Rainbite es un pequeño estudio indie procedente de Nueva Zelanda con apenas tres integrantes y un par de juegos en su haber. Con Reverie Sweet As Edition debutan en la híbrida de Nintendo con una aventura de acción y puzles en lo que fácilmente y por sus influencias podríamos considerar el hijo bastardo de los Zelda bidimensionales y Earthbound/Mother.
Y no lo digo por decir, bastan apenas unos minutos de juego para que sea inevitable recordar a cualquiera de esos títulos. Desde la estética de mundo moderno del juego, a la gorra y el bate de nuestro protagonista, o las mecánicas de las mazmorras claramente inspiradas en Zelda, mucho de lo que encontremos durante el juego nos hará tener una sensación de familiaridad si hemos catado algún juego de esas sagas.
Debo reconocer que mientras iba jugando a Reverie, no podía evitar sentirme directamente transportado a mi yo quinceañero que se pasaba las tardes pegado a una Gameboy Color jugando a Link’s Awakening y la dupla Oracle of Ages/Seasons. Y me ha gustado. Afortunadamente, a pesar de las similitudes que podamos encontrar con cualquiera de estos juegos, Reverie es lo suficientemente interesante como animar al jugador a continuar avanzando.
En Reverie, tomaremos el control del joven Tai, quien viaja con su madre a la ficticia Toromi Island -ubicada, como no podía ser de otro modo, en la patria de sus desarrolladores- para pasar las vacaciones en casa de sus abuelos. Durante el trayecto, ella nos contará la leyenda que hay acerca de la aparición de la isla, por la cual tres hermanos acabaron enfrentados entre sí, en una historia muy inspirada por el folclore neozelandés. Y como no, Tai, que es un joven muy inquieto, decide que no hay mejor manera de pasar este período de descanso que indagar más acerca de esta historia explorando la isla, todo ello desde una perspectiva cenital.
Lo primero que llama la atención es sin duda el apartado artístico del juego. Sin proponer nada original ni inventar la rueda, encontraremos un mundo muy colorido creado a base de sprites con una cantidad decente de detalles. No muy pobre ni tampoco recargado hasta el exceso, sino con la cantidad justa. Gracias a esto, las distintas zonas en las que se divide la isla quedan perfectamente diferenciadas y ambientadas. Tenemos entre estas zonas los clásicos bosques, el desierto, la montaña o la playa.
Repartidas por la isla hay una serie de mazmorras, seis en concreto, con un buen diseño y plagadas de unos puzles no demasiado complicados, pero sí bastante ingeniosos -aunque cierta mazmorra se me atragantó por la empanada mental que llevaba aquel día-. En cada una encontraremos un objeto que se añadirá a nuestro inventario y que nos servirá de herramienta para superar los puzles de la mazmorra en cuestión y que permiten desbloquear el acceso a nuevas áreas de la isla, estando claramente esto inspirado en la saga The Legend of Zelda.
Siguiendo esta línea de inspiración, cada mazmorra tiene como colofón final un jefe, con sus propias rutinas y mecánicas de ataque. Los diseños de estos jefes son bastante variopintos y me han parecido muy originales y variados.
Fuera de los objetos de los que hablábamos antes, el juego tiene relativamente escondidos una serie de coleccionables en forma de plumas de ave puestos como excusa perfecta para recorrer los recovecos de los escenarios y alargar un poco más la duración del juego.
Como punto negativo, Toromi Island tiene un tamaño bastante reducido y fuera de las mazmorras apenas aporta contenido más allá de un par de sidequets bastante facilonas y la búsqueda de las plumas de ave. Es una pena, porque el enclave y su ambientación podrían haber dado para más y se siente bastante desaprovechado. Y esto, como era previsible, repercute directamente en la duración del juego, que podremos completar sin muchas prisas en menos de 6 horas. Al final, la sensación es que se hace demasiado corto.
Para esta ocasión y al tratarse de la versión definitiva del juego original, desde Rainbite han querido incluir una serie de mejoras respecto a los originales de PS4 y Vita. Entre otras, tenemos por ejemplo un nuevo minijuego, ciertas mejoras en el apartado gráfico o el desbloqueo de un nuevo modo de dificultad tras finalizar el juego, por si el juego nos ha parecido sencillo.
Además tal y como podéis comprobar en las imágenes que acompañan a este análisis, Reverie se encuentra completamente traducido al castellano, lo cual siempre es un aliciente y un detalle a agradecer. Eso sí, la traducción no se libra de algún que otro error menor, aunque esto no suponga impedimento para poder comprender la historia y los diálogos.
Como conclusión, Reverie Sweet As Edition es una opción altamente recomendable si buscamos un juego estilo Zelda, con una curva de dificultad bien medida, una duración correcta aunque algo reducida y unos buenos valores audiovisuales. Además, se encuentra en la eShop a un precio de 12,99€, constituyendo un aliciente más para justificar su compra.
Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Eastasiasoft