Han pasado casi dos décadas desde el lanzamiento de The Elder Scrolls IV: Oblivion, un juego que marcó un punto de inflexión en el género de rol de mundo abierto. Su enorme mundo, su sistema de progresión único y su narrativa envolvente lo convirtieron en un título de referencia que, además, pudo acompañar el lanzamiento de una nueva generación de consolas en un momento en el que el rol occidental todavía no era un género habitual en estas plataformas. Ahora, con Oblivion Remastered, Bethesda busca devolverle nueva vida a este clásico, modernizando sus gráficos y mejorando algunos aspectos clave sin alterar su esencia.
Si hay algo que impresionaba en The Elder Scrolls IV: Oblivion era el momento de salir por primera vez al mundo abierto. Ese instante, poder salir a explorar esa inmensidad con ese apartado gráfico impresionante para la época, se quedó grabado a fuego en la retina de innumerables jugadores, convirtiéndose en un símbolo del salto técnico que venía de mano de la nueva generación.
Ahora, veinte años después, somos menos impresionables, pero desde el primer momento Oblivion Remastered trata de replicar el impacto que causó el juego original con un renovado apartado visual. Gracias al uso de Unreal Engine 5, los escenarios de Cyrodiil han sido reconstruidos con texturas de alta calidad, iluminación avanzada y modelos detallados que aportan una profundidad visual nunca antes vista en la saga. Las ciudades, los bosques y las montañas tienen un aspecto mucho más realista, y los efectos climáticos han sido mejorados al igual que la nueva iluminación ha conseguido unas transiciones más suaves entre los ciclos de día y noche. Sin embargo, aunque la mejora gráfica es notable, el precio a pagar por ella también es alto, afectando la fluidez del juego en todos los modos gráficos disponibles. Esperemos que con la llegada de nuevos parches se pueda conseguir afinar un poco más un rendimiento que quizá resulte demasiado inestable para el estándar actual.
Uno de los aspectos más debatibles de esta remasterización viene derivado de este salto técnico, pues ha supuesto numerosos cambios en el apartado artístico que no siempre resultan demasiado fieles con el arte original. La iluminación consigue que el tono del juego sea radicalmente distinto y, donde antes había colores muy saturados y un exceso de bloom que en conjunto conseguían reflejar un ambiente de fantasía que daba mucha viveza al juego, ahora todo tiene un tono mucho más apagado y realista. Esto se ha llevado también a los modelados de los personajes, siendo algunas de las razas más fantasiosas, como los Khajiit, las más afectadas por los cambios.
Donde Bethesda ha sido más conservadora es en la modificación del núcleo jugable original, pues los los sistemas de progresión, combate y exploración se han mantenido prácticamente inalterados. Esto a buen seguro va a generar opiniones divididas, pues, aunque algunos jugadores van a apreciar y a agradecer la fidelidad al juego original, es innegable que se podrían haber realizado mejoras sustanciales en determinados elementos que han envejecido y que hacen que el juego se sienta mucho menos refinado que otros títulos modernos.
El sistema de progresión de personajes sigue siendo uno de los elementos más característicos de Oblivion. A diferencia de otros RPG, donde los personajes suben de nivel exclusivamente por la acumulación de experiencia, aquí la progresión se basa en el uso constante de habilidades específicas. Cada acción realizada por el jugador contribuye al desarrollo del personaje, haciendo que el crecimiento sea orgánico y adaptado al estilo de juego. Sin embargo, este sistema también conlleva ciertas limitaciones: puede sentirse desequilibrado si no se gestiona correctamente, y algunos jugadores nuevos pueden encontrarlo menos intuitivo en comparación con las mecánicas de nivel más tradicionales.
Eso sí, una de las principales novedades jugables viene de la mano de intentar evitar flexibilizar los problemas que este sistema de progresión causaba en conjunción con uno de los elementos más criticados del juego: el autonivelado de enemigos que sigue presente y que genera situaciones tan absurdas como ver a bandidos equipados con armaduras daedricas. En la versión original cada habilidad solo contribuya a aumentar el atributo que la gobernaba, lo cual podía provocar que acabásemos con un personaje prácticamente inútil si subíamos demasiado niveles utilizando con frecuencia habilidades que no estuvieran vinculadas a los atributos importantes para nuestro personaje, mientras que en la remasterización tenemos mayor libertad para asignar al atributo que queramos los puntos obtenidos con cada subida de nivel.
El combate sigue manteniendo el enfoque original, combinando acción en tiempo real con mecánicas RPG clásicas. Los ataques cuerpo a cuerpo, el uso de armas a distancia y la magia son los pilares fundamentales del sistema de batalla, pero su ejecución aún presenta algunos inconvenientes. A pesar de la mejora en las animaciones, el combate sigue sintiéndose rígido, sin la fluidez que ofrecen títulos más recientes. En comparación con Skyrim, donde los enfrentamientos tienen un mayor impacto visual y mecánico, Oblivion Remastered se percibe como un título menos refinado en esta área. Además, el sistema de colisión sigue teniendo fallos ocasionales, lo que puede afectar la precisión de los ataques y generar situaciones frustrantes en combate.
La inteligencia artificial de los NPCs y enemigos no ha recibido mejoras significativas, lo que implica que los personajes siguen comportándose de manera errática en algunas situaciones. Esto es particularmente notable en el combate, donde los enemigos a menudo siguen patrones predecibles y pueden reaccionar de forma poco estratégica. Los NPCs también presentan diálogos con respuestas poco naturales, lo que hace que algunas interacciones se sientan menos inmersivas. Aunque esto contribuye al encanto clásico del juego, los jugadores que esperaban una IA más pulida pueden sentirse decepcionados por la falta de mejoras.
El sistema de sigilo sigue presente y conserva su mecánica original, basada en el nivel de habilidad y la percepción de los enemigos. Infiltrarse en lugares restringidos o eliminar objetivos sin ser detectado sigue siendo una opción viable para los jugadores que prefieren un estilo de juego más sigiloso, pero la implementación del sistema sigue teniendo ciertos problemas. La detección de los NPCs a veces no responde de manera coherente, lo que puede hacer que el sigilo se sienta inconsistente en determinadas situaciones.
La exploración es otro de los pilares fundamentales del juego y sigue siendo uno de los aspectos más gratificantes de Oblivion Remastered. Cyrodiil sigue ofreciendo una gran cantidad de ruinas, castillos abandonados y mazmorras llenas de enemigos y tesoros ocultos, incentivando la exploración libre. Eso sí, ahora contamos con la posibilidad de esprintar en cualquier momento, algo que se agradece durante la exploración del mundo.
Bethesda ha realizado pequeños ajustes en la interfaz para mejorar la gestión del inventario y facilitar el acceso a información relevante sobre las habilidades del personaje. Aunque estos cambios ayudan a mejorar la experiencia general, el sistema de menús aún conserva ciertas limitaciones que podrían haber sido optimizadas para ofrecer una navegación más eficiente.
El apartado sonoro ha recibido mejoras significativas. La música original de Jeremy Soule ha sido remasterizada con mayor calidad de audio, lo que permite disfrutar de sus icónicas melodías con una fidelidad mejorada. Los efectos de sonido también han sido refinados, proporcionando una mayor inmersión en los distintos escenarios del juego. No obstante, las voces de los NPCs no han sido regrabadas, lo que significa que algunas líneas pueden sonar menos naturales en comparación con los estándares actuales de actuación de voz en los videojuegos.
Jugar Oblivion Remastered después de 20 años es una experiencia llena de nostalgia y emociones encontradas. Para quienes pasaron incontables horas recorriendo Cyrodiil en su juventud, regresar a este mundo renovado es como volver a visitar un lugar lleno de recuerdos. Los pequeños detalles que antes pasaban desapercibidos ahora destacan más que nunca, como las texturas de los edificios, los reflejos del agua o la vegetación más exuberante en los bosques. La historia principal, centrada en la invasión Daedra y la lucha por el trono de Tamriel, sigue siendo emocionante y las misiones secundarias continúan siendo brillantes. La Hermandad Oscura, el Gremio de Ladrones y los eventos aleatorios que se encuentran en Cyrodiil siguen ofreciendo algunas de las mejores tramas dentro del género incluso hoy.
Sin embargo, esa misma nostalgia puede jugar en contra. Mientras que los gráficos han mejorado, la jugabilidad sigue siendo exactamente la misma, con sus fortalezas y sus defectos intactos. Lo que antes se sentía como innovador, ahora puede percibirse como anticuado en comparación con los estándares modernos. Esto genera una dualidad en la experiencia: por un lado, está la emoción de revivir un clásico en su máximo esplendor visual, pero por otro está la sensación de que algunos aspectos no han evolucionado lo suficiente.
En definitiva, Oblivion Remastered es una carta de amor a los fanáticos del juego original. Las mejoras gráficas, el sonido remasterizado y los pequeños ajustes en la interfaz hacen que la experiencia sea más disfrutable, pero hay numerosos aspectos del juego que se han quedado desfasados, lo cual, unido a los problemas de rendimiento, puede impedir que nuevos jugadores lleguen a conseguir conectar con el juego. Para los jugadores que buscan revivir la aventura sin cambios drásticos, esta es una excelente oportunidad para regresar a Cyrodiil con un apartado visual renovado. Pero para quienes esperaban una transformación profunda del título, puede que sus limitaciones les dejen con ganas de más.