Mira tú por dónde hoy no estoy para recomendar un juego con estética Lovecraftiana. No solo de terror cósmico vive uno. Hoy vengo a hablaros de un roguelite, uno que si bien no reinventa nada del género, está bastante entretenido. Si bien es cierto que estamos saturados del género y que cada semana sale uno nuevo, a veces hay alguno que merece ser tenido en cuenta. Uno de esos es Yasha: Legends of the Demon Blade, juego desarrollado por 7QUARK y del que voy a hablaros ahora.
Según reza la descripción oficial «Ambientado durante el periodo Edo, Yasha: Legends of the Demon Blade es un RPG de acción con elementos fantásticos y mecánicas roguelite. Sumérgete en un mundo rebosante de auténtica ambientación japonesa mientras te enfrentas a implacables demonios en combos de ataque.» Pero yo lo veo más un roguelite que un RPG de acción.
Empiezas el juego con uno de los tres personajes que puedes elegir -ya hablaré más adelante de ellos- y te lanzas a su correspondiente aventura ya que cada uno tiene su propia historia. Pues cuando ya estás en materia, puedes apreciar que el juego tiene muchísima inspiración en un grande del genero: Hades. Tanto la cámara, como la forma de atacar recuerdan bastante al citado juego. Eso no tiene por qué ser necesariamente malo.
El sistema de mejoras, si bien tiene inspiración también en él, elegimos entre tres mejoras y añadimos una nueva -hasta un máximo de tres- o mejoramos la ya existente. Aquí entra ya más nuestra forma de jugar, así que cada uno debe de elegir que mejora le va mejor a su estilo de juego y que sinergia puede obtener con las armas que llevas.
Las historias por otro lado me han gustado bastante. Tenemos a tres personajes para elegir inicialmente, Tenemos a Shigure, la ninja inmortal cuya leyenda dice que es el Okami, pero ella no está seguro de ello debido a cosas que no voy a revelar. Sara, una simpática Oni, que intenta recuperar su lugar, y a Taketora, un… bueno, un samurái demonio que no me ha terminado de enganchar como los otros dos personajes.
El sistema de combate al principio es simple, vamos con un arma y tenemos que abrirnos paso por los niveles con vista isométrica enfrentándonos a los enemigos. Cuando limpiemos el nivel, obtendremos un orbe para elegir entre tres habilidades y cada dos salas, tendremos enfrentamientos con un jefe que nos dará mejoras poderosas y un objeto que si lo llevamos al herrero del lugar, podremos desbloquear nuevas armas.
Cada nueva arma que desbloquemos podremos equiparla para llevar un total de dos. Aquí es dónde entra la complejidad del titulo puesto que según que armas llevemos, podremos hacer una cosa u otra, algunas te limitan a usar solo el ataque ligero, otra solo el ataque fuerte, otras potenciaran nuestro –si hay un parry, como en casi todo juego que sale hoy día-, y alguna dará habilidades pasivas que nos potenciarán cuando la barra de dicha arma esté llena.
Una cosa que si que le puedo destacar, es que cada vez que venzamos a un jefe, acabaremos en un extraño pueblo en el que podremos hablar con los habitantes, allí podremos comprar ítems que nos potencien al personaje, recuperar salud y participar en pruebas que si logras superar, te darán amuletos para elegir entre dos mejoras para la run. Pero si no superas el desafío, empezarás la siguiente zona con la mitad de la vida. Es un añadido bastante interesante que potencia el riesgo-recompensa. Por lo general no suelen ser pruebas muy complicadas, pero algunas pueden ser bastante difíciles ya que empezamos con un solo punto de vida.
Cuando muramos, acabaremos en un santuario en el que gastar nuestras monedas correspondientes en mejorar al personaje. No quiero caer en la repetición, pero esto me vuelve a recordar a la forma en la que mejorábamos a Zagreo en Hades. Entiendo que el juego se toma inspiración de otro juego, pero también estaría bien innovar un poco y crear un sistema por el que el juego sea conocido y no tener un deja vu por leve que sea. Aunque algunos disfrutarán de un sistema conocido y menos problemas a la hora de aprender los mecanismos, yo consideraría que deberían probar un sistema nuevo.
Cuando volvamos al pueblo tras gastar nuestros puntos en el santuario, podemos hablar con los aldeanos y aquí es dónde yo noto una de las principales faltas. A veces la traducción al castellano da la impresión de estar hecha con Google Translate ya que en lugar de «un momento» se lee solamente «momento» y alguna cosa más por ahí rara, no sé si es una forma de hablar del personaje también en la versión original o han recurrido a «métodos rápidos a la hora de traducir. No estoy aquí para acusar a nadie, pero el detalle habría que tenerlo en cuenta.
Yasha: Legends of the Demon Blade es un juego correcto, cumple con lo que ofrece y pese a los pequeños defectos que tiene, puede ser un buen juego. No va a convertirse en un pionero del género pero al menos su función la cumple a la perfección. Tiene sus pegas, pero siendo honestos, ¿qué juego no las tiene hoy día? ¿cuál le daríais vosotros una nota perfecta porque lo hace todo bien? Para los más versados en el género, tal vez peque de simple, pero para la gente que quiera un roguelite para iniciarse en ellos podría ser una grandísima opción.