Broken Blades es uno de esos juegos que no sabría bien como calificar, pues bajo esa aparente capa de ínfimo presupuesto y recursos limitados se esconde un juego que, dentro de lo malo, no es tan horrible como en un principio pinta. Broken Blades viene de la mano de las desarrolladoras West Wind Games y Golden Eggs Studio -que ya decía yo que me sonaba de algo, pues nos trajeron el infame The Handler of Dragon, lo cual explicaría todo- de manera conjunta tanto en la distribución como el desarrollo.
Y en este caso estamos ante un plataformas 2D con toques de roguelike que recuerda mucho a otros tantos como puede ser Rogue Legacy -salvando las enormes distancias que hay-. Por no tener, no tenemos ni siquiera argumento, lo único que sabemos es que somos un guerrero que tiene que atravesar una mazmorra llena de trampas y enemigos, cosa que sinceramente agradezco, nunca he sido un defensor de los argumentos metidos con calzador que no aportan nada al juego.
Como ya hemos comentado, nuestro personaje se moverá de manera lateral a través de escenario bidimensionales dibujados a mano -lo cual no quiere decir que vayan a estar especialmente detallados-. Estos escenarios serán fijos en su diseño, pero cada vez que juguemos cambiarán algunos de sus elementos como el tipo de enemigos, los obstáculos dispuestos o el tipo de recompensas obtenidas. En general siempre siguen una misma estructura en la que tendremos que ir consiguiendo objetos que a su vez nos lleven a otros objetos que sirven para otras cosas y así seguir avanzando hasta superar el nivel.
Nuestro personaje se moverá lateralmente y, de manera adicional, tendremos un botón de ataque, otro de -doble- salto y otro más para rodar y esquivar ataques enemigos y trampas. En el movimiento es donde más deja que desear Broken Blades, ya que el sistema de colisiones no está bien implementado y lo que debería ser un golpe seguro acaba fallando, al igual que el botón de esquivar, que al pulsarlo mientras estamos atacando hace que nuestro personaje no ruede y nos acabemos comiendo varios golpes injustos.
En cuanto al funcionamiento del juego, estamos ante un puro «ensayo y error» en el que influye levemente el factor suerte, que en este caso viene definido por el tipo de mejoras que vayamos encontrando por el camino. Estas mejoras son completamente aleatorias y nos proporcionarán algunas ventajas extras como mayor velocidad, curación y incluso doblar la cantidad de monedas conseguidas. De esta manera cada partida puede llegar a ser diferente, pero al final del día es nuestra propia habilidad a los mandos la que cuenta y para eso vamos a tener que morir muchas, muchas veces.
Otro de los elementos negativos del juego es lo fácil que es morir y perder todo el progreso conseguido, pues hay muy pocos puntos de control y en el caso de que acaben con nosotros, nos tocará comenzar de nuevo desde el principio del nivel y a la larga llega a hacerse demasiado cansado y repetitivo.
Pero el elemento más diferenciador de Broken Blades es el tema de la espada cambiante. Nuestra espada se compone de varias piezas, de manera que podemos incorporarle -o restarle- algunas de ellas a medida que las vayamos encontrando, lo cual influirá tanto en la forma de atacar como en la cantidad de daño. A mayor cantidad de piezas equipadas, mayor daño realizaremos a los enemigos, pero esto tiene consecuencias, ya que a su vez hará que nuestros golpes no sean tan rápidos, sacrificando por lo tanto velocidad por daño. Esto ya depende de la manera en la que cada jugador quiera afrontar la partida, pero como ya decimos, podremos modificar la espada en cualquier momento de la partida y añadir o quitarle piezas según nos vaya conviniendo en ese momento.
Para finalizar ya, hablemos del apartado técnico. Gráficamente destaca su dibujo a mano, pero las animaciones son bastante pobres, similares a las de cualquier juego flash de la década de los 90 o de los juegos de móviles de bajo presupuesto, el personaje se mueve de manera extraña, como si cada extremidad de su cuerpo hubiese sido animada de manera independiente y el conjunto resulta un tanto irregular. La banda sonora es buena, con melodías épicas que ambientan muy bien el juego, aunque su escasa variedad hace que pronto se haga repetitivo.
En conclusión, Broken Blades es un título para un público muy especial, más permisivo con la calidad de los juegos y que le guste el género en cuestión. No se puede decir que es un mal juego, pues muchos de sus supuestos defectos son así de manera intencionada por parte del estudio, pero en general cuesta darle una oportunidad y hay opciones mejores. Aunque por el rebajadísimo precio que tiene, no tendremos problemas en gastarnos los cuartos en él.
Este análisis ha sido realizado en PC mediante una copia cedida por Golden Eggs Studio