¡Vengo a resolver no una, DOS terribles preocupaciones! La falta de juegos publicados por Ratalaika Games y la escasez de visual novels en los últimos tiempos en el portal ¡Pero todo eso se soluciona con este A Summer with the Shiba Inu! Encima, la cosa va de perros, perros que se meten en movidas, con temas perros en una sociedad donde se tratan como perros. Y no va tan a la coñita fácil como pueda parecer…

De la mano de Quill Game Studios, este juego se lanzó hace casi un año en PC, y ahora lo hace en las consolas principales, una práctica clásica en la editora española, conseguir títulos de bajo perfil para lanzar sin muchos problemas en otras máquinas. Pero que Ratalaika sea española no hace que sus juegos nos lleguen en nuestro idioma, ya digo que hay un trabajo muy escaso a la hora de captar y traer. Así, tenemos textos solo en inglés que encima tienen un tamaño muy pequeño, ¿Y sin embargo hay un notable nada más empezar la entrada? ¿Por qué?

Pues por el mismo motivo que he dejado otras visual novels con escasa puntuación: por la historia y lo interesante que se me ha hecho, así como la narrativa presente en la misma. Vamos con el principio: nos encontramos en un mundo de perros inteligentes. No hablo de antropomorfismos porque son perros que van a cuatro patas, y su elaborada sociedad está tecnificada y adaptada a su condición. Puede recordar a Isle of Dogs, la genial película de animación de Wes Anderson, pero en ella dicha sociedad perruna es circunstancial, cuando aquí es completa. Un mundo de perros… literal, y por más de un motivo.

La base de todo es Syd, una perra de raza shiba inu, que vive en Canine-da. Pero un poderoso motivo del pasado la lleva a su lugar natal, la isla de Shiba Inu, obviamente habitada en su mayoría por cánidos de esta raza. La aventura puede empezar con algún momento más divertido, producto de estar manejando y en entornos basados en una sociedad de perros inteligentes, pero no hay que confundirse. La historia tiene un trasfondo social, de intriga y misterio, momentos intranquilos y desconcierto.

No sería adecuado que profundice en exceso, como digo la historia me parece interesante aún cuando pasadas unas horas me podía desubicar un poco. El caso es que llevamos a cabo una búsqueda vital junto a nuestro amigo Max y una extraña y enorme, pero aparentente simpática, perra labradora retrivier Quei-Li. Por el camino vamos a conocer una sociedad perruna que es más que un trasunto de la nuestra cambiado de especie.

Desde el principio nos hacemos extrañas preguntas. La mayoría de alimentos que hay son sintéticos en la isla, y cuando te dicen que tienes un plato de ternera pero que nadie ha visto una vaca, te preguntas como funciona todo más allá de sus particularidades, pero también extraños toques humanos.

Otro punto importante entrocado en el argumento, y causa también del mismo es el ranking que los perros ocupan en la sociedad de la isla, controlado y compartido por una enorme red virtual que monitoriza datos en todo momento. El sistema de ARInas, y los teléfonos de ‘correa’ holográficos como forma de comunicación frente a los smartphones más ‘humanos’ que parecen funcionar en el resto del mundo fuera de la isla.

Esa posición social y la forma de subir o bajar en los rankings marca las vidas de los integrantes de la isla, y Syd necesita pasar desapercibida a este sistema, aunque no lo hará, el pasado puede ser implacable.. Pero ella no puede cejar en su búsqueda.

No es tanto que a través de animales ‘humanos’ se haga un análisis de nuestra sociedad, que algo de eso hay también, es más que estamos ante una historia que usa la fantasía y hasta la ciencia-ficción de una forma curiosa para presentarnos una trama de misterio e intriga. Y ya digo que a mi me ha gustado bastante.

Pues entrando en las cuestiones mesurables, el juego tiene tres finales diferentes con diez variaciones con personajes secundarios que nos encontramos, según les tratamos e interactuamos con ellos. Graficamente me parece una idea excelente usar modelos reales de perros para luego retocarlos y vestirlos. No hay animación, solo poses estáticas de los animales, con escenarios que se pueden repetir pero bien hechos, y la música además ayudando a hacer más agradable estar leyendo durante horas en la pantalla de nuestro televisor, o de forma portal en nuestra Switch.

Y como he explicado en otras ocasiones, este género hace que los análisis sean demasiado personales. Pero si en entradas anteriores he bajado nota porque la historia no me convencía, cuando directamente no me parecía un peñazo, lo consecuente es que una historia y trasfondo que me han gustado reciban una cifra más alta.

Soy consciente que paso por alto los dos grandes fallos objetivos, la falta de español en los textos y el pequeño tamaño de los mismos –esto en el modo portatil de Switch podría ser un buen problema-, y bien puede que al lector y seguidor de este género no concuerde con mi forma de ver el argumento y sus extravagancias -atentos a la forma en la que Syd llega a la isla-, por eso es tan importante dejar claro este subjetivismo feroz aquí.

Pues como siempre, bajo precio, logros sencillos -aunque obviamente asociados a conseguir diferentes caminos y finales-, y esta vez una propuesta dentro de este género más limitado al pad, que debería generar al menos sana curiosidad.

 


Este análisis se ha realizado con un código cedido por Ratalaika Games