Hace muchos años jugué a Anno, una de las sagas más longevas de gestión, construcción y simulación de negocios. Es una de las franquicias que Ubisoft más cuida, y aunque desde el Anno 1404 no he jugado a ninguno, todos han tenido críticas que van desde buenas a excelentes, y han tocado muchas épocas, desde unos años previos al Renacimiento hasta el posible -aunque poco probable- futuro más allá del año 2200. El juego que hoy nos ocupa, Anno 117: Pax Romana, va mucho más atrás en el tiempo, a la época de mayor esplendor del Imperio Romano.
Anno 117: Pax Romana es un juego de género. Tenemos nuestra isla y deberemos hacer que se desarrolle. Para ello tenemos un montón de herramientas en nuestras manos. El juego nos ofrece un tutorial muy completo, pero la propia campaña funciona como un tutorial. Da gusto ver cómo toda la jugabilidad está integrada de forma que vamos aprendiendo mientras avanza la historia.
Porque en Anno 117: Pax Romana la historia es parte importante de la jugabilidad. Aunque no sean lugares reales, para este título la compañía se basa en eventos históricos y situaciones que bien podrían haber ocurrido en la Antigua Roma. Tan realistas que he tenido que mirar si se trataba de eventos reales. La campaña nos ofrece una elección entre dos nada más comenzar; yo elegí a Marcia Tertia, una mujer a la que casan con un misterioso y enfermo noble. La primera misión está clara, reconstruir la ciudad de Juliana en una ciudad con ruinas, cerca de un volcán.

La campaña combina historia y ficción de manera convincente, los eventos y personajes están inspirados en la Antigua Roma, aunque con libertad creativa. Es un equilibrio bastante sólido entre narrativa y mecánicas jugables que pocos juegos de la saga logran mantener tan bien.
La historia de Anno 117 tiene giros, decisiones y es bastante más narrativa de lo que me esperaba en un inicio. En el tiempo que nuestra ciudad crece, tendremos conversaciones y desarrollos en la historia. Pronto la historia nos hará abandonar la isla e ir a nuevos horizontes, como Albion. Tengo que admitir que la unión de estilos jugables y narrativos para la historia me ha gustado, y hace que todo sea muy fluido.
Además de la campaña, tendremos un modo infinito, que mecánicamente se parecerá mucho a la campaña. Personalmente, me hace falta algo más que esto, creo que un modo desafío, con ciertos elementos distintivos estaría bien. Por ejemplo, poder empezar con ciertos elementos y tener que cumplir algunos objetivos. El multijugador ayuda a que haya variedad, pero creo que el juego tendría que poner de su parte en ello. Que salga en DLC no me parece suficiente, debería ser un añadido gratuito, al menos algunos escenarios. El juego deja la puerta abierta a futuros contenidos y escenarios, especialmente en el modo infinito. Algunos desafíos adicionales podrían haber sido incluidos como contenido base, pero es comprensible que Ubisoft busque extender la experiencia con DLCs, lo que también amplía la rejugabilidad.

Pero vamos a lo importante, la jugabilidad de Anno 117: Pax Romana. Primero, construir un poblado que rápidamente se convertirá en ciudad. Me ha sorprendido el tamaño que obtienen las ciudades en poco tiempo de juego. Para crecer, hará falta algo muy típico del género; cubrir las necesidades de nuestros ciudadanos. Hay diferentes clases de ciudadanos a lo largo del juego, desde libertos a nobles, y cada una requerirá de más comodidades. Uno de los aspectos clave del juego será poder administrar a todos esos ciudadanos, porque claro, al necesitar uno nuevo, esto no significa que el anterior pueda o deba desaparecer.
Comparado con otros títulos de la franquicia como Anno 1800 por ejemplo, Anno 117 mantiene la profundidad estratégica pero simplifica ciertos aspectos de la interfaz y del comercio, haciéndolo más accesible para jugadores nuevos, aunque los veteranos podrán echar de menos algunos detalles de optimización y control más avanzado.
Los edificios son de lo más variado. Por supuesto, habrá construcciones de producción, de industria, de entretenimiento, de religión, militares… habrá una variedad enorme. De hecho, más adelante veremos que dependiendo de las raíces de nuestra cultura, ya sea romana o celta, variará en cómo debemos construir algunos elementos. Los pantanos son fundamentales para los celtas, por ejemplo.

La construcción de esos edificios es un verdadero placer. Todo se construye al momento -a excepción de algunos edificios más grandes-, y el juego dispone de unas herramientas que hacen que sea directo y sencillo construir. Podremos construir en diagonal también, aunque esto a veces nos jugará malas pasadas. Mi primera ciudad era un sinsentido absoluto, tenía edificios redundantes por todas partes -como mercados o almacenes repetidos- ya que no planifiqué absolutamente nada. Sin embargo, el juego trabaja para ti y todo lo que hagas quedará realmente bonito. También hay que tener cuidado con el lugar de construcción, ya que muchos edificios darán beneficios y perjuicios a los edificios de alrededor. No parece que haya problema en colocar algunos edificios lejos, así que es una estrategia a seguir.
Algunos medidores del juego son la felicidad, la salud y el dinero. Cada uno tendrá edificios propios, y tendremos que tener todo controlado para poder seguir avanzando. Lo ideal es progresar poco a poco, sobre todo cuando vamos a explorar y colonizar otra isla. Anno 117: Pax Romana tiene muchos elementos, y es fácil perderse y dejar algo sin cuidar. De todas formas, hay un consejero bastante eficiente que nos ayudará con este menester, además de un buen número de indicadores. Si necesitamos más libertos, el juego nos lo indicará tanto en un menú como encima del edificio en juego. Aunque las partidas fluyen suavemente, algunos menús y sistemas de información pueden resultar abrumadores al principio, sobre todo cuando colonizamos nuevas islas o manejamos múltiples recursos. No es un fallo grave, pero merece atención para jugadores que buscan control absoluto.
Otra mecánica inherente al juego es el comercio. Anno 117: Pax Romana es un juego de vender recursos que tengamos de sobra y comprar materia prima que nos haga falta. Para comerciar con otro jugador de la IA necesitaremos un tratado de comercio, y una vez los hayamos convencido, deberemos hacer una ruta con uno de nuestros barcos. Al comienzo el comercio será opcional, pero cuanto más avancemos, veremos que hay ciertos materiales que no podremos conseguir de otra forma. El juego también ofrece un sistema de comercio pasivo, que solamente tocando unos botones nos permitirá decir que comprar y cuál es el mínimo que quieres tener de forma constante.

Otro par de mecánicas, relevantes pero menos importantes, son la religión y la investigación. La primera es bastante simple, construimos un templo y tendremos que elegir nuestro Patrón -o Dios-. Cada uno nos dará diferentes bonus, por ejemplo, Neptuno nos ayudará con nuestros barcos o Marte hará que nuestras tropas sean más efectivas. Estos dioses también harán que la producción de algunas materias primas se vea mejorada. Cuantas más personas sigan al dios y más devoción tengamos, más mejoras iremos desbloqueando. Los Patrones ofrecen mucha variedad y hará que nuestras partidas sean diferentes unas de otras. Algunos Patrones deberemos desbloquearlos para poder usarlos, y para ello necesitamos la Investigación.
Este elemento es también secundario, pero será necesario para poder desbloquear ciertas cosas. Hay tres caminos distintos, el económico, el cívico y el militar. Su nombre explica más o menos para que sirve cada uno. Así como los Patrones, ofrecen variedad -más incluso-. Dependiendo de qué estilo de juego queramos llevar, tendremos que centrarnos en uno u otro camino. Algunos edificios nos darán más capacidad para dicha investigación, por lo que deberemos estar atentos.
Por último, hay que nombrar la parte militar del juego. Personalmente, no le he hecho mucho caso a este apartado. En este estilo de juegos tiendo a ser pacífico. De todas formas, a veces hay que sacar los barcos y dar alguna que otra lección. Podremos configurar nuestras propias naves, poniendo armas, más protección al casco y muchas otras cosas. Una novedad de este título son las batallas en tierra. Habrá cuatro tipos distintos de unidad, cada uno con su propio edificio para reclutarla.

Aunque en mi experiencia personal suelo priorizar la parte económica y social, conviene detenerse un poco más en lo militar porque tiene peso en la experiencia global. El combate naval permite equipar barcos con distintos módulos -más cañones, mayor capacidad de carga, cascos reforzados- y ajustar la flota según la misión. En tierra, las escaramuzas aportan variedad, hay unidades con roles diferenciados -infantería, proyectiles, apoyo-, edificios concretos para entrenarlas y defensas como murallas y torres que funcionan bien para proteger asentamientos. El sistema de combate no es el eje central del juego, pero está lo bastante pensado como para que se convierta en una vía válida cuando las tensiones con otros gobernadores aumentan o cuando hay que proteger rutas comerciales. Eso sí, no esperes un wargame profundo; las batallas sirven como complemento estratégico, no como el núcleo de la experiencia. El combate, aunque funcional y divertido para quien disfrute de la expansión militar, sigue siendo secundario y simplificado.
Visualmente Anno 117: Pax Romana es un juego muy espectacular. Anno 1800, su antecesor, ya era un prodigio técnico, y este es más de lo mismo, quizá hasta artisticamente más bonito. Los modelados tienen un detalle enorme, y muchas veces me he visto parando la partida para acercarme y ver los edificios en todo su esplendor. La música acompaña perfectamente al título. Hay que decir que en temas visuales y musicales la franquicia no decepciona.
En conclusión, Visualmente Anno 117: Pax Romana nos ofrece una jugabilidad muy consistente junto a una campaña bastante interesante. Una vez completamos eso, sí el modo infinito no nos llena, tendremos que esperar a los DLCs para recibir nuevos desafíos. Al margen de esto, se trata de un título de estrategia con montones de mecánicas, situaciones y estilos diferentes de juego, así que la rejugabilidad es enorme y nos proporcionará muchísimas horas. Anno 117: Pax Romana se trata de otra excelente entrada más en la franquicia de Ubisoft, una de las más prolíficas en el género de la estrategia.

