La editora Destructive Creations -Ancestors Legacy, Hatred- nos trae el interesante juego de Invader Studios. Interesante no solo por el juego en sí, que también, sino por la historia que tiene detrás. También de la mano de Meridiem Games, nos llega la versión en físico para PlayStation 4.
Daymare 1998 nació como un proyecto amateur, fruto de la pasión de un grupo de aficionados italianos al género del «survival horror» y, específicamente, por la famosa saga de Capcom, Resident Evil. Ni cortos ni perezosos, se propusieron crear un remake del clásico de 1998, Resident Evil 2. Y así fue como se dio a conocer Resident Evil 2 Reborn, que rápidamente levantó pasiones por internet e ingentes visitas a sus vídeos y cualquier información relacionada con el proyecto.
Pero, lógicamente, cuando Capcom anunció su propio remake oficial del juego, el proyecto se vio cancelado. Sin embargo, lejos de lamentarnos, en esta ocasión podemos agradecer que finalmente llegara ese gran remake original de Capcom. De hecho, en sus créditos, se menciona a los desarrolladores que hoy nos ocupan. Y también podemos alegrarnos de que todo el trabajo realizado en este caso por Invader Studios, no fuese desechado totalmente, pues de aquel proyecto nació el juego que tenemos entre manos.
Tras un fallido intento de micromecenazgo en Kickstarter, donde los casi mil novecientos patrocinadores apenas aportaron poco más de cuarenta mil dólares de los ciento ochenta mil requeridos, Invader Studios pudo, por fortuna para nosotros, seguir adelante igualmente con el proyecto.
Daymare 1998 es una carta de amor al survival clásico en muchos aspectos, aunque jugablemente se inspira claramente en la época del Resident Evil a partir de la cuarta entrega con la característica cámara cerca del hombro. Pero a medida que avancemos podremos localizar algún guiño que muestra el amor por alguna otra saga emblemática.
Nada más comenzar el juego, se nos ofrecen los distintos niveles de dificultad, con el supuestamente recomendado para aficionados con experiencia en el género. Y, aunque es una característica positiva que exista dicha opción para poder adaptarse lo mejor posible a los distintos tipos de jugadores, eso no evita que dichas dificultades deban estar bien diseñadas. En este caso podríamos decir que la curva de dificultad no termina de resultar adecuada, requiriendo un esfuerzo inicial mayor del esperado con respecto al resto del juego. Una vez superado ese momento el juego resulta relativamente asequible, y no tiene una duración excesiva, tomando unas diez horas para poder ser superado. Aunque también hay que tener en cuenta que se trata de un juego que ha sido lanzado al precio reducido de treinta y cinco euros, treinta en su versión de Pc.
Ya metidos en faena, podemos comprobar como Invader Studios no esconde el origen real de su juego, no ya solo en el tipo de cámara y control mencionado anteriormente sino incluso en el tipo de puzles que nos encontraremos combinados con la acción. Habrá puzles fáciles y típicos como el de necesitar un objeto concreto para avanzar a una zona determinada, que nos obligará a explorar para encontrarlo, utilizarlo en su lugar específico y así conseguir desbloquear la continuidad por el mapa y la historia. Pero también tendremos puzles más elaborados que nos obligarán a pararnos a pensar si no queremos experimentar la frustración de quedarnos atascados. A este respecto, la experiencia en el género también nos ayudará a avanzar.
Los escenarios también nos recordarán que este juego surgió como un remake no oficial de la saga de Capcom, aunque llegado cierto punto se han visto obligados, lógicamente, a hacer cambios y crear también nuevas localizaciones.
Porque, aunque por lo leído hasta ahora pareciera que nos encontramos ante aquel remake con un skin diferente y un poco de maquillaje, que realmente es la sensación que prevalece a menudo, no podemos negar que se ha hecho un esfuerzo para que Daymare 1998 posea aspectos originales.
Desde el punto de vista jugable, lo que más llama la atención es el sistema de cargadores y recarga. Podremos tener munición sin venir incluida dentro de un cargador, y deberemos combinar dicha munición con cargadores vacíos para tenerlos listos. Así, seremos nosotros los que deberemos preparar el tipo de munición que queremos tener lista añadiendo un factor estratégico y de suerte al juego.
Pero la profundidad que han querido añadir a este aspecto no queda aquí pues, una vez en mitad de la acción, tendremos dos formas de recargar nuestra arma. Una, la estándar, cambiando un cargador por otro, lo cual tomará un tiempo como es lógico. Y otra forma adicional, que permitirá tirar el cargador que hemos vaciado sin guardarlo de forma que la recarga será más rápida, y tendremos que optar por ella a menudo. Lo importante en estos casos es recordar que, de no volver a por los cargadores vacíos, los habremos perdido. Y no es Daymare 1998 un juego donde podamos prescindir alegremente de ese tipo de ítems.
Y es que el control, no termina de resultar todo lo fino a lo que estamos acostumbrados en otros títulos, y deberemos acostumbrarnos a él. Así que, si ya de por si la munición es escasa, más nos valdrá dominar el arte de la esquiva de enemigos si queremos avanzar gastando la munición justa y no vernos vendidos ante un enemigo mayor.
Otro aspecto que intenta desligarse del homenaje puro y duro a Resident Evil es la historia, que siendo una mera excusa para meternos en faena no está nada mal llevada y lejos de ser una copia tal cual de la saga de Capcom, nos recordará a otras obras del mundo del videojuego y fuera del mismo. En todo caso, no esperemos nada muy original, pero cumple su función perfectamente.
Daymare 1998 es técnicamente algo irregular. Nos encontramos con escenarios muy resultones pero con algún contraste en el aspecto visual, y sobre todo las caras, que desentonan por lo general del conjunto. También hemos sufrido algún bug en forma de partida salvada corrompida.
En resumen, Daymare 1998 no puede evitar mostrar su origen de presupuesto modesto en manos de una pequeña compañía independiente ni tampoco, ni de hecho lo pretende, evitar sentirse como el homenaje que es. Esto no es algo negativo per se y se notan los esfuerzos por terminar balanceando el juego que iba a ser con algo nuevo así que, aunque hay opciones mejores en el mercado dentro del género, es un juego al que vale la pena darle una oportunidad.
Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Meridiem Games