«¡Tú! ¡Sí, Tú! ¡Despierta ese culo y deja de comer doritos! Te necesitamos, alguien se ha puesto enfermo y te toca controlar la mesa de control durante el informativo. Tranquilo, será algo rápido y sencillo, no te preocupes»
Pero no va a ser así, los azares del destino van a hacer que nos toque controlar los que los demás vean y oigan, y la forma en la que lo hagan también. Estamos en unos años ochenta alternativos y la política y la sociedad se van a poner calentitas. Pero también, vamos a ocuparnos de anuncios, chismorreos, sociedad o espectáculos. Y como somos honrados padres de familia, al volver a casa, tenemos una mujer y dos criaturillas de 14 y 19 años.
La públiser, TinyBuild es estadounidense, pero la desarrolladora es británica, NotGames, y creo que es fácil ver el toque inglés en la forma de presentarse todo esto. Me viene a la mente el Mad TV de Rainbow Arts, para PC y Amiga, como otra aventura de gestión de un canal y sus contenidos. Aquí la parte de gestión económica y sus consecuencias es más somera, siendo lo más vital nuestras acciones al frente de la mesa de edición y programación. Echad un vistazo al cuadro de mandos de vuestra Enterprise:
Porque el meollo del juego es la gestión directa de los espacios televisivos, en tiempo real, haciendo que la barra de audiencia sea nuestra barra de vida. Haz el canelo, redúcela demasiado y vuelta a empezar esos diez minutos que te has pasado gestionando el programa. Mi primera gran sorpresa es que el juego está hecho con gente real -que me cuesta llamar «actores»…- a través de vídeos. Vamos a ver pasar los programas y debemos actuar en ellos: elegir la cámara más apropiada, los anuncios, controlar los tiempos de exposición, elegir como presentamos según qué informaciones al público -con las consecuencias que eso pueda tener-, o censurar palabras o frases.
La comparativa con las naves de los capitanes Kirk y Picard es lo que mejor se me ocurre, al estar en constante vigilancia de lo que vemos en las diferentes pantallas, los botones y acciones que debemos tocar casi continuamente, que hacen que haya que combinar teclado y ratón. Hasta la ruedecita del ratón es importante en forma de calibrar el equipo en tiempo real para evitar las interferencias de emisión que también reducen la audiencia.
Podemos seleccionar las diferentes cámaras durante los programas para hacerlos más bonitos, manteniendo una serie de reglas como evitar que el público se aburra por abusar demasiado tiempo de un plano, buscar más riqueza visual, enforcar de manera acertada reacciones personales, y censurar palabras de forma certera -ni demasiada interrupción del sonido, ni escasa- ya que tenemos un ‘lag’ de dos segundos que nos permite anticiparnos un poco. O seleccionar contenidos que hacen que una noticia se perciba de una u otra manera, abriendo consecuencias.
El juego está de momento en Early Access, con tres pequeñas historias, prometiendo mucho más contenido sus responsables -dicen que petarán nuestros SSD, os lo juro-, y nuestra calidad a la hora de preparar las emisiones se salda con una calificación y puntos que usar para gastar en una tienda. Aquí tenemos para comprar tanto temas cosméticos para nuestro centro de trabajo, como ayudas reales para hacer más fácil la gestión de este Boing 767 que no se detiene y que amenaza con estamparse contra un edificio lleno de niños.
Encima, hay también una parte de gestión social, ¿no he dicho al principio que encarnamos a un honrado padre de familia? También tomaremos decisiones en nuestro ámbito privado, uniendo nuestro trabajo y nuestra vida fuera de él. La verdad es que la gestión directa de nuestras acciones, lo moral de las mismas, la obtención de más o menos dinero en función de la calidad de nuestro trabajo y el componente familiar, sin duda recuerdan a esta gran obra de Lucas Pope que es Papers, Please. Y eso es muy bueno, porque NotGames ha conseguido un juego con esas reminiscencias pero siendo tremendamente particular también.
Como último apunte personal, tengo mucha curiosidad por ver cuanto afecta al rumbo del juego las posibles consecuencias de nuestras acciones, que incluso en nuestro aparentemente tranquilo hogar, hay carga política y decisiones complicadas y agridulces. Pero lo que me ha cautivado es la enorme cantidad de vídeo para presentar todo, con personas que obviamente son muy amateurs en el mundo de la actuación -muchos serán los propios programadores, otros… pues gente que pasaría por ahí, imagino- que, lejos de romper la seriedad que pretende transmitir el producto, hacen aún más surreal muchas cosas de esa línea alternativa del tiempo. Y es que yo crecí en los tiempos de los juegos en vídeo-CD, y las actuaciones salchichoneras me pueden.
Este artículo ha sido realizado mediante una copia cedida por TinyBuild