Anthem tenía puesto el ojo encima por todo el mundo desde que se anunció en aquel E3 del 2017, las expectativas estaban muy altas principalmente por ser el nuevo juego de Bioware -los padres de la saga Mass Effect- y además tratarse de una IP completamente nueva. Este fin de semana hemos podido probar la beta abierta y os contamos cuales han sido nuestras impresiones.
Hay que decir que, si bien las primeras horas de la beta eran una auténtica mina de bugs llena de parones y bajadas de frames muy bestias, posteriormente consiguieron arreglar todo el desaguisado y era medianamente jugable -sin ser perfecto-. Nada que ver con la desastrosa beta privada de la semana anterior, la cual directamente ni permitía acceder al juego o te arrojaba al escritorio en el caso de la versión de PC. En esta ocasión parece que las cosas se han hecho mejor, pero todavía muy lejos de lo que se espera de un juego con semejante presupuesto.
Comenzamos a jugar y tras elegir entre ser hombre o mujer -que no influye en nada excepto en los diálogos-, aparecemos en una especie de bazar de aspecto árabe, toda una sorpresa porque no nos esperábamos una ambientación así en un juego sobre robots y aliens. Esta parte del juego en la que estamos fuera de la exoarmadura es conocida como la ciudadela Tarsis y la jugamos con una vista en primera persona, aunque hay que decir que es bastante lento y tedioso moverse por esta zona.
Esta zona sirve como nexo de unión desde al que acceder a todas las opciones del juego: Podremos recorrer el mercado libremente para hablar con varias personas y comerciantes, comprar y vender objetos, utilizar la fragua -de la que ya hablaremos más adelante- y montarnos en nuestro robot para salir al mundo exterior. Decidimos meternos ya en faena y comenzar una misión.
En cuanto a la historia, la verdad es que no quise prestarle demasiada atención, los horarios de la beta eran limitados y preferí exprimirla al máximo. Por lo que pude sacar por contexto, pertenecemos a una especie de último bastión de humanos que tienen que enfrentarse a amenazas externas para poder sobrevivir. El hilo argumental de la beta consistía en recuperar un poderoso artefacto capaz de alterar la realidad que había caído en manos enemigas. Sin embargo, para los que les guste estar al tanto de todo el lore, en el menú de pausa contamos con una detallada enciclopedia donde se nos explican todo sobre el juego: historia, eventos, facciones, bestiario, etc…
En el menú de selección de misiones tenemos un mapa con varias zonas, podremos elegir entre partida pública o privada por si queremos enfrentarnos al desafío nosotros solos, aunque si decidimos jugar en modo libre nos toca jugar obligatoriamente en partida pública. Hay que decir que el cooperativo es el eje principal del juego, todo se ha desarrollado en torno a él y la colaboración con los demás es esencial. Afrontar el reto en solitario es prácticamente inviable -al menos en los primeros compases- debido al elevado número de enemigos y la vitalidad de los mismos, pasándonos más tiempo escondidos para regenerar los escudos que matando monstruos, lo cual tiene poco de diversión. Es posible también escoger el nivel de dificultad de las misiones, cuanto más difícil mejores recompensas tendremos.
Y ya entrando dentro de propio juego, hay que decir que gráficamente luce espectacular gracias al motor Frostbite -habitual de la saga Battlefield-. No voy a entrar en el debate sobre si ha habido downgrade o no, pero os puedo asegurar que aun así el resultado final deja con la boca abierta. Mirar hacia el lejano horizonte cargado de montañas, cascadas y lagos y saber que puedes ir a cualquiera de esos sitios es abrumador. A su vez, los efectos gráficos también son de admirar, pudiendo encontrar niebla, humo o polvo, amén del sistema de iluminación y los reflejos en la armadura que también tienen mucho que decir. Bioware ha hecho los deberes y se ha puesto las pilas en ese apartado.
El rendimiento en PC también ha sido gran objeto de debate, ya que nos da una de cal y otra de arena. El juego se puede considerar bien y mal optimizado al mismo tiempo: si bien el juego funciona decentemente en equipos de pocos requisitos y permite jugar con mediana fluidez -en mi caso, a 30 fps estables con gráficos en medio en una Radeon Vega 8-, varios usuarios han reportado problemas para alcanzar los 60 fps a 1080p con los modelos más potentes del mercado. Por lo tanto, todo depende del cristal con el que se mire. A esto hay que achacarle también los elevados tiempos de carga: cada vez que entramos en alguna nueva zona o morimos, aparece una pantalla de carga que tarda bastante en desaparecer, cortando así todo el ritmo frenético del juego. Aunque es necesario avisar de que dicha beta está basada en un prototipo antiguo y desde EA prometen solucionar todos esos problemas de cara al lanzamiento oficial.
Jugablemente, el manejo del personaje responde bastante bien y con frenetismo: seremos capaces de esprintar, realizar dobles saltos o hacer una finta rápida gracias a los motores de la armadura. A la hora de combatir, nuestro equipamiento consistirá en dos armas principales, dos secundarias, ataque cuerpo a cuerpo y un ataque especial diferente en cada clase. Hay otras muchas mecánicas pero esas son las que más vamos a utilizar. El gunplay cumple sin más, hay que tener en cuenta el retroceso del arma y los ataques enemigos pueden desviar nuestro punto de mira, pero lo cierto es que no es tan bueno como otros juegos del mismo estilo.
Hablemos ahora de la mecánica de vuelo, el atractivo principal del juego y un excelente añadido. El manejo del vuelo es perfecto, nuestro personaje volará exactamente hacia donde queremos sin fallos ni movimientos extraños, incluso podremos permitirnos el lujo de modificar la velocidad y hacer giros en el aire que nos hacen sentirnos como un auténtico Iron man. El vuelo no es ilimitado, cuanto más tiempo estemos en el aire más sobrecalentamiento sufrirá el traje y, una vez llegado a su límite, tendremos que aterrizar para que se recupere y poder continuar. Es muy interesante además el detalle de que permanecer en zonas húmedas o meterse en el agua reducen considerablemente el tiempo de enfriamiento. Esta habilidad también le da una nueva dimensión al combate, ya que podremos quedarnos suspendidos en el aire para disparar desde arriba, aunque también hay que decir esto nos convertirá en blancos fáciles para los enemigos.
En cuanto al metagame, nos encontramos ante el habitual loot shooter, en el que al derrotar enemigos y cumplir misiones nos obsequian con equipamiento aleatorio para mejorar a nuestro personaje. Este se divide en diferentes clases según su rareza -cuanto más raro, mejores características como es obvio- y podremos encontrar tanto armamento como partes de la armadura. La variedad es bastante amplia incluso en la propia beta, contando con varios tipos de armas diferentes que se adaptan al estilo de juego de cada uno, desde rifles de francotirador hasta lanzagranadas. Las piezas de la armadura son totalmente personalizables, pudiendo elegir el color, material e incluso la textura que tendrá, de manera que cada jugador pueda tener su propia armadura totalmente diferente a las del resto de jugadores.
Según vamos avanzando en la beta, era posible desbloquear hasta cuatro alabardas -que es el nombre oficial que reciben las armaduras en el juego- que representan a las diferentes clases o jobs del juego. En mi caso y por darle algo de variedad, me decidí por escoger una alabarda de tipo pesado especialista en daños -similar a la Hulkbuster de «Los vengadores», por continuar con los ejemplos marvelitas-, aunque también contábamos con otras dos que serían el equivalente a las clases mago y pícaro si lo extrapolásemos al RPG fantástico. En el juego no es posible desbloquearlas hasta que alcancemos el nivel 12, sin embargo la beta nos permitía empezar directamente a nivel 10 y llegar hasta un máximo de nivel 15, recibiendo más puntos de experiencias cuanto con mayor cantidad de usuarios jugásemos las misiones.
Las últimas horas de la beta se saldaron con un evento dinámico, uno de los muchos que habrá en el juego final según promete Bioware, en el cual apareció un gigantesco portal dimensional en el cielo y todo el mapeado se llenó de titanes -monstruos de gran tamaño difíciles de matar-, dándole un plus de dificultad y variedad al juego. El contenido que recibirá la versión final del juego promete ser bastante considerable, con raids de hasta 6 personas, mazmorras extras y contenido gratuito que irá llegando progresivamente.
Anthem es un juego bastante divertido, no lo vamos a negar, pero también es cierto que no muestra nada que no hayan hecho ya -y mejor- otros juegos similares como Warframe o Destiny, a excepción de la mecánica de vuelo que es bastante original y raras veces vista. El juego tiene bastante potencial pero solo el tiempo -y los usuarios- decidirán si se convierte en uno de los tops o en cambio queda relegado al cajón del montón, todo depende de como EA juegue de bien sus cartas.