Hoy vamos a recuperar por iniciativa propia un juego que ya lleva un tiempo en el mercado, pero del que me apetecía hablar desde hace ya bastante. Un juego de acción y plataformas, con unas premisas bastante clásicas y un apartado artístico de ultratumba como no, hablamos de Slain: Back from Hell.
Y es que Slain: Back from Hell, es un juego que nos llegó no exento de polémica. Una temprana versión del juego, llamada simplemente Slain!, apareció en Steam, creando un revuelo negativo y merecido, pues el juego acusaba problemas muy graves para ser un juego que acababa de ser lanzado. Y hablamos de una dificultad totalmente desmedida e injusta, problemas con los efectos de sonido, y problemas severos con el control y un notable input lag que hacían del juego algo totalmente injugable.
Pero empecemos por el principio: Slain! era el proyecto del desarrollador estadounidense Andrew Gilmour, ex de Naughty Dog y Sony Santa Mónica entre otros, que con su nueva compañía, Wolf Brew Games, logró financiar en Kickstarter. El juego prometía bastante, acción a raudales, un apartado técnico muy similar al de las 16bits pero potenciado, un apartado artístico oscuro, gótico y muy gore, y una banda sonora heavy metal de ensueño. Y en algunas cosas cumplió dignamente, pero sus clamorosos fallos obligaron a Wolf Brew Games a dar un paso atrás, hacer acopio de todo el feedback negativo para buscar una solución, solución que llegaría varios meses después en forma de Slain: Back from Hell, el juego que nos ocupa.
Y es que la nueva coletilla le viene al juego ni que pintado, porque el cambio, aunque personalmente se han quedado cortos, es palpable. Se ha nivelado la dificultad, si bien aún quedan algunos picos absurdos, se ha solucionado el control, aunque el repertorio de movimientos de nuestro personaje sigue siendo básico, y se han arreglado los problemas de sonido, que esta vez si, cumplen de manera ejemplar con lo prometido.
Y ya entrando en el universo de Slain: Back from Hell, tomaremos el control de Bathoryn -gran referencia al personaje histórico-folclórico de Erzsébet Báthory, la condesa sangrienta-, un héroe maldito y condenado, obligado a volver a la vida cada vez que haya que hacer frente a las fuerzas del mal, y que en esta ocasión, después de volver a la vida, debe liberar seis reinos malditos de todo mal que los oprime. Como no podía ser de otra manera, y sobre todo por el tipo de juego que es, el argumento que acabamos de tratar es una mera comparsa y no da más de si, más allá de algún comentario con el enemigo entre fase y fase, aunque no aporta nada al desarrollo ni a la inexistente narrativa.
Como ya hemos dicho antes, Slain es un juego de acción y plataformas lineal, donde avanzaremos en un escenario 2D y tendremos que ir eliminando a todos los enemigos, esquivando diversas trampas y caídas por el escenario, o resolviendo sencillos puzles, casi siempre de pulsar palancas para seguir avanzando, pero que no aporta una variedad real al juego al ser bastante simples y poco inspirados. El juego recuerda a un Castlevania de los más clásicos en sus premisas, lo cual no es negativo, pero tiene sus restricciones, siendo la más acusada la simpleza del diseño de niveles.
Es fácil que pasado el subidón del principio, con ese apartado artístico y sonoro oscuro y perturbador, nos demos cuenta de que simplemente vamos avanzando, eliminando todo lo que se cruce en nuestro camino, pulsando una palanca para la siguiente zona, y así hasta que lleguemos al miniboss o boss de turno. El juego es muy sencillo en su concepción y apenas hay nada más que hacer más allá de conseguir un coleccionable partido en 6 partes, a razón de una parte por nivel, y aunque los chicos de Wolf Brew Games han querido desarrollar el núcleo del juego alrededor del control y el combate de Bathoryn, y de la dificultad creciente del título, parece ser que no han acabado de estar tan acertados, aunque la diferencia con la primera versión es muy palpable.
Abordando el control, y una vez solucionado el problema del input lag, encontraremos bastantes posibilidades con las que pronto comprobaremos que más allá de tres o cuatro acciones, no usaremos muchas más por ser más complicadas de la cuenta o innecesarias. Nuestro héroe puede deslizarse hacía atrás para esquivar, golpear, cubrirse, lo cual si lo hacemos en el momento idóneo, dará lugar a un parry y a la opción de devolver un terrible contraataque a nuestro enemigo, podemos hacer un golpe cargado con el arma, lanzar espíritus de maná, un golpe cargado de espíritus de maná, y una explosión de espíritus de maná. Muchas opciones donde acabaremos abusando del ataque, cubrirse, contraatacar y que además carece de ningún sistema de combo, con lo que a pesar del gran número de opciones, estaremos ante un juego de manejo simple. Además de nuestra espada, podremos usar nuestra espada envuelta en fuego o un hacha de hielo conforme avancemos en nuestra aventura.
En el apartado técnico encontraremos un juego con un pixel art bastante interesante y muy bien desarrollado y que nos recordará a los 16bits, efectos de luces muy conseguidos y llamativos, sobre todo las explosiones de maná, los efectos de las nubes frente a la luna o el halo que desprenden las fuentes de iluminación. Un conjunto sólido que encuentra su punto más fuerte es un apartado artístico sublime, totalmente inspirado, gótico, diabólico, oscuro, y opresor, con unos niveles de gore altísimos que lejos del mal gusto, mejoran por mucho la ambientación.
Y tal apartado técnico y artístico, casi lo mejor del juego hasta ahora, solo mejora con el apartado sonoro. Unos efectos FX que ya funcionan correctamente y que representan con fidelidad cualquier efecto del juego, y una banda sonora superlativa con cortes de auténtico black y death metal con pesados y decadentes riffs de guitarra, compuestos por Curt Victor Bryant, ex bajista y guitarrista de la antigua formación suiza Celtic Frost. Imprescindible esta banda sonora.
A pesar de que parezca que Slain: Back from Hell no ha acabado de ser un juego redondo, hay que reconocerle que la mejora respecto al fallido Slain! es sustancial, y que si bien no han quedado pendientes grandes taras, la dificultad hubiera agradecido ser ajustada un poco más, y el control con unas opciones tan amplias, mejor aprovechado y más divertido de dominar, porque acabas usando lo mismo todo el tiempo, por ser lo que funciona, y por la dificultad de hacer útiles las demás opciones.
Pero no nos engañemos, pues audiovisualmente es un juego sobresaliente, sobre todo su apartado artístico y su banda sonora, son tal para cual, y harán las delicias de cualquier jugador. Esto hace que a pesar de sus puntos negros,Slain sea un juego notable, que se merece totalmente su nueva coletilla Back from Hell, y honra a su estudio Wolf Brew Games de haber dado la vuelta a la situación inicial tan desacertada.
Juego recomendado si te gustan las propuestas clásicas de acción y plataformas con una dificultad alta y un control sin explotar, pero con un apartado audiovisual de escándalo y una banda sonora brutal. Estaremos esperando con ganas el nuevo trabajo de estos chicos, Valfaris.