SCHiM es un juego muy curioso. Si lo vemos desde el exterior, parece simplemente un juego de puzles, con una temática colorida y alegre. Pero una vez entramos en lo que el juego nos ofrece, las cosas no son tan sencillas…
En SCHiM somos una sombra que ha perdido a su dueño. Durante los primeros compases del juego se nos explica que somos y cómo funcionamos. Podemos saltar de sombra en sombra para activar cosas o avanzar a lugares inaccesibles de otra forma. En los primeros minutos observamos como “nuestro” humano va madurando y tomando decisiones que afectarán a su futuro.
Cuando nuestro humano se hace adulto llega el día que a todos nos llega al menos una vez en la vida; tenemos una crisis. A veces pasa, y recuperar la cordura puede costar un poco. Pero en SCHiM es en ese momento en el que perdemos nuestra sombra. A partir de ese momento el juego os hará perseguir al humano, cosa nada fácil en algunos momentos. Pero ante todo hay que comentar que estamos ante un título relajante, donde tanto el aspecto visual como la música nos llevan de la mano para estar tranquilos.
SCHiM es un juego de plataformas donde tenemos que saltar de sombra en sombra. Esa es la mecánica principal y más sencilla; apretar un botón para saltar de un lugar con sombra a otro. Pero claro, las cosas no van a ser tan sencillas. Dado que el título se desarrolla en una ciudad, hay muchos elementos que le darán variedad a la jugabilidad. Por ejemplo, los vehículos son bastante usuales, y el movimiento de los mismos es interesante para nuestros saltos. También visitaremos fábricas con cadenas de montaje móviles. Los saltos son, en la mayoría de los casos, sencillos.
Además del movimiento, otros factores influyen en las sombras, como puede ser el momento del día. Las sombras cambian dependiendo de la hora, y por la noche dependeremos de las farolas y de otras fuentes de luz para poder seguir avanzando. Pero claro, todo es relativo; las luces fallas, las personas a veces se paran… así que los tiempos son importantes en SCHiM. Lo importante para el análisis es que siempre hay alguna cosa nueva que ver o hacer, y el título se mantiene fresco.
SCHiM usa un sistema de puntos de guardado variado. Primero, cada vez que salimos de una zona para entrar en otras, el juego guarda. Los niveles duran unos pocos minutos, no hay nada excesivamente largo. Por otro lado, algunas de las sombras son puntos de guardado en sí mismos. Cuando morimos, volvemos a la última sombra que tenga un borde distintos a los demás.
Y no sólo de movimientos y saltos se mantiene SCHiM. También podremos interactuar con ciertas cosas. Por ejemplo, podremos subir una barrera para que la sombra sea mucho más alargada y acceder a nuevos lugares. Esta mecánica se va ampliando y cada vez podremos activar -o desactivar- elementos del escenario. Es interesante ver que podemos usar y que no, dado que hay ciertos elementos que sí que podremos activar pero que no serán relevantes para el juego.
Se trata de un juego que se presta a hacer speedrun; el movimiento de nuestra criatura es una gozada , y saltar de una sombra a otra es sencillo a la par que divertido. Pero aunque es bastante gustoso recorrer el nivel en un abrir y cerrar de ojos, la exploración también nos puede dar alguna que otra alegría. La mayoría de niveles tienen ciertos objetos que sirven de extra, para hacernos explorar más. Estará en nuestra mano hacerlo o no, dependiendo de las ganas que tengamos de explorar el mundo de SCHiM.
Visualmente tenemos un juego de lo más interesante, como podéis ver en las imágenes. Un diseño minimalista junto a una variada paleta de colores planos, con líneas muy anchas y muy buena variedad. Cada uno los escenarios tiene asignada una paleta de color propia, y esto hace que siempre haya ganas de seguir avanzando. Musicalmente usa tonos relajantes, como ya he comentado antes. No encontraréis mucho más que unos pocos sonidos y notas relajantes. Es a lo que aspira SCHiM, y vaya si lo consigue.
En resumen, SCHiM es un juego difícil de analizar. No hay mucho que comentar, es uno de esos juegos que gana enteros jugando. No encontraréis grandes retos en SCHiM, solamente un simple juego de plataformas con unos efectos visuales divertidos, música relajante y una historia de lo más minimalista. Si eso os suena bien, adelante. A veces una experiencia relajante es lo que nos hace falta entre un souls o un shooter.