Un año más tenemos en nuestras manos una nueva expansión de The Elder Scrolls Online, el incombustible MMORPG con el que ZeniMax Online Studios nos traslada a la turbulenta Segunda Era de Tamriel. Después de casi 10 años de en el mercado podría parecer que ya no queda mucho por exprimir en The Elder Scrolls Online y lo cierto es que en las ultimas expansiones ya se dejaba notar cierto agotamiento creativo de la formula, por lo que en ZeniMax Online Studios se han liado la manta a la cabeza para traernos la que probablemente sea la ampliación de contenido más ambiciosa de las publicadas hasta la fecha.

En esta ocasión viajamos de nuevo a Morrowind, la tierra de los elfos oscuros, y más concretamente a Necrom, ciudad que alberga un importante cementerio sagrado para los dunmer. Lo sobrenatural y lo arcano están muy presentes en esta nueva aventura, pues una de las claves para revolucionar la propuesta, sobre todo cuando regresamos a un entorno ya tan conocido como las tierras de Morrowind, ha sido la apuesta por el horror cósmico.

Nada más poner un pie en Necrom nos veremos frente a frente con Hermaeus Mora, principe daédrico del conocimiento y de los secretos prohibidos. El motivo de nuestro encuentro es ponernos al tanto de la existencia de una amenaza que representa un grave peligro para el futuro de Nirm y de Oblivion, una cuya naturaleza es tan poderosa que ni siquiera Hermaeus Mora puede escudriñar por completo. Como no podría ser de otra manera, sobre todo cuando hay daedra por el medio, las cosas no son como parecen ser en un principio y Necrom se guarda su buena dosis de sorpresas y de giros de guion, por lo que la trama de esta expansión engancha y se sigue con gran interés. Está, además, es más autoconclusiva que la de anteriores expansiones, producto del cambio que va a experimentar la política de Bethesda a la hora de publicar nuevos contenidos para The Elder Scrolls Online.

En anteriores expansiones lo habitual era tener un DLC previo, la gran expansión principal y un mínimo de dos DLCs posteriores que la completasen. La política de este año, que engloba a Necrom dentro de un arco denominado La Sombra sobre Morrowind para dejar aun más clara la referencia a Lovecraft, implica solamente la publicación de otro gran DLC cuyo contenido, aunque relacionado, no continuará directamente la historia de Necrom.

A pesar de lo interesante que resulta la propuesta argumental podría ser cargante para algunos jugadores el volver a Morrowind, con su ya familiar ambientación de setas gigantes y parajes casi-alienígenas. ZeniMax Online Studios ha entendido esto perfectamente, por lo que este nuevo contenido también nos llevará a visitar Apocrypha, el reino daédrico gobernado por Hermaeus Mora. Apocrypha es el entorno más descaradamente Lovecraft de todos los presentes en este paquete de contenido y su retorcida arquitectura plagada de formas imposibles y de montañas de libros repletos de conocimientos prohibidos consiguen insuflar el soplo de aire fresco necesario para impedir que caigamos en la monotonía de lo ya conocido. Inicialmente, viendo los videos e imágenes promocionales, la saturación de colores verdes y tentáculos me hizo sospechar que acabaríamos encontrándonos otra ambientación basada en el horror cósmico hecha con desgana, pero, con el juego en las manos, puedo decir con alegría que la realidad está muy lejos de mis prejuicios iniciales: se ha hecho un grandísimo trabajo con Apocrypha.

Pero Necrom no solo vive de una estupenda narrativa y de una fantástica ambientación. Por fin, nada más y nada menos que cuatro años después de la llegada del Necromancer en Elsewyr, se ha incorporado una nueva clase jugable: el Arcanista. Fuertemente inspirada por la temática de esta nueva expansión, esta nueva clase extrae su poder de Apocrypha, por lo que es un todoterreno que se especializa en el uso de todo tipo de magia, tanto ofensiva como defensiva.Los efectos visuales de sus magias son un espectáculo, con la invocación de tentáculos o constantes explosiones de destellos verdosos. Para alguno de los desarrolladores de The Elder Scrolls Online el Arcanista se ha convertido en su clase favorita y no es difícil entender el motivo, pues, ofrece una experiencia extremadamente divertida que hace que cada combate se convierta en una delicia. Dominar sus capacidades arcanas es muy satisfactorio, sobre todo por crux, una nueva mecánica de combate con la cual determinadas habilidades generan una runa mágica que a su vez permite aumentar el poder de otras habilidades, por lo que es necesario saber como encadenarlas en función de la situación.

Asimismo, aparte de la historia principal y de la nueva clase, Necrom está plagado de contenido. Se han añadido dos nuevos compañeros, Agudo Como La Noche y Azandar al-Cybiades, siendo ambos personajes interesantes que, además de ayudarnos en nuestras aventuras, también tienen algunas de las mejores líneas de todo el guion. Sin embargo, el único gran pero que se le puede poner a Necrom se manifiesta con mayor intensidad en el contenido secundario.La estructura de las misiones y de resolver los objetivos es demasiado formulaica, demasiado vista. Apenas hay lugar para sorpresas, con lo que, por mucho que la historia nos atrape y la ambientación nos fascine, puede aparecer el tedio al ver que al final todo se desarrolla de la misma manera que se ha desarrollado en los centenares de horas que ya hemos pasado recorriendo The Elder Scrolls Online.

ZeniMax, por tanto, ha dado con la clave para desarrollar una estupenda expansión, quizá la mejor de todas las publicadas hasta ahora. Se han incorporado las novedades justas para que sea un placer volver a Morrowind impulsados por un argumento plagado de misterios, una ambientación fascinante y una nueva clase muy divertida de jugar, pero quedan muchas dudas sobre la capacidad de futuras expansiones para conseguir reinventarse. Este año, eso sí, lo salvan con nota.