Loop Hero ha pasado de ser un juego que en principio parecía no aspirar muy alto a convertirse en el juego de moda prácticamente de la noche a la mañana. La obra de los rusos Four Quarters distribuida por la siempre acertada Devolver Digital ha resultado un tremendo éxito -recientemente han anunciado que ya llevan medio millón de copias vendidas- y no es para menos, ya que estamos ante uno de los juegos más adictivos y singulares del año. ¿Pero qué es lo que hace tan especial a este título? adentrémonos en el bucle infinito para descubrirlo.

Para hablar de Loop Hero, antes debemos hablar de su argumento, ya que está estrechamente ligado a su jugabilidad: controlamos a un héroe que se despierta tras un rato de estar inconsciente y se encuentra con que su mundo ha sido reducido a la nada, tan solo queda un camino por el que seguir avanzando. Por el camino se da cuenta de que algunas cosas que creía perdidas vuelven a aparecer a medida que va recordando, por lo tanto es su tarea devolver al mundo a la normalidad encontrándose con todo lo que pueda.

Definir Loop Hero es bastante complicado, pues es una mezcla de géneros tan numerosa que cuesta más explicarla que directamente jugar para ver ante lo que estamos. Podríamos considerarlo como un idle game con toques de RPG, juego de cartas y city builder, pero es mucho más que eso, algo de lo que ya nos daremos cuenta en los primeros compases de la aventura. Si vemos capturas del juego o leemos información sobre el mismo nos va a parecer totalmente imposible de comprender y muy difícil de jugar, sin embargo nada más lejos, el maravilloso tutorial consigue casi por arte de magia que en tan solo unos minutos ya estemos disfrutando plenamente de la aventura con casi todas sus opciones disponibles.

¿Pero cómo se juega a esto? lo primero que nos va a llamar la atención nada más empezar va a ser el loop o el bucle. Cada nueva expedición que comencemos, veremos cómo se forma ante nuestros ojos un circuito cerrado generado de manera procedural que tendremos que recorrer sobre raíles desde que salimos de la hoguera hasta que volvemos a llegar a ella, lo que contará como un loop, y luego podremos volver a hacer otro loop más o regresar a la ciudad con todo el botín obtenido, y así hasta que deseemos parar o nos enfrentemos al jefe final.

Pero claro, estos loops no vienen solos, cada nuevo recorrido está lleno de enemigos que a cada loop subirán de nivel y se harán más fuertes y peligrosos. Nuestro personaje se moverá por el circuito de manera automática sin que podamos controlarlo, tan solo podremos pausar la partida para toquetear equipo u opciones, y al toparse con un enemigo -que se encuentran fijos en una cuadrícula específica del camino- comenzaremos a combatir contra ellos de manera automática sin que podamos intervenir en nada. La aparición de los enemigos está sujeta a un contador de días que va avanzando de manera imparable y cada nuevo día se vuelve a llenar el tablero de monstruos, independientemente de que hayamos acabado un loop o no.

En Loop Hero hay dos conceptos fundamentales que rigen todo el juego y en los que basar nuestra victoria: la planificación y el azar, aunque parezcan contradictorio entre sí, y para eso hay que introducir el concepto de las cartas. Cada enemigo que derrotemos nos podrá obsequiar -o no- con cartas de tablero o con equipamiento para nuestro guerrero, o incluso ambas cosas. Estas cartas son de diferentes tipos y cada una tiene una función específica, ya sea añadir nuevas zonas con enemigos al mapa, obtención de recursos o funciones muy concretas que modifican algunas de las características de la partida, y como ya hemos dicho, su aparición es al azar sin que sepamos en qué momento nos va a aparecer una.

Precisamente la gracia del juego reside en el adecuado uso de las cartas, y ahí tenemos otra de las claves que hacen grande a este título, que la dificultad de la partida depende únicamente de nosotros mismos. Cada partida será totalmente modulable y resultará tan difícil como nosotros la queramos hacer, ya que está en nuestra mano la cantidad y el tipo de cartas que queremos colocar en el tablero, ¿queremos hacer un loop más relajado sin tantos enemigos aunque no obtengamos mejor equipamiento para la siguiente vuelta? ¿nos enfrentamos a montones de enemigos para obtener un botín suculento pero arriesgándonos a que nos maten a mitad de la partida y perderlo todo? No hay cartas buenas o malas, todas tienen sus ventajas y sus inconvenientes, por ejemplo colocar una carta de aldea hará que se nos restaure la salud parcialmente, pero a cambio aparecerán bandidos que podrán atacarnos, o la carta del campo de batalla que nos otorgará un cofre con equipamiento pero los enemigos de las casillas adyacentes podría convertirse en fantasmas y tendremos que matarlos dos veces.

Y llegados a este punto, introducimos también el concepto de las sinergias, o el cómo las cartas interactúan entre sí. No siempre nos lo explicarán, pero muchas veces las cartas tienen influencia una sobre otra hasta el punto de casi decidir el resultado de la partida. Un ejemplo de esto lo podremos ver en las cartas de montañas, donde descubriremos que formando un grupo de 3×3 nos veremos recompensados con muchos más recursos de lo habitual, al igual que la carta de bosque sangriento que si la ponemos junto a una carta de arboleda nos eliminará directamente a todos los enemigos a los que le queden menos de un 15% de vitalidad. Es bastante divertido experimentar con la colocación de cartas y ver qué diferentes efectos producen en cada ocasión.

Hemos visto como se juega y que cada vez que empecemos otra expedición nuestro personaje empieza desde cero, ¿cómo hacemos entonces para asegurar un mínimo de progresión para superar el juego? Con el campamento. Entre expedición y expedición nos transportaremos hasta nuestra base, donde tendremos varias opciones como construir edificaciones que nos otorguen ventajas en nuestros stats, desbloquear nuevas clases para personajes o modificar el número y cantidad de cartas que nos aparecerán en nuestro viaje. Este centro neurálgico será vital para superar el juego y para mejorarlo tendremos que utilizar los recursos conseguidos durante nuestras expediciones, recursos que como ya hemos mencionado antes, podremos perder en su gran mayoría si nos matan o nos retiramos antes de tiempo.

El apartado gráfico ha sido uno de los puntos más criticados, no solo por su bajo nivel de detalle sino también porque llegado cierto momento hay tal cantidad de elementos en pantalla que cuesta mucho llegar a distinguir algo. Sin embargo, este estilo visual resulta el más efectivo para este tipo de juego, más centrado en los números y la habilidad que en lo que vemos en pantalla. La banda sonora de corte chiptune es bastante efectiva, simple y sencilla pero sin llegar a ser prescindible, al igual que los efectos de sonido que acentúan esa sensación de estar ante un juego que homenajea a aquellos RPG de principios de los 90.

Loop Hero es un auténtico bombazo, un juego planeado hasta el extremo donde cada decisión importa y rara vez estaremos en ventaja o desventaja. La jugada le ha salido redonda al estudio Four Quarters, con la simpleza por bandera pero con unas mecánicas profundas y complejas que requieren su tiempo. Esperaremos ansiosos unas posibles versiones de smartphones o switch, pues es un juego que sin duda ganaría más en portátil y poder jugarlo en cualquier parte.

 


Este análisis ha sido realizado en PC mediante una copia cedida por Cosmocover