingdom Come: Deliverance, con una peculiaridad bastante notoria, su acción transcurría en el medievo con localizaciones, personajes y hechos históricos reales y sin un ápice de fantasía a la que otros RPGs medievales nos tienen acostumbrados. Lógicamente la historia de nuestro personaje si era ficción, pero el estudio checo Warhorse Studios quería que esta se desarrollase en un contexto lo más real posible, por supuesto tomándose las licencias necesarias para hacer al juego entretenido, aunque eso sí, como RPG muy exigente y quizá no para todos los públicos. El juego recibió críticas mixtas en su lanzamiento debido a sus numerosos bugs -que se fueron resolviendo en actualizaciones posteriores- y su sistema peculiar de salvar partida, muy poco accesible.
A pesar de los inconvenientes y antes de la salida de la versión de Nintendo Switch que es la que nos ocupa, el juego ha vendido estos años relativamente bien, con más de seis millones de unidades, y todo esto incluso con la controversia que se llegó a crear sobre el rigor histórico del juego, donde varios académicos e historiadores pusieron en duda desde la composición social y racial de los personajes del juego, hasta la interpretación de ciertas figuras históricas. Aunque el estudio a través de sus fundadores Daniel Vávra y Martin Klíma siempre defendieron el rigor histórico con las fuentes consultadas, se acabó reconociendo algunas concesiones en pos de la jugabilidad del título. Varios DLCs se lanzaron del juego entre 2018 y 2019 y ese mismo año vio la luz la Royal Edition que incluía el juego base y todo el contenido adicional hasta la fecha.
Aunque la introducción del juego que hemos realizado es común para cualquier versión del mismo, la versión que estamos reseñando es la de Nintendo Switch, lanzada seis años después del lanzamiento del título original, y porteado por Saber Interactive, estudio que conoce muy bien el hardware de la consola de Nintendo y que ya ha demostrado cosas sorprendentes en ella como la versión de The Witcher 3. Por supuesto se han tenido que hacer concesiones irremediables de carácter técnico debido a la diferencia de potencia entre el hardware de las plataformas originales y el de Nintendo Switch pero el contenido al completo del juego y todo su contenido adicional esta disponible en esta versión que nos ocupa.
El realismo de Kingdom Come: Deliverance comienza por su historia situada en el Reino de Bohemia -territorio parte de la actual República Checa- en 1403. El gran rey Carlos IV ha muerto dejando el reino en manos de su hijo Wenceslao IV, un gobernante débil y que no esta a la altura de la sombra de su padre. Ante esta situación y dada la despreocupación de Wenceslao por sus labores reales, la nobleza acaba dándole la espalda y apoyando a su hermanastro Segismundo, Rey de Hungría. Este no tardó en asaltar el poder, secuestrar a su hermanastro Wenceslao y hacerle abdicar, y reprimir brutalmente a todos los partidarios del anterior monarca. Y aquí es donde comienza el viaje de Henry, el hijo del herrero de Skalice que ve a su pueblo reducido a cenizas y a sus padres asesinados por el ejercito de Segismundo y jurará venganza por ello.
Con esta premisa histórica nos espera un viaje del héroe que nos llevará de ser un simple aprendiz de herrero a un caballero juramentado -algo muy improbable en la época-que nos permita alcanzar nuestra venganza, pero avisamos, el viaje no será nada fácil. Warhorse Studios ha querido que la porción de la Bohemia que compone el mapeado sea lo más realista posible, tanto por su localización geográfica usando mapas de la época, como por el estilo de vida medieval de aquella zona, sus costumbres, su composición social y los personajes históricos reales con los que llegaremos a interactuar. Con el realismo como abanderado nos sumergimos en una aventura bastante exigente y profunda -incluso poco amigable con el jugador novel- donde hasta tendremos que preocuparnos por cosas tan mundanas como comer, descansar o asearnos.
Descubriremos enseguida que Henry no es el héroe que desde el primer momento pueda enfrentarse a hordas enemigas sin siquiera un rasguño. El propio sistema de combate intenta ser realista y brutal, con una complejidad que de inicio invita a huir de todo combate innecesario hasta que aprendamos lo suficiente. Las misiones las podremos abordar de diferente manera, con más de una posible solución -robo, persuasión, coacción, violencia, soborno, etc.- y suelen tener consecuencias con impacto directo en nuestro entorno y nuestra reputación. La apariencia también es importante, de ahí la importancia del aseo, aunque si hablamos con un NPC manchados de sangre, es posible que se habrán nuevas misiones más arriesgadas o nuevas vías de alguna misión activa, todo cuenta y dota al juego de una profundidad pocas veces vista.
Pero llega el momento de hablar de lo que todo interesado de la versión de Switch lleva esperando, del apartado visual y el rendimiento. El juego original usaba el motor Cry Engine y en su salida no estuvo carente de ciertos fallos y un rendimiento inconstante, sobre todo en consolas. Con estos antecedentes era fácil dudar del rendimiento y la calidad gráfica que esta versión de Switch podía mostrar de un juego tan grande y relativamente exigente. Pero con Saber Interactive todo es posible y en este caso han vuelto a hacer magia, se nota su profundo conocimiento del hardware de Nintendo y su experiencia previa con el motor del juego -se encargaron de la remasterización de la trilogía Crysis-. Se ha sacrificado calidad de texturas y resolución, en algunos momentos hasta se puede apreciar cierta borrosidad-, pero se ha conseguido un rendimiento relativamente estable a 30 frames con caídas puntuales, y todo esto manteniendo la iluminación dinámica y todos los efectos de postprocesado, auténtica brujería.
Hay que recordar que Kingdom Come: Deliverance – Royal Edition lleva incluidos los seis DLCs lanzados para el título: «Tesoros del pasado», «Desde las cenizas», «¡Torneo!», «Las aventuras amorosas del audaz Sir Hans Capon», «Banda de canallas», y «Destino de mujer», lo que eleva las horas disponibles de contenido a esta aventura ya de por si de tamaño generoso. Saber Interactive ha hecho un gran trabajo de conversión que en principio no era una tarea sencilla, y a la hora de recomendarlo hay que tener muy en cuenta las concesiones realizadas en calidad de texturas y resolución pero también hay que reconocerla maestría para que Kingdom Come: Deliverance pueda correr en una Nintendo Switch. Si ya habéis jugado al título original, poco aliciente va a tener esta versión, pero si no es el caso, Nintendo Switch es vuestra plataforma principal, y os atrevéis a adentraros en un RPG de mundo abierto de temática medieval y tono realista -complejo y exigente- esta es vuestra oportunidad.