Ya tenemos entre manos Minabo – A walk through life, uno de los juegos que más ha dado qué hablar en los últimos meses. Minabo viene desarrollado por el estudio español Devilish games, quienes en el pasado ya nos trajeron juegos tan peculiares y novedosos que ya analizamos en esta web, como por ejemplo Path to Mnemosyne o el más reciente Onirike. En esta ocasión regresan a las dos dimensiones con un peculiar juego con tubérculos como protagonistas.
Y lo que nos ofrece Minabo, más allá de su peculiar nombre que ya ha agotado todos los juegos de palabra posibles y resultado una estrategia de marketing perfecta, es un simulador social basado principalmente en las interacciones entre personajes. Por hacer una comparativa más o menos igualitaria podríamos definirlo como Los Sims pero centrado exclusivamente en la parte social: nuestro protagonista caminará por el escenario e interactuará con otros personajes. Y ya está, no hay más ni vamos a encontrar más que eso en todo el juego, lo cual no quiere decir no tenga su profundidad jugable como veremos a continuación.
La mecánica es muy sencilla: debemos llevar a nuestro nabo desde su nacimiento hasta su muerte en un viaje en el que irá conociendo a otros nabos con los que interactuará y formará relaciones, ya sea de amistad, de pareja o incluso de enemigos. Se nos ofrece un escenario 2D que tenemos que recorrer y a medida que caminamos nuestro personaje irá envejeciendo poco a poco, el único camino es hacia delante y no podemos volver hacia atrás en ningún momento, como una alegoría de la propia vida.
Nuestro nabo cuenta con una serie de barras de necesidades afectivas -contacto físico, intimidad y sentimiento de pertenencia- que tendremos que mantener lo más llenas posible y eso lo conseguiremos interactuando con otros nabos, los cuales también tendrán sus propias barras y dependiendo de su personalidad y su estado actual. Las acciones están representadas con una barra verde y roja que determina el porcentaje de éxito al llevar a cabo la interacción, cuanto más verde sea, más seguro es que el otro personaje reaccione positivamente, aunque eso no es indicativo de nada ya que el estado de ánimo del NPC también influye y será posible ver como una interacción casi segura se va al traste a causa de la personalidad del otro personaje.
Lo cierto es que al principio es algo confuso entender como funciona todo esto debido a que nos ofrecen muy pocas explicaciones y nos toca buscarnos la vida, se echa en falta un tutorial más completo o incluso guiado para disipar cualquier duda. Para entender mejor la mecánica tenemos que recurrir a un video promocional externo en el que se nos explica mejor como funciona el sistema jugable.
Una vez superado el escollo inicial y ya sepamos como funciona la cosa, veremos que las interacciones tiene más profundidad de la que aparentan a simple vista. Toda acción tiene una consecuencia y esta se ve reflejada en los demás, de manera que si por ejemplo estamos conociendo a un nuevo nabo y le prestamos más atención de la cuenta, comprobaremos que nuestro mejor amigo puede empezar a desarrollar celos y su relación con nosotros se enfriará cada vez más. Esto a su vez nos deja otro de esos mensajes para la vida: no puedes agradar a todo el mundo y no siempre es tu responsabilidad el que los demás sean felices.
El camino no está exento de peligros y obstáculos, a lo largo del recorrido veremos como nuestros seres queridos pueden morir y eso afectará notablemente a la personalidad de nuestro nabo. También hay que tener cuidado con ciertas interacciones no deseadas, ya que podremos acabar teniendo enemigos y además podemos sufrir peligros externos como enfermedades -manifestadas en forma de polillas que nos devoran- o incluso las alimañas como el topo Topota -de verdad que el nombre es real- que nos devorará al instante si nos descuidamos.
¿Y con qué modos de juegos cuenta Minabo? Pues el modo de juego principal es el modo Misiones, que es el que nos permite explotar en mayor profundidad todas las mecánicas. A lo largo de 25 niveles, en cada escenario se nos ofrece una serie de objetivos que debemos cumplir para superar el nivel con éxito, como por ejemplo lograr llegar a cierta edad, tener descendencia o tener un romance. Tendremos que superar tres objetivos en cada nivel o nos veremos obligados a reiniciar el escenario, lo cual puede hacerse complicado si no manejamos bien la situación.
Aunque se trata de un juego sobre socialización -y claramente lo es, no se puede decir lo contrario-, al final nos deja más sensación de que se trata de un juego de «puzles» encubierto, al menos en lo referente al modo Misiones. Si estamos en este modo, estaremos más concentrados en seguir los pasos necesarios para superar los objetivos en lugar de tener una socialización libre sin imposiciones, aunque no nos debemos preocupar por esto ya que es algo que podremos hacer en el otro modo de juego principal.
El otro modo de juego, el cual se desbloquea al superar 5 misiones, es el modo Vida libre. Como su nombre indica, aquí podremos jugar de manera totalmente libre y sin objetivos por el simple placer de disfrutar del camino y las interacciones entre los personajes de manera relajada y sin prisas. Se trata de un modo pensado principalmente para los fans de los «cozy games» que tan solo quieren desconectar la mente un rato sin complicaciones ni retos y la verdad es que cumple de sobra en ese aspecto.
Visualmente estamos ante un juego muy agradable como salta a la vista, con diseños de personajes simpáticos y animaciones fluidas en las que podremos ver como las estaciones van haciendo mella en el paisaje con campos nevados en invierno, la caída de hojas en otoño o la lluvia en días nublados, por supuesto funcionando a 60FPS sin caídas de ningún tipo. La banda sonora también nos deja temas muy relajantes pero dinámicos al mismo tiempo, mientras que en el idioma encontramos textos en castellano y voces que se limitan a gruñidos y sonidos ininteligibles, cosa que le queda genial.
Minabo – A walk through life es una excelente propuesta para los fans de los juegos de corte relajante y contemplativo pero sin dejar de lado la parte de retos y desafíos del videojuego tradicional. Si bien es cierto que los modos de juego son escasos y el jugador hardcore va a encontrar poco que rascar, la simpatía y el carisma que derrocha el título lo convierten en un juego ideal para escapar de vez en cuando y desestresarnos en los peores momentos.
Este análisis ha sido realizado en PC mediante una copia cedida por Devilish Games