Siempre es interesante cuando un estudio quiere imprimir su propia huella en un género algo sobado ya por la industria. No es ningún secreto que los metroidvanias son posiblemente el género estrella dentro del territorio independiente, entre otras cosas porque son bastante populares entre público y desarrolladores -¿quién no ha crecido con algún Metroid o Castlevania a mano?-, y porque permiten a los desarrolladores demostrar cierto grado de inventiva que no todos los géneros permiten. Desde Aeternum Game Studios han querido sumarse a esta estela con Aeterna Noctis, cuya propuesta no dejará a nadie indiferente.

Desde el principio, Aeterna Noctis derrocha carisma.

Aeterna Noctis es bastante único dentro del género, y es que si bien mantiene todas las virtudes y señas de identidad del mismo, ya sea la exploración hacia delante y hacia atrás constantemente gracias a nuevas habilidades, como otros elementos más modernos como esa interacción con NPCs algo más críptica que han tomado juegos como Hollow Knight y similares, también se encarga de darle un giro bastante curioso a lo que es la travesía principal y es que Aeterna Noctis da mucho mayor peso que otros juegos del género al aspecto plataformero del mismo. Y no lo digo en el sentido de que simplemente haya que saltar mucho, no, sino que Aeterna Noctis por momentos se parece más a un Super Meat Boy y demás juegos desafiantes que a un Metroid. Pero no nos adelantemos, y vamos poco a poco.

En Aeterna Noctis encarnamos al rey de la oscuridad, que desde hace milenios, cuando fue condenado a la inmortalidad, se turna en ciclos eternos con la reina de la luz para gobernar desde los cielos. Cada vez que uno gobierna, el otro cae al reino de los mortales y debe restaurar su poder para destronar al otro. Evidentemente, ahora nos ha tocado a nosotros caer, y en nuestra aventura para llegar al trono, iremos descubriendo lo que ha ido pasando en los últimos ciclos, como han cambiado las cosas en el mundo, y como trataremos de romper este castigo de una vez por todas. Quizá no sea sorpresa de nadie, pero desde que Hollow Knight irrumpiera como un obús en el mercado, la narrativa y ambientación dentro del género ha estado a un nivel excelente -con juegos como Ender Lillies, por ejemplo-, y Aeterna Noctis no es una excepción.

No faltarán los personajes enigmáticos a lo largo de la aventura.

No solo nos plantea una historia que de verdad nos intriga para seguir explorando, sino que se acompaña de una serie de entornos y pequeños detalles que mejoran toda la experiencia. Y es que desde el estudio tomaron dos decisiones que aportan muchísimo valor general. La primera, que al menos en España es fantástica, es darle un doblaje de categoría a la narración, a cargo de Núria Mediavilla -nuestra Galadriel, por lo que tiene experiencia narrando grandes historias-, que aporta un tono solemne a cada cinemática donde aparece su voz. La segunda, realizar el juego al completo en base a dibujos a mano. Quizá algún que otro diseño sea más flojo, pero la estética general del juego tiene muchísima personalidad y es altamente identificable al haber dotado de un impacto visual tan personal al mismo.

Y ahora, a hablar de lo jugoso. Del tema jugable. Como decía al comienzo, Aeterna Noctis otorga una importancia demencial al plataformeo. No hay soluciones fáciles aquí, no hay farmeo, no hay equipo superpoderoso. Todo nuestro avance pasa siempre por nuestra pericia -o nuestra paciencia- a la hora de navegar el entorno con las habilidades que vamos obteniendo. Y esto es una moneda de doble cara de bastante peso. En general considero que todo el diseño de Aeterna Noctis es brillante, excelente, único. Pero a la vez, que exige demasiado en según que momentos, y si bien algunos jugadores somos tozudos como una mula y conseguimos perseverar a base de reintentos, creo que es bastante normal que más de uno, de dos, y de tres jugadores decida mandar el juego al limbo. Y creo que los propios desarrolladores lo han considerado, porque a estas alturas hemos tenido ya un parche que añadía algún punto de control más, junto a un nuevo modo de dificultad más sencilla que facilita todas estas secciones. Y si bien alabo que ofrezcan esta posibilidad, que deja bien clara cual es la intención original -de hecho tiene bloqueados los logros en el modo Aeterna, el fácil-, considero que si se responde tan rápido a las quejas de la dificultad, es porque sabías de antes que igual se te había ido la mano.

No faltarán los guiños a otras obras. ¿Qué haría Thanos en un metroidvania?

¿Y por qué son difíciles estas secciones? Bueno, partiendo desde el principio, Aeterna Noctis cuenta con un sistema de vida por golpes, a lo Hollow Knight, y por otro lado, cuenta con numerosas trampas de «muerte» -no muerte como tal, sino que te mandan a la última superficie segura-, similar a lo que pasaba con Blasphemous y sus famosos pinchos, todo ello dentro de un diseño de niveles que a veces es hasta un poco puzle de plataformeo más que de plataformeo en sí, donde realmente tienes que probar qué habilidades de movimiento -porque hay bastantes- y en que orden. Porque igual consideras que con el salto doble llegas, o igual necesitas un salto normal y un impulso, o usar una habilidad que aún no tienes -esto llega a ser un poco problemático, porque hay momentos tan endiablados que no sabes si es que te falta una habilidad o si es que tienes que pensar como usar tus habilidades actuales de otra forma-, y hay muy poco margen de error porque no puedes hacer como en Metroid Dread por ejemplo, que puedes tanquear el daño en según que momentos para avanzar por una zona de lava. Y al contrario que en otros metroidvanias, donde cada nueva habilidad suele facilitar la travesía, aquí es al revés, y es que una nueva habilidad suele venir acompañada de unos momentos de plataformeo bastante más duros.

Por ejemplo, hacia el ecuador del juego desbloqueas unas flechas que te sirven para teletransportarte. Estas flechas tienen un diseño funcional brillante, el teletransporte tiene solo cierto rango, se clavan en superficies planas y se destruyen al contacto con enemigos o con trampas. Sus dos principales utilidades en ese momento son atravesar campos de luz que si bien son letales para nosotros, las flechas pueden cruzarlos, y atravesar zonas estrechas por donde no entramos. Pues por ejemplo, para el primero de los casos, los campos de luz, al poco de conseguir estas flechas necesitarás cruzar una zona de pinchos con tres campos verticales de luz. Con tres flechas esto sería cosa fácil. Disparo, teletransporte en el aire, disparo, teletransporte, disparo y teletransporte, ya está. Pero no, no es tan sencillo porque… solo tenemos dos. Tenemos que jugar con la flecha, las habilidades aéreas, y el estrecho espacio entre campos para tratar de conseguir que en lo que lanzamos las dos flechas, se recargue la habilidad para poder volver a lanzar la primera. Es un puzle MUY satisfactorio de lograr, pero altamente exigente, y no es ni de lejos la parte más dura del juego en este sentido.

Entre plataforma y plataforma habrá momentos de relax… pero habrá pocos. Preciosos, eso sí.

Y es que los jefes beben también de esta filosofía de diseño, ya que son ante todo desafíos de plataformeo que tienes que acompañar de la capacidad de realizar algo de daño mientras saltas. Aquí por suerte sí que hay formas de saltarse cosas con algo de imaginación a la hora de utilizar nuestros recursos, pero aún así, algunos de estos jefes son una locura que o bien te van a dar una satisfacción inmensa o te van a dar dolor de cabeza. No hay término medio. Y no hablemos de completar todos los desafíos opcionales y encontrar todos los coleccionables, porque ahí el desafío se dispara por las nubes, aunque aquí siendo contenido secundario me parece perfecto.

En cualquier caso, no me quiero alargar mucho más, de Aeterna Noctis se puede hablar largo y tendido, y sobre todo se pueden decir cosas buenas, muy buenas, y sobre todo se puede alabar que el estudio de verdad ha hecho lo que deseaban y han conseguido lanzar un título con una personalidad muy marcada, pero también se puede decir que quizá un puntito menos de locura en según que momentos de plataformeo sin irte al extremo de un modo fácil -que no me parece solución, ya digo, cuando sale tan rápido es que contabas con ello- habrían terminado de redondear un título que a todas luces es una maravilla.

Es la hora de enfrentarnos a una aventura como ninguna otra.

 


Este análisis ha sido realizado en PlayStation 5 mediante una copia cedida por Aeternum Game Studios