2075. El mundo, destrozado tras la revolución androide, vive en una continua decadencia. Neon City, paradigma del estado actual de la sociedad, se ha convertido en una megaurbe deprimente, reinada por cuatro bandas que han hecho de las calles su dominio. La delincuencia callejera es el día a día de sus habitantes, y la policía bastante tiene con aguantar, y eso si lo hacen y no sucumben al preciado poder del dinero manchado de corrupción. En este contexto aparece Rick, un justiciero enmascarado -cualquier parecido de su máscara con alguna otra famosa obra de ficción es coincidencia- que pretenderá acabar con las 4 bandas y el reinado del crimen en la ciudad.

Neon City Riders es la ópera prima de los mexicanos Mecha Studios, que nos lo trajeron a PC y consolas este mismo año tras un exitoso Kickstarter que les permitió desarrollar este homenaje al ciberpunk y a las máquinas arcade de los años 90. Y no se puede decir que les haya salido mal la cosa. Estas son nuestras impresiones tras haberlo podido jugar en Nintendo Switch.

En términos generales, el mapeado del juego se compone de la ciudad de Neon City y cuatro zonas que albergan a las cuatro bandas a las que tendremos que destronar. Iremos moviéndonos por el mapeado al estilo de The Legend of Zelda: A Link Between Worlds, con subzonas pequeñas que iremos atravesando hasta llegar al borde y cambiar a la siguiente. En general dicho cambio de zona podría ser algo más rápido, ya que no suele tardar más de uno o dos segundos -que ya se notan, sobre todo en zonas pequeñas-, pero he llegado a contar unos 10 segundos al cambiar a según que zonas. 10 segundos de pantalla negra de la consola.

Pero realmente, lo primero que nos llama la atención al empezar Neon City Riders es el apartado visual. Con una estética muy nostálgica, enseguida tendremos delante de nuestros ojos luces de neón de todos los colores. Una ciudad repleta de personajes estilo píxel pero bien definidos, llenos de rincones distintos unos de otros con una perspectiva pseudo-cenital que hará las delicias del jugón veterano. Desde el outfit de Rick hasta la estética de la ciudad está hecha para atrapar a este tipo de jugador, y, la verdad, lo consigue. El juego entra claramente por los ojos en los primeros minutos y es una delicia de ver.

El problema es que esa primera impresión se ve diluida por escenarios algo repetitivos y vacíos. Cuando salimos del centro de la ciudad como tal y llegamos a las diversas zonas de las cuatro bandas que dirigen el sitio, nos encontramos con mazmorras que visualmente no están mal, pero que no ofrecen demasiado detalle. Quizá hacer escenarios menos amplios y más detallados habría ayudado a paliar la sensación de repetividad.

Sí lo palía, por otro lado, el hecho de que esta ciudad nos ofrece libertad para explorarla como queramos, teniendo la posibilidad de elegir a por qué banda intentar ir primero. Intentar es la palabra aquí, ya que será muy posible que nos encontremos un bloqueo para el que necesitaremos una habilidad concreta si lo queremos atravesar. Estas habilidades se nos serán concedidas al empezar el juego, y se nos serán arrebatadas pocos minutos después, siendo otro de nuestros objetivos principales el recuperarlas una a una. Lo habéis adivinado: las tienen las cuatro bandas rivales.

Con estas habilidades podremos tanto pelear con los enemigos como resolver puzles. Porque Neon City Riders no solo está lleno de adversarios, sino que cada una de las mazmorras tiene diversos puzles y desafíos de habilidad que tendremos que superar. La verdad es que iba con escepticismo, pero he de decir que algunos de los puzles están bastante inspirados -sin ser especialmente desafiantes-. Sí son más difíciles -bastante, de hecho- algunos tramos de habilidad que habrá que ir superando, con rayos por todas partes, suelo electrificado, pinchos en el suelo… Moriremos muchas veces en este tipo de tramos en Neon City Riders, bastante más, diría, que luchando contra los enemigos. Pero aun así, el juego perdona bastante, y guardará en cada una de las subzonas del mapa comentadas anteriormente, o en ciertos puntos de salvado repartidos entre diversas zonas, de forma que volveremos bastante rápido al ruedo tras morir.

Combatir contra los enemigos no tendrá mucho misterio, de hecho, al principio, sin habilidades, el combate se siente demasiado simple. Aprender las rutinas de los adversarios y machacar. Es un combate muy centrado en estas rutinas, y aun teniendo todas las habilidades diría que no acaba de ser satisfactorio del todo. Sí es otro cantar los jefes y subjefes de cada banda a los que nos enfrentamos, que nos brindarán combates espectaculares, difíciles y satisfactorios.

No quiero acabar el análisis sin mencionar la banda sonora. Siendo un juego con un claro homenaje a los 90, no pueden faltar las melodías a lo midi para ambientar el juego. Sinceramente, me parece que el nivel es bastante irregular, habiendo algunas melodías que se te quedan en la cabeza, y otras que se nos harán demasiado repetitivas. Pero en general, sin ser notable, la banda sonara cumple.

Neon City Riders no pasará a la historia por ser una obra maestra, pero sin embargo, su mezcla de homenaje, puzles, y dificultad nos transporta a otra época. Que al final, creo que era el objetivo de Mecha Studios, y para ser su primer título, es un título notable. Expectante estoy de ver con qué nos salen la próxima vez con un mejor presupuesto.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Bromio