Draft of Darkness es uno de esos títulos que te atrapa y no te suelta. Cartas, roguelike y exploración en una mezcla explosiva, muy variada, con diferentes personajes, una enorme cantidad de builds que llevar a cabo y poner a prueba. Y todo esto a un precio difícil de batir, no se puede pedir mucho más

Draft of Darkness es una mezcla extraña, una mezcolanza de géneros que encajan como un guante y nos traen un juego de lo más interesante. Parte juego de exploración, parte roguelike por turnos, parte juego de cartas; todo ello atado con una narrativa profunda que deberemos ir descubriendo. Pero si os digo que trata sobre la decadencia humana, de terrores tecnológicos, de un futuro apocalíptico y de la dualidad de la ciencia como herramienta, seguro que capto vuestra atención.

En su formato de juego de cartas y creación de mazos, Draft of Darkness es bastante clásico. Empezamos con una baraja de diez cartas y en el combate deberemos de usar las que consideremos correctas. A medida que la partida avance, iremos desbloqueando nuevas cartas, que podremos añadir de forma gratuita a nuestro mazo. El problema será quitar cualquiera de ellas, que tendrá su precio. El número de cartas es alto, hay diferentes personajes que tienen habilidades y estilos diferentes. 

Una novedad es que las cartas se basan en el arma que usemos; deberá ser tenido en cuenta para sacar provecho de todas las cartas. Por otra parte, muchas de las cartas tienen dos modos distintos, y deberemos encontrar recursos para que el mazo esté a plena potencia, algo que explicaré más adelante. En una de las partidas me hice un mazo inicial de cartas para usar desarmado, y el resultado fue muy satisfactorio. Algunas builds están mejor medidas que otras, pero todas ellas tienen cierto componente de diversión

El combate tiene mucho más que las cartas; hay decenas de estados alterados que deberemos controlar si queremos ganar la partida, muchas estadísticas que tener en cuenta para poder salir victoriosos. El sistema de combate es profundo y muy satisfactorio, pero necesita de unas pocas partidas para entender cómo funciona todo. Por si fuera poco, al combate hay que añadirle la exploración.

Los escenarios generados de forma procedural se dividen por niveles, y podemos explorarlos para obtener recursos. Algunos combates podremos evitarlos, o huir de ellos si verdaderamente necesitamos pasar. Algunos enemigos se mueven y otros estarán estáticos. Hay gran variedad de recursos y eventos que recolectar y desbloquear, y en su mayoría son necesarios para completar la aventura -y para desbloquear personajes y otras cartas-. A veces los mapas hacen alguna cosa rara, como poner puertas cerradas con llave en zonas a las que se puede acceder fácilmente por otro lado, pero nada que afecte directamente a la jugabilidad. Simplemente necesita de más trabajo.

Porque no basta con encontrar vendas o pastillas para recuperar vida; tendremos que usar pilas o balas para que nuestras cartas demuestran su verdadero potencial. Si tenemos una pistola, habrá cartas de disparo o culatazo; si no tenemos balas, solo la segunda opción estará disponible. Pero no solo esto, ya que si queremos ahorrar balas para un combate más complicado, tendremos un modo alternativo al que entrar pulsando un botón. La profundidad del título es a varios niveles, y se nota el mimo con el que está hecho.

La historia es un galimatías tecnológico, en el buen sentido, con una narrativa críptica que nos forzará a jugar varias veces, y a estar atentos. A algunos les echará para atrás los muros de texto, pero creo que a este juego le refuerzan de alguna forma. Draft of Darkness ofrece partidas bastante largas, por lo que debemos exprimir cada una de ellas todo lo que podamos. Sin nada de esto, seguimos estando ante un gran juego, pero con ello es aún mejor.

Visualmente refleja perfectamente lo que se espera de un futuro sin posibilidades. Se trata de un juego pixelado, muy oscuro, con enemigos que son horrores que podrían haber salido de La Cosa de John Carpenter. Tecnología macabra que volvería loco al más cuerdo. Todo en Draft of Darkness está hecho para deprimirte, la música, las criaturas, el mapa… y que eso no se sienta en absoluto forzado es realmente maravilloso.

Os insto a que compréis Draft of Darkness. Mi sorpresa al comprobar que cuesta menos de ocho euros en estos primeros días de oferta ha sido mayúscula. Si os gusta Slay the Spire o Darkest Dungeon, es una vuelta de tortilla a la mezcla de géneros, una que estoy seguro de que gustará a más de uno. A mi me ha enamorado.

 


Este artículo ha sido realizado en PC mediante una copia cedida por Neon Bedlam