Este análisis ha sido realizado en Nintendo Switch 2 mediante una copia cedida por PLAION
Capcom sigue en racha. Tras batir récords de ventas con Monster Hunter Wilds, la compañía japonesa ha demostrado que también sabe cómo mantener vivas sus franquicias más longevas. Y no es cualquier saga: Street Fighter 6 ha devuelto al ring a sus leyendas con una entrega fresca, ambiciosa y rebosante de contenido, que ha ido creciendo sin parar desde su lanzamiento hace dos años. A día de hoy, con dos temporadas completas a sus espaldas, y una tercera recién anunciada y muchas promesas para el futuro, podemos decir con seguridad que estamos ante uno de los grandes referentes modernos del género.
Lanzado originalmente en 2023, Street Fighter 6 no tardó en dejar claro que esta nueva era venía con ganas de romper moldes. A diferencia del arranque dubitativo de su predecesor -y su poco popular sistema de monetización-, esta entrega se presentó con una propuesta sólida, repleta de modos de juego, con una jugabilidad pulida desde el primer minuto y con una apuesta clara por el estilo y la accesibilidad. Desde entonces, ha ido sumando personajes, ajustes de balance, trajes, contenidos gratuitos, eventos temporales y nuevas formas de jugar. Un ejemplo de cómo mantener vivo un juego de lucha en el tiempo.
Si algo nos sigue sorprendiendo es lo bien que Street Fighter 6 mantiene el equilibrio entre tradición y novedad. La jugabilidad sigue siendo el pilar central, pero se construye sobre un sistema completamente nuevo que gira en torno al Drive System: un medidor con múltiples usos que añade una capa táctica a cada combate. Desde parrys hasta embestidas, pasando por cancelaciones ofensivas o defensivas, este recurso nos obliga a pensar muy bien cómo y cuándo actuar. Si lo gestionamos mal, entraremos en un estado de agotamiento que puede costarnos el asalto.
Cada luchador -y ya hay 26 si sumamos todos los añadidos- se siente distinto, con su propia cadencia y personalidad. A los clásicos como Ryu, Ken o Chun-Li se sumaron desde el principio nuevas incorporaciones como Luke, Kimberly o Jamie, a los que con el paso del tiempo se han unido figuras tan emblemáticas como Rashid, A.K.I., Ed y Akuma -durante el Año 1-, y más recientemente, en el Año 2, el regreso de M. Bison junto a invitados de lujo como Terry Bogard y Mai Shiranui de Fatal Fury, y la ágil Elena. Y lo que está por venir no pinta nada mal: Sagat, C. Viper, Alex e Ingrid ya están confirmados para el Año 3. Vamos, que si algo no le falta al juego es variedad y razones para seguir entrando al cuadrilátero.
Eso sí, conviene aclarar que en esta edición Street Fighter 6: Years 1-2 Fighters Edition para Nintendo Switch 2 que tenemos entre manos -también lanzada para el resto de sistemas-, estos personajes extra de los Años 1-2 no vienen incluidos como parte del juego, sino como un código de descarga en el caso de la edición física, o como contenido adicional descargable si se compra la versión digital.
Uno de los mayores aciertos de esta entrega ha sido ofrecer tres esquemas de control distintos: clásico, moderno y dinámico. El primero es el de toda la vida, pensado para los veteranos. El segundo simplifica la ejecución de movimientos especiales, permitiendo a jugadores menos experimentados disfrutar de combates fluidos sin necesidad de memorizar comandos complejos. Y el dinámico, pensado para el modo local o cooperativo casual, da aún más margen para el espectáculo sin barreras. Nosotros, que llevamos años siguiendo la saga, hemos agradecido tener opciones para adaptarnos a cada situación y compañía.
Una de las mayores novedades de esta entrega fue el modo World Tour, una especie de aventura RPG en mundo abierto en la que creamos nuestro propio personaje y recorremos las calles de Metro City y otras localizaciones. Puede parecer un añadido menor, pero nada más lejos: es un modo sorprendentemente profundo, con exploración, desarrollo de personaje, subtramas y combates contra NPCs que se sienten como un entrenamiento orgánico. Incluso podemos combinar técnicas de varios luchadores famosos para crear nuestro propio estilo para nuestro avatar.
El sistema de progresión para el World Tour, con árbol de habilidades y mejoras pasivas, está bien diseñado, y el uso de movimientos especiales durante la exploración le da un aire de mini-metroidvania que nunca esperábamos ver en esta saga. Además, Capcom ha ido ajustando y puliendo este modo con el tiempo, corrigiendo errores y mejorando la experiencia general con inclusión de nuevo contenido y formas de entretenimiento.
Puede que los más competitivos lo vean como una distracción, pero a nosotros nos pareció un soplo de aire fresco, una forma ideal de familiarizarse con el sistema de combate y, por qué no, pasarlo bien sin la presión de los combates online.
Si World Tour es la parte individual, el Battle Hub es el alma multijugador del juego. Aquí, Capcom ha trasladado el espíritu de los salones arcade a un espacio virtual donde puedes encontrarte con otros jugadores, ver combates en directo, apuntarte a torneos o incluso jugar a clásicos retro de la franquicia. Basta con acercarte a una máquina libre -o esperar turno en una ocupada- para lanzarte a la acción.
Este espacio también se ha ido actualizando con eventos especiales, trajes conmemorativos, desafíos temáticos y mucho más. Y sí, también puedes usar tu avatar personalizado del World Tour para pelear en modos alternativos contra otros jugadores. La versión de Switch 2 permite jugar en línea sin problemas, con emparejamientos rápidos y conexión estable gracias al rollback netcode. Y aunque no incluye funciones como GameChat o GameShare del nuevo sistema de Nintendo, sí admite juego cruzado con otras plataformas y conserva todas las opciones sociales principales.
El Fighting Ground es la sección más tradicional del juego: combates 1v1, modo arcade, práctica, versus local y clasificatorias online. Todo está aquí, con una presentación impecable y opciones de entrenamiento muy completas. Eso sí, el modo arcade en particular se nos sigue quedando corto: ofrece apenas unos pocos combates con una cinemática inicial y otra final por personaje, sin apenas desarrollo narrativo. Nada grave, pero sí mejorable. En cambio, el Modo Combate Extremo es todo lo contrario: caos y risas. Combates con reglas especiales, obstáculos aleatorios, penalizaciones absurdas… una delicia para desconectar y disfrutar del juego desde otro ángulo. Ideal para jugar con amigos y romper con la rutina de las clasificatorias.
Esta edición para Nintendo Switch 2 introduce además modos nuevos exclusivos pensados para jugar en grupo o en movimiento. Combate Gyro permite controlar los ataques moviendo los Joy-Con 2, aprovechando la detección de movimiento para una experiencia más intuitiva y desenfadada. También destaca Campeonato Calórico, un modo casual que contabiliza los gestos físicos realizados con los controles por movimiento durante el combate, ideal para sesiones familiares o con amigos. Además, se han añadido opciones específicas para multijugador inalámbrico local, como Combate de avatares.
Y hablando de ventajas físicas: la edición de Switch 2 es compatible con algunas figuras amiibo, la de Ryu y Ken que ya teniamos disponibles, y las tres nuevas lanzadas por Capcom -Luke, Kimberly y Jamie- junto a un pack de 22 tarjetas amiibo. Podemos usar las figuras y las tarjetas para desbloquear elementos cosméticos, obtener recompensas de entrenamiento o incluso importar parámetros de luchadores personalizados. No es una función esencial, pero sí un guiño interesante para los usuarios de Nintendo.
Visualmente, Street Fighter 6 destaca por su estilo colorido y urbano, con efectos de tinta que acompañan cada ataque importante. El RE Engine demuestra su versatilidad, ofreciendo animaciones fluidas y escenarios interactivos sin perder ni un ápice de claridad durante el combate. En Nintendo Switch 2, el rendimiento es sorprendentemente sólido: 60 frames por segundo estables durante los combates, cargas rápidas y una presentación muy cuidada tanto en portátil como en sobremesa. Se han realizado ajustes visuales menores, como una resolución interna más baja -960×540- reescalada dinámicamente hasta 1080p mediante DLSS, pero sin comprometer el estilo artístico ni la experiencia de juego. Aunque sí que hay que indicar que en el modo World Tour el rendimiento baja a los 30 frames por segundo, algo que podemos entender pero no es lo más deseable.
Con todo lo que ha sumado desde su lanzamiento y lo que aún tiene por delante, Street Fighter 6 se mantiene impertérrito en el trono de la lucha 2D. Con modos para todos los gustos, un plantel variado y en constante crecimiento, controles accesibles y profundidad técnica, esta sexta entrega es el tipo de juego al que apetece volver una y otra vez, ya sea para mejorar, competir o simplemente echar un vistazo a las continuas novedades. No importa si llevas desde los tiempos de Street Fighter II o si acabas de empezar: aquí hay un sitio para ti. Y eso, en un género tan exigente como este, es todo un logro.
Respecto a la versión para la nueva híbrida de Nintendo, aunque no es perfecta -la falta de integración de GameChat y GameShare, o los 30 frames por segundo en el modo World Tour son detalles a tener en cuenta-, la experiencia resulta lo suficientemente sólida para estar a la altura de las versiones en otras plataformas en cuanto a contenido y jugabilidad. Además, ofrece la gran ventaja de poder jugar en cualquier lugar y trae modos exclusivos que, aunque no aportan mucho, siempre se agradecen y suman valor a esta edición portátil.