Amanece un nuevo día y otro juego español más que tengo la suerte de poder probar. En esta ocasión me enfrento a Deiland, una aventura con toques de varios géneros con una ambientación de lo más personal y única. Chibig estrena el juego en PC tras su paso por PS4 donde cosechó unas críticas aceptables. Las inspiraciones del juego en El Principito son claras, y está tratado con un cariño digno de mención.
Deiland es un juego que como ya he dicho cubre muchos géneros, siendo el principal la aventura y la supervivencia —aunque sea muy fácil sobrevivir—. Somos Arco, un joven príncipe que llega a un pequeño planeta y hace lo que puede por sobrevivir en él. Para ello tenemos la ayuda de muchos personajes secundarios, que nos irán ofreciendo víveres, materiales e incluso misiones que servirán también como tutoriales improvisados. Entre los personajes más recurrentes está Mûn, una exploradora que nos guiará y nos hará compañía.
Aunque la historia del juego más adelante se complica, con cambios de localizaciones y unos enemigos misteriosos, están siempre en segundo plano respecto a lo importante de verdad, la administración de nuestro planetoide. Para ello disponemos inicialmente de tres pequeñas granjas y una casita. Pronto comenzamos a plantar nuestros propios cultivos y a recibir misiones. Cada uno de los cultivos tarda un tiempo en crecer, por lo que tendremos que elegir bien qué plantar en cada momento. No hay forma de añadir más terrenos cultivables, así que toca administrar bien. Los cultivos son tan variados como podáis imaginar, y cada uno sirve para cosas distintas.
Otro de los aspectos básicos y más divertidos del título es su libro de cocina, que iremos completando con el tiempo y gracias a la ayuda de muchos de los personajes que se pasean por nuestro planeta. El problema aparece al ver que comer no es para nada necesario para la supervivencia de nuestro personaje; la mayoría del tiempo merece la pena ir con hambre y con la vida baja para ahorrar alimentos, al menos hasta que aparezca algún enemigo al que enfrentarse.
Porque sí, Deiland tiene enemigos y combate. Desde luego el combate no está muy refinado, pero aporta una variedad más que necesaria en este tipo de títulos. Los enemigos son de una variedad suficiente y si jugamos bien nuestras cartas probablemente no nos den problemas. Además de usar las herramientas básicas como el hacha o el pico, al poco también tendremos acceso a la magia, que podremos ir aumentando y mejorando con el tiempo. Como ya he dicho, el combate necesita mejoras, destacando la detección de impactos, que puede llegar a ser un verdadero problema en aquellos momentos con más de un enemigo en pantalla.
Otro problema que surge al poco de comenzar una partida es la pasividad y poca cantidad de acciones que llevar a cabo. Mucho tiempo lo pasamos esperando a que algo se complete para poder hacer otra nueva acción. Podemos dormir, pero eso por alguna razón no acelera el proceso de las acciones. A la larga termina siendo aburrido esperar continuamente para poder tener los objetos necesarios para poder fabricar otro nuevo. Podemos regar los cultivos para acelerar el proceso, incluso puede llover, pero no es suficiente para que no estemos largos ratos esperando.
Otro problema que aparece en ciertos momentos del título es la falta de tutoriales. Hay un momento en el que puedes construir una mina, y cuando has picado suficiente material te dice que el carro está lleno y que debe vaciarse. No te explica cómo, y después de volverte loco, cuando sigues avanzando en la historia aparece un personaje que se lleva los materiales. Hay varios momentos así en Deiland, cosas que se podrían resolver fácilmente con un simple cuadro de texto.
La dificultad es otro aspecto mejorable —aunque dependiendo del jugador podría no considerarse así—. Como he explicado, estar alimentado es completamente secundario, ya que la vida baja realmente despacio. No hay sensación de supervivencia de ningún tipo, así que los jugadores a los que les apetezca un título relajante están de enhorabuena. Creo que un selector de dificultad le hubiera hecho mucho bien al título, o modos de supervivencia y creación al más puro estilo Minecraft. De todas formas es un juego divertido de jugar si te lo tomas con calma, nunca se convierte en un tedio hacer las tareas que te encomiendan.
Visualmente el título es una delicia. El planetilla donde nos encontramos es precioso, verde y exuberante, con su estanque y su árboles. Cuando vamos construyendo nuestra pequeña aldea, si somos cuidadosos, podemos crear un verdadero paraíso. Los diseños cartoon y el arte de los personajes ayuda a que el resultado final sea inmejorable. Si tengo que destacar algo de Deiland, sería su aspecto visual. La música tiene temas alegres y melódicos perfectos para cuidar de nuestro territorio. Acompañan perfectamente todas las situaciones a las que nos enfrentamos.
En resumen, Deiland es un título a tener en cuenta, donde la tranquilidad y la calma tienen más importancia que el hecho de sobrevivir en sí mismo. Cuando os apetezca un título sencillo e inocente con unos personajes divertidos, Deiland estará ahí para vosotros. Con un poco más de trabajo podría llegar a ser incluso mejor, pero la idea básica funciona y merece la pena echar horas al título.
Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Chibig Studio
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