Tomb Raider apareció en 1996 y muy rápidamente se convirtió en una de las franquicias más reconocibles del videojuego. Su protagonista, Lara Croft, terminó por ser un icono con gran impacto en la cultura popular de finales de los 90, marcando a toda una generación. Las aventuras de la arqueóloga se convirtieron en una mina de oro para Eidos y dieron lugar a toda una serie de secuelas, remakes y reinicios, con los que la popularidad de la saga, a pesar de haberse diluido ligeramente con el paso de los años, continua vigente.
Sin embargo, por desgracia, los títulos originales con los que todo comenzó habían quedado perdidos en el limbo, sin grandes posibilidades de que los nuevos jugadores, o los nostálgicos que los hubieran disfrutado en su día, pudieran acceder a ellos por vías legales. Solamente en PC, tanto en Steam como en GOG, la saga completa permanece a disposición de los jugadores. Por fortuna, para solventar en parte este vacío, ahora Aspyr nos trae un paquete con las tres primeras entregas de Tomb Raider, remasterizadas para intentar adaptarlas a los tiempos actuales.
El diseño de los juegos se mantiene inalterado: son aventuras en tercera persona en las debemos guiar a Lara a través de diversos niveles -inicialmente tumbas, bosques o ruinas, aunque a medida que avanza la saga vamos visitando lugares tan locos como el Area 51- resolviendo puzles complejos, saltando de una plataforma a otra o enfrentándonos a tiros contra nuevos enemigos. Son juegos bastante difíciles para el estándar actual, ya que el diseño de los mapas es muy intricado, los puzles, aunque intuitivos, pueden llegar a requerir que les demos alguna una vuelta antes de llegar a la solución y el plataformeo nos exige una precisión milimétrica, pero se mantienen totalmente vigentes a día de hoy.
Por supuesto, al tratarse de títulos publicados en 1996, 1997 y 1998, se han realizado algunas mejoras que intentan hacerlos más atractivos para el publico actual. El apartado gráfico se ha remodelado por completo con todo lujo de detalles: las texturas, los modelados de los personajes o efectos especiales como el fuego son totalmente nuevos. No voy a decir que se ve como un juego actual, pero el salto es abrumador y a nivel visual no desentona para nada en 2024.
Eso sí, esta remodelación gráfica, aunque espectacular, no es del todo perfecta. Con la mejora han aparecido ciertas inconsistencias a nivel artístico y no resulta raro encontrar elementos que aspiran al realismo acompañados de otros que buscan aportar un toque más cartoon, en un contraste que resulta un tanto extraño. Los modelados de algunos enemigos se han visto especialmente perjudicados por esto.
Así mismo, las mejoras gráficas no son del todo respetuosas con el diseño de niveles original. Esto supone que en ocasiones haya elementos como interruptores o determinados elementos interactuables -que en los originales estaban diseñados de forma que destacasen sobre los escenarios- queden demasiado ocultos en el entorno, sin que tengamos muy claro que son un elemento que podemos utilizar para poder progresar. En más de un momento no me ha quedado más remedio que volver a los gráficos originales -un cambio que podemos hacer al vuelo con solo pulsar un botón- para saber por donde debía continuar o para encontrar algún interruptor que no era capaz de ver.
También se ha incorporado un nuevo modo de control moderno -y , al igual que con los gráficos, podemos intercambiar en cualquier momento entre los originales o los nuevos, aunque en este caso el cambio requiere pasar por el menú- que abandona el control tanque del original para intentar ofrecer un control más actual basado en el libre movimiento direccional con el stick. No funciona del todo mal y es una buena solución para todo aquel que quiera acercarse a estos juegos y le aterrorice el control tanque clásico, algo que siempre ha sido una de las principales barreras de entrada para los nuevos jugadores, pero se pierde precisión en los saltos.
El control original estaba diseñado para permitirnos calcular cada salto de forma perfecta, pudiendo llegar a contar el numero de pasos que era necesario dar para llegar al borde exacto de la plataforma antes de saltar, algo que se pierde en parte con un control más fluido y rápido. Personalmente me ha costado llegar a algunos puntos con este nuevo control, más que con el control original.
En esta colección se incluyen todas las expansiones y contenidos adicionales publicados para cada juego, la mayoría de los cuales eran inéditos en consola. Con Tomb Raider I, Tomb Raider I: Asuntos Pendientes, Tomb Raider II, Tomb Raider II: La Máscara Dorada, Tomb Raider III y Tomb Raider III: El Artefacto Perdido, además de la versión de la Mansión Croft aparecida en cada una de las entregas principales, tendremos alrededor de cincuenta o sesenta horas de juego.
Con Tomb Raider I-III Remastered Starring Lara Croft hay colección para un buen rato y hay que agradecer a Aspyr que nos haya dado la oportunidad de revivir, o de descubrir por primera vez, tres de los videojuegos más laureados de su época, si bien es una lastima que no se hayan incluido Tomb Raider IV -quizá el mejor de la saga- y Tomb Raider V para poder redondearla y tener remasterizadas todas las entregas clásicas.