El pasado año nos ha dejado con una gran variedad de juegos de todos los géneros y estilos, y los distintos redactores del Portal 33bits han querido recopilar los mejores juegos de 2019 que han tenido el placer de jugar durante este periodo. Como vais a comprobar no muchos coinciden, pero queda claro que todos han sido escogidos porque se los merecen. Estos son los juegos favoritos del staff:

 

Rubén Rionegro

Devil May Cry V

Vamos a admitirlo, definitivamente 2019 ha sido el año de Capcom. La desarrolladora japonesa ha dado un giro de 180 grados no solo en sus políticas de marketing y dlcs, sino también con un aumento de su calidad con el lanzamiento de tres de los mejores juegos del año como son Monster Hunter World, Resident Evil 2 y mi GOTY personal: Devil May Cry V. La saga del cazademonios ha regresado después de 11 años de inactividad – sin contar aquel reboot de 2013- y lo ha hecho de la mejor manera posible.

Si hay una palabra que resuma a DMC V es simplemente «sublime», ofreciendo un sistema de combate que queda demostrado que no solo no ha quedado aun obsoleto, sino que podía seguir mejorando hasta ofrecer uno de los mejores hack’n slash de la historia. Contamos con tres personajes jugables: Dante, Nero y V, todos ellos con un sistema jugable bien diferenciado de manera que dominar a uno de ellos no implica saber manejar al resto, lo cual nos obliga a mentalizarnos y echarle una buena cantidad de horas si queremos conseguir todos los rangos SSS. El nuevo estilo gráfico utilizado, cortesía del motor RE Engine, ofrece un apartado gráfico capaz de rozar el fotorrealismo en algunas ocasiones y dando un nuevo enfoque tanto en lo visual como en las físicas. A pesar de los años y de los cambios de tendencia de mercado, Devil May Cry V ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos y en fin, los números hablan por sí solos, convirtiendose en la entrega más vendida de la saga y dándole una nueva vida a la franquicia. ¡¡DMC is back!!

 

 

Fernando Sánchez

Death Stranding

El caso de Death Stranding para mí es el caso de una bipolaridad máxima, es mi GOTY, pero también mi decepción del año particular. De todo lo jugado este año y perteneciente al mismo, Death Stranding es la obra que más satisfecho me ha dejado a su conclusión. Un último tercio de juego con un ritmo preciso, una narrativa sobresaliente, y una forma perfecta de cerrar la historia sin dejar ni un solo elemento al azar, tienen la culpa de mi satisfacción. Hideo Kojima concluye su obra más personal de la forma más convincente vista en un videojuego en el último año, y eso a pesar de la extrañeza de su futuro cercano distópico. Tampoco hay que quitarle merito a un apartado técnico de aupa, un plantel de personajes interpretados por actores y actrices profesionales donde se nota la calidad, y las mil y unas mecánicas que Hideo Kojima ha añadido al título para hacer nuestras misiones de reparto más efectivas.

Pero como he dicho antes, también es mi decepción, porque podría haber sido mucho más increible de haber tenido un ritmo más adecuado al comienzo del juego. El capítulo 3 y sus 12-15 horas de recados sin que el argumento apenas avance es una prueba de fuego para muchos, aquí es donde se demuestra si lo amas o lo odias, y creedme, es totalmente lícito abandonar el juego a esta altura si no conectas con las misiones de reparto o las mecánicas de construcción, aunque si perseveramos, mejora, vaya si mejora. Luego, a pesar de gustarme los juegos de Hideo Kojima, no me considero especialmente fan de él, y sus excentridades y su fan service en ocasiones entra en conflicto con lo que como jugador yo estoy dispuesto a aceptar. Que uno de los peligros del mundo sean las mulas, que son antiguos portadores que se obsesionaron con la carga, me parece tan ridículo como la descripción de las cuatro «bestias» de Metal Gear Solid 4, cosas de Kojima, supongo.

Pero que lo cortes no quite lo valiente, a pesar de todo lo negativo, que podría seguir todo el día, cuando finalizas el juego todo ello lo has olvidado, y solo te queda una gran satisfacción y ganas de más.

 

 

Euyen Esquefa

Baba Is You

No quería dejar pasar la oportunidad de reivindicar el que, para mí, ha sido el juego de puzzles más innovador de la década -uy, que la década realmente acaba el 31 de diciembre de 2020-, por encima de pesos pesados como Portal 2, y a falta de probar algún otro con buena crítica como Stephen’s Sausage Roll. Arvi «Hempuli» Teikari ha creado sin duda una joya y pienso estar pendiente a partir de ahora de sus próximos juegos.

En Baba Is You se le da una vuelta a la jugabilidad habitual, quitando las típicas reglas habituales de cualquier juego -el fuego quema, la pared bloquea el camino- para permitir que los usuarios creen las suyas en cada nivel. Si el final del nivel está al otro lado de un río de lava, y la lava derrite al jugador… ¿y si le eliminamos el atributo de derretir? Podremos pasar a través sin problemas y sin daño alguno. Pero es una solución abierta. ¿Y si otro jugador, en lugar de hacer lo anterior, le añade a la lava el atributo de final de nivel? Pues tocando el río de lava se habrá pasado el nivel. Cuando empecé a comprender el alcance de esto, me explotaba la cabeza. Y si bien es cierto que en niveles superiores el juego se torna más «clásico», en el sentido de que se limita el número de soluciones para cada nivel, el concepto me parece brutal. Y seguro que se explota aún mucho más con el editor de niveles que se nos viene en este mismo año 2020.

Así que, para mí, el juego del año es Baba Is You.

 

 

Jesús Díaz-Suelto

Sekiro: Shadows Die Twice

Hidetaka Miyazaki es un hombre que tiene unas ideas muy claras. Desde que llegase Demon’s Souls, siempre ha apostado por presentar un reto para que nosotros sintamos una evolución y una satisfacción que ningún otro director ha sabido ofrecer en años recientes. Si bien cuando vimos aparecer el logo de Activision en el E3 de 2018 de Microsoft se sembraron algunas dudas, From Software es From Software sea quien sea quien les publique, y Sekiro no ha sido menos.

«El lobo manco» nos lleva por la provincia de Ashina y sus alrededores, en una búsqueda para salvar a su protegido y descubrir los secretos de la inmortalidad, una aventura que nos llevará por una serie de parajes que oscilan entre lo terrorífico y lo asombroso en una sincronía perfecta, acompañado por una ejecución que exigirá al jugador lo que ningún otro juego de la compañía ha hecho, tener los reflejos, la memoria, y la ejecución de un auténtico shinobi. Quizá sea un juego que durante las primeras horas parezca un Souls más, quizá más restrictivo en lo que a personalización se refiere, pero cuando empieza el baile de espadas, cuando la música es el choque de metal contra metal, y cuando conseguimos conquistar cada enemigo y ejecutar el remate pertinente, se eleva de una forma única y convierte su combate en una delicia que solo genera adicción.

Para rematar, siendo el primer juego del estudio que incluye mecánicas de salto activas, junto al uso del arpeo para alcanzar salientes lejanos -así como para incluirse en mecánicas de combate y lucirse un poco más de la cuenta-, nos ofrece una experiencia mucho más vertical que de costumbre, con más secretos, más recovecos, y una exploración más compleja.

Por todo ello y por más cosas de las que no puedo hablar aquí para no saturar en comparación a mis compañeros, Sekiro: Shadows Die Twice, es mi juego del año, seguido muy de cerca por otros como Death Stranding y sus mecánicas únicas y arriesgadas para el triple A tradicional junto a las idas y venidas en el guion con Hideo Kojima, o Devil May Cry 5, el que es posiblemente el mejor combate que se ha hecho nunca en un videojuego y el regreso de una franquicia que más satisfacción me ha dado nunca. Para mí, 2019 ha sido un año maravilloso y muy difícil de repetir.

 

 

Pedro Díaz San Miguel

Yoshi’s Crafted World 

Reconozco que acudí a este juego con dudas. Alguna de las últimas entregas de este secundario de Super Mario, me resultaron bastante normales y más para cubrir el expediente que para otra cosa. Pero a día de hoy es el juego de Swicth que más me ha sorprendido tanto en lo jugable como en lo artístico.  Me parece un plataformas cuidado hasta el más mínimo detalle. Tiene mecánicas clásicas de un plataformas en dos dimensiones, con momentos tridimiensionales, a la hora de abrir caminos no esperados o de apuntar a lugares alejados en el escenario.

Lo más sorprendente es que cada nivel tiene un camino principal y otro oculto, lo que promueve la exploración y el gusto por tocar e interactuar con todos los objetos posibles del escenario. El juego tiene un estilo artístico de diorama de papel, muy cuidado y lleno de detalles. Es un juego que parece estar invitando siempre a toquetear todo a tratar de romper cosas, y mover palancas para ver que sucede, como si estuiviésemos ante una maquina de Rube Goldberg. Un precioso juguete  dónde al tocar algo desecadenaremos reacciones sorprendentes que en más de una ocasión me han hecho abrir la boca de asombro. De esos juegos que transmiten esa supuesta ‘magia’ tan propia de Nintendo.

 

 

Juanma F. Padilla

Terminator: Resistance

Elegir un GOTY es una cita obligada, pero cuando uno no ha tenido ocasión de echarle horas a ningún AAA de los que todo el mundillo habla, seguramente la elección, personal en todo caso, puede dejar descolocado a más de uno.

Dentro de lo que he podido echarme a las manos, hay varios juegos que me han dejado un agradable sabor de boca. Aunque, curiosamente, no voy a elegir para mi «GOTY» particular, el que, de forma objetiva, podría calificarse como más divertido per se o con la factura técnica más cuidada, mejor historia y mayor presupuesto. En este caso, me voy a dejar llevar totalmente por mi lado más subjetivo y fan y voy a escoger Terminator: Resistance.

Y es que a mi, que me cumplan los deseos largamente añorados me encanta, y este juego quita una espinita importante para todo fan de la irregular saga iniciada por James Cameron cuando apenas tenía cuatro años.

Y es que, desde el mismo momento que pude ver la primera película, que por entonces me parecía de terror más que de otra cosa, quise ver más de esa guerra del futuro. Dicha sensación no hizo más que acrecentarse cuando, ya siendo un adolescente, pude disfrutar de la secuela en toda su plenitud. Pero aquella guerra nunca llegaba al celuloide. Tan solo el final de la tercera entrega vaticinaba dicho momento, y Salvation nos la mostraba, al fin, pero era distinta al «Juicio» que James Cameron nos mostró.

Ha sido el mundo del videojuego el que nos ha dado más de ese futuro, desde distintas aproximaciones, normalmente ligadas a la película del momento, pero no necesariamente.

Y esto último es lo que hace Terminator: Resistance. Aunque, casualidad o no, se lance casi de la mano de la última entrega de la saga, que establece un nuevo canon tras The Terminator y Terminator 2, la ignora completamente y nos ofrece aquella imagen del futuro que nos muestran las dos primeras película y que la segunda supuestamente consiguió evitar. Y lo hace bien, no perfecto, pero dejando un sabor de boca muy agradable a todo fan de Terminator con ganas de verse en mitad de la acción.

Me alegra mucho que se hayan lanzado a hacer un juego con esa ambientación a pesar de que yo no hubiese apostado por ello tras todas las secuelas que han salido, pero aquí está, para el disfrute del fan. Dadle una oportunidad, disfrutad del Día del Juicio.

 

 

Pablo Jiménez Martín

Dragon Quest XI S: Ecos de un pasado perdido

Estaba dándole vueltas a lo que he jugado este 2019 que acaba de terminar, y veo que apenas he jugado a un reducido número de juegos que hayan sido lanzados este año. Y encima, prácticamente todos -por no decir todos- son de Switch. Por cosas de la vida tengo mi PC cogiendo polvo, y en One el tiempo se me ha ido en terminar juegos de 2018.

Tras darle muchas vueltas, y viendo que el bueno de Pedro ya ha incluido Yoshi’s Crafted World, creo que me voy a decantar por Dragon Quest XI S. Aunque aunque sea un port de un juego que cuando llegó a Nintendo Switch ya llevaba un año a sus espaldas publicado en PS4, la gran versión que se ha marcado Square Enix merece ser mi juego del año. No sólo por ser muy fiel al original de PS4, lo cual dadas las limitaciones de Nintendo Switch le da aún más mérito, sino por los múltiples añadidos -poder jugar el juego completo modo 2D, elegir banda sonora inspirada en los 16bit u orquestal, o poder visitar localizaciones de anteriores entregas mediante el mundo de Horense entre otras cosas- que terminan de redondear esta versión.

Un juego que a nivel visual y artístico es una delicia y que se mueve a las mil maravillas en Nintendo Switch, y que ofrece contenido de sobra para echarle un porrón de horas y no se hace nada pesado. Para mi gusto, representa todo lo que a día de hoy debería ser un JRPG.

 

 

Jon Ortiz

Slay the Spire

Nombrar GOTY a un juego de móviles es un poco arriesgado, pero Slay the Spire bien lo merece. El primer vistazo a este título no nos dice mucho; es bastante feo, con una estética que recuerda a los juegos Flash de antaño. Pero una vez empiezas a jugar, las bondades de Slay the Spire empiezan a florecer. En la primera partida mueres antes del primer jefe, confuso por la situación. Unas pocas partidas después todo empieza a funcionar un poco más rápido, hasta que te das cuenta de que han pasado seis horas.

Si el título consistiera simplemente en construir mazos, ya sería una absoluta obra maestra. Pero va más allá; es un juego condenadamente divertido, con una rejugabilidad infinita, y donde nuestras acciones marcan todo lo que acontece en el juego. Construir un mazo que funciona es uno de esos placeres que no se pueden describir con palabras. Con tres niveles, decenas de enemigos, cientos de cartas distintas, Slay the Spire se ha convertido en uno de esos juegos que poner cuando tienes veinte minutos muertos que no van a ninguna parte. Y probablemente, cancelarás los planes que tengas ese día para seguir jugando y darle unos cuantos golpes más al Corazón Corrupto.

 

 

Roberto Pineda

Sekiro: Shadows Die Twice

El quinto título dirigido por Hidetaka Miyazaki no es más que su confirmación como uno de los mayores talentos que la industria nos ha dejado durante el Siglo XXI. La controversia por el siempre recurrente factor dificultad —incluyendo peticiones de añadir un selector de dificultad— fue zanjado por el mismo; Sekiro: Shadows Die Twice cuenta con un segundo nivel de dificultad… diseñado para hacer de la experiencia algo todavía más exigente. Esto no es más que el reflejo de lo que significa creer en una idea, sin importar el qué dirán y sin dejarse envolver por esa corriente de opinión que apunta a que «los juegos deben ser para todo el mundo», algo con lo que estoy en completo desacuerdo.

La apuesta por una temáticamente completamente diferente a lo visto hasta ahora en los trabajos de From Software, unida al excelso —y habitual— diseño de niveles se complemente a las mil maravillas con una propuesta diferente a lo que tantos quebraderos de cabeza nos solía producir Dark Souls. En esta visión oscura del Japón feudal hay muy poco margen de error, las concesiones brillan por su ausencia y el único posible camino hacia la victoria es aprender de los errores propios y mejorar nuestras habilidades. Aquí no cambiamos de arma ni nos dedicamos a sumar miles de puntos de experiencia durante horas para volver fortalecido a retar de nuevo a nuestro némesis; aquí solo vale ser mejor que él.

 

 

Jose Antonio Calvo

Terminator: Resistance

Es raro que yo juegue a juegos en su año de lanzamiento. Soy de comprar a precios bajos, muuuuuuuuuy bajos, y no me importa esperar. Este año, sin embargo, si he podido jugar a varios títulos del mismo 2019. Y este Terminator: Resistance puede no ser el mejor de ellos, pero sí el que se ha ganado mi cariño, que no todos los días vemos nuestros sueños cumplidos.

Sobre el juego, es una suerte de Deus Ex pero más sencillo y con menos medios, aunque afortunadamente si se consigue una calidad muy decente como videojuego. Lo que hace que me tocase tanto la fibra como para destacarlo aquí es que, siendo un fan cuarentón tanto de las dos primeras películas, como de la franquicia y su universo, los quasi-desconocidos Teyon nos dan un juego que utiliza dicho universo de forma genial, apelando tremendamente a ese fan. No nos confundamos, esto no es un Alien: Colonial Marines -también muy interesante para el amante de este otro universo-, mientras lidiamos con múltiples deficiencias, aquí el cuerpo jugable cumple muy bien mientras disfrutamos como gorrinos en una nave industrial de trufas de una aventura en ese horrible futuro de las dos primeras películas, y usándolas de forma inteligente y muy interesante.

Simple y llanamente, esto debería haber sido Terminator: Salvation, porque la historia sabe conectar y ampliar lo que sabemos por el cine. Y sus mecánicas jugables se ponen al servicio del universo que trata. Chatarrear y buscar recursos para salir adelante, formar parte y crecer en rango en la Resistencia Tech-Com, y claro, luchar contra hordas de máquinas, sintiendo la extrema peligrosidad de los Terminators cada vez que aparecen. Ningún juego hasta la fecha ha conseguido que te metas tanto en la franquicia como este. Algunos ha habido de calidad, sí, pero este es el que de verdad te hace sentir dentro de esas grandes secuencias futuras en las dos primeras películas. Y eso, amigos y amigas, para ese viejoven, vale muchísimo.