El mundo del videojuego independiente está lleno de grandes juegos que, a menudo, luchan por conseguir cierta visibilidad, y con ello tener una oportunidad para demostrar su valía. Para ello, se valen de diversas estrategias, siendo una de ellas, el activar en nuestro cerebro una conexión con alguna saga famosa por uno u otro motivo. Este fue el caso del primer Oceanhorn, que no se cortaba en recordarnos a la famosa saga de The Legend of Zelda.
Lo cierto es que, más allá de las reminiscencias a una mezcla de varias entregas de la saga de Nintendo de forma poco disimulada y bastante directa, Oceanhorn supo hacerse valer y destacar, en cierta medida, entre todas aquellas que hacían lo mismo de una u otra forma. Tuvieron de hecho, el éxito suficiente como para justificar esta secuela años después.
Oceanhorn 2: Knights of the Lost Realm, está desarrollado por la pequeña compañía independiente Cornfox & Brothers, compañía fundada en 2010 y afincada en Helsinki, Finlandia, en cuyos comienzos contaron con tan solo tres integrantes, cuando desarrollaron Bike Baron 2, Death Rally -si, el remake del clásico del 96 de Remedy– y la primera entrega de la saga que nos ocupa. Actualmente y gracias a su relativo éxito el equipo ha podido ampliarse hasta los ocho integrantes, cifra que reconocemos que nos sigue pareciendo corta para la factura de esta secuela.
Aunque antes de continuar hay que aclarar un punto importante, y es que ni Oceanhorn 2 es la única secuela ni, de hecho, este es un lanzamiento totalmente nuevo. Y es que Oceanhorn 2: Knights of the Lost Realm, fue lanzado en 2019 en exclusiva temporal para Apple Arcade, y vio la luz un año después en Nintendo Switch. Tras una nueva entrega de un género totalmente distinto como es el dungeon crawler cooperativo, titulada Oceanhorn: Chronos Dungeon, que vio la luz en 2021 para plataformas de Apple en exclusiva, al fin los chicos de Cornfox & Brothers han tenido a bien terminar el trabajo y traer la secuela del primero para PC y consolas de nueva generación.
Aunque más que secuela, deberíamos hablar de precuela, y es que Oceanhorn 2, a pesar del número en su título, transcurre mil años antes de la primera entrega. En esta ocasión, y aunque mantenga el nombre de Oceanhorn, no nos las veremos con dicha criatura, sino con un ejército que amenaza Gaia y está liderado por el hechicero oscuro Mesmeroth. Por supuesto, hacerle frente recae en los hombros de nuestro protagonista que deberá recuperar unos artefactos divinos y colocarlos de vuelta en su lugar para frenar la amenaza.
Esto nos llevara a disfrutar de un juego de aventura y acción con resolución de puzles que se desliga de las entregas anteriores y evoluciona en cuanto a la propuesta jugable tal como los juegos del género lo hicieron en la historia, desde aquellos juegos de 8bits que iban prácticamente por cuadrículas, hasta los juegos en 3D que ya mostraban mundos más abiertos y mayores posibilidades en la exploración.
Durante las aproximadamente veinte horas que puede llevarnos superar Oceanhorn 2, según nuestra pericia, nos encontraremos con puzles más o menos elaborados, en nuestro camino a conseguir los tres artefactos, pero aparte de resolver puzles, tendremos que superar combates con enemigos de forma bastante sencilla en cuanto al control y desafío que proponen por lo general.
Las estrategias utilizadas por los enemigos son bastante evidentes y no será difícil superarlos por lo general, aunque el control podría estar algo más pulido y muestra alguna decisión cuestionable como el no poder realizar ningún movimiento cuando enarbolamos el escudo, siendo imposible rodar o atacar y teniendo que estar pulsando y liberando el botón de defensa constantemente que, a la postre, es la única forma de fijar un objetivo. De esta forma, deberemos dejar de fijar el objetivo cada vez que vayamos a utilizar el movimiento de esquiva o el ataque.
También podremos utilizar un arma de fuego a distancia con distintos tipos de munición de origen mágico. Además, y aunque no se trae de un juego de rol, sí que tendremos una evolución del personaje a lo largo de la aventura. Podremos ir equipándonos con mejores armas y objetos y aumentando nuestra vitalidad y resistencia, como es habitual en muchos juegos del género. La sensación de mejora del personaje está bien medida y la exploración es bastante satisfactoria, permitiendo además descubrir numerosos secretos en el mundo que se nos muestra, si es que queremos detenernos a exprimir más el título.
Un aspecto jugable novedoso con respecto a la primera entrega, es el hecho de que la mayor parte del tiempo no estaremos solos. De forma habitual Tris y Gen, una chica cuyo transporte es saboteado y se estrella en la isla, y un robot que nos conoce desde nuestra infancia, nos acompañarán y ayudarán en nuestra aventura. No los controlaremos de forma directa pero sí podremos darles órdenes básicas para que realicen acciones de ataque o movimiento según lo necesitemos de forma que nos apoyen con sus características específicas de combate o bien nos ayuden a solventar algún puzle.
Desde el punto de vista audiovisual, el juego es agradable pero sin grandes alardes. Oceanhorn 2 está limitado por la plataforma inicial para la que fue diseñado en este aspecto. Pero a pesar de la sencillez de sus gráficos, que no nos sorprenderán a día de hoy, hay que reconocer que los chicos de Cornfox & Brothers, han llevado a cabo un buen diseño artístico, dejándonos un resultado muy vistoso dentro de las limitaciones mencionadas, aunque con algún altibajo en la elaboración de los mismos.
En conclusión, Oceanhorn 2 da un salto evolutivo que llegó en el mundo del videojuego con el paso a los 32/64 bits dentro del género, y lo hace de forma muy solvente y abrazando los tópicos del género en su momento, así como añadiendo toques más actuales para formar un conjunto que, si sois amantes del género, os hará disfrutar durante un buen puñado de horas. Aunque no invente nada nuevo y en ocasiones muestre la humildad del tamaño de su equipo, en la redacción de 33bits hemos disfrutado mucho del título.