Los simuladores que nos permiten emular a grandes empresas e incluso profesiones a pequeña —y no tan pequeña— escala están a la orden del día: desde transporte o construcción hasta mecánica y agricultura, es un tipo de género que se ha puesto de moda y parece ser que ha llegado para quedarse. Durante los últimos años se ha convertido en una apuesta que cada día cuenta con más seguidores. Generalmente, todos parten de la idea de llevar nuestro propio negocio, comenzando en los despachos, preparando y planificando todo, y por supuesto, si es necesario, acabando en las calles realizando las tareas habituales de un empleado raso para cubrir todas las tareas propias del negocio. Así es el caso de Bus Simulator, que llega a consolas -Xbox One y PlayStation 4, en nuestro caso, Xbox One- después de un exitoso paso por PC con más de una entrega, con la intención de ponernos en la piel de un empresario del servicio público… Pero también del conductor de autobús. Porque a todos nos gusta obtener beneficios llevando con acierto nuestro negocio, pero también es divertido ponernos al volante y disfrutar de un ¿tranquilo? paseo por la ciudad.

Poniendo los cimientos de un gigante

Como es habitual en este tipo de juegos, lo primero es lo primero: dar nombre a lo que en un futuro podría ser una empresa realmente gigante. El líder del sector. En nuestro caso, 33bits, ¿qué otro nombre podíamos otorgarle? Lo segundo, si dejamos a un lado algo tan básico como comenzar a disponer de vehículos para desplegar, es aprovechar el gran vacío que existe en el mercado: la ciudad precisa urgentemente de transporte público y de nosotros depende aprovechar la distribución de sus calles para trazar rutas y exprimir al máximo la urbe.

Aprovechar el callejero y planificar cada recorrido es fundamental para comenzar a trabajar y seguir unas rutinas que nos permitan, como todo buen empresario desearía, obtener ganancias en el menor tiempo posible. Porque dar vueltas a lo tonto solo es una forma de perder el tiempo y a la población le gusta llegar al lugar deseado lo más pronto posible, ¿no? Tenemos total libertad para dibujar cada tramo y optimizar al máximo los recursos que debemos desplegar para ofrecer un servicio óptimo. Elegiremos las rutas más productivas, las paradas en las zonas que más nos convengan, pero tendremos que ser realistas con el coste y el beneficio estipulado, y con el tiempo, pues es uno de los factores más importantes, nuestros pasajeros serán más felices si cumplimos los horarios, y las rutas más fructíferas.

Última parada

Aunque buena parte del tiempo lo pasamos vistiendo un traje, manejando las cuentas y gestionando diferentes secciones de la empresa, en Bus Simulator también nos toca enfundarnos el uniforme de conductor y echarnos a las calles con la intención de ofrecer al ciudadano el transporte que se merece. A los mandos —o mejor dicho, al volante—, el juego es lo que todos esperamos: un auténtico simulador. No penséis que basta con acelerar y dar marcha atrás sin preocuparnos de nada más como sucede en la gran mayoría de títulos de conducción de enfoque arcade. Y es que deberemos de controlar hasta el mínimo detalle: el tipo de conducción, respetar el tráfico, cumplir con la ruta y los tiempos de la ruta, aparcar adecuadamente en las paradas, y hacer frente a los eventos de tráfico  aleatorios que complicarán nuestra labor.

Sin aprovechar al máximo el tutorial que nos introduce en el manejo de un vehículo de semejantes características, sería prácticamente imposible lograr que comience a moverse: arrancado, marchas, luces y otros elementos exclusivos del transporte como las puertas delanteras y traseras son solo algunos de los aspectos que debemos aprender a dominar si queremos ser eficientes en nuestro trabajo. Y es que no es lo mismo conducir un Ford Fiesta que un autobús de entre doce y quince toneladas -en el caso de los no articulados-, y será necesario dominarlo todo para conseguir la satisfacción de nuestros clientes, y la eficacia de la ruta.

La conducción resulta gratificante una vez comenzamos a sentirnos cómodos, y a buen seguro hará las delicias de los amantes de la simulación. Además, la combinación de manejo del vehículo y gestión de la empresa está bien equilibrada y la experiencia que ofrece el conjunto es exactamente lo que uno puede esperar de un título así. La otra cara de la moneda lo encontramos en el apartado técnico, ya que a pesar de que visualmente el juego cumple —sin alardes—, lo poco detalladas que están algunas texturas o lo pobre que resulta la iluminación e incluso problemas ocasionales como el popping afean un poco al resultado final. El rendimiento también sufre en determinados momentos con ciertas caídas de frames, pero no son caídas muy acentuadas.

En definitiva

Bus Simulator está pensado para cualquier jugador que disfrute de propuestas de estas características. Dentro de su intento por ser accesible, ni su interfaz ni la complejidad de algunos elementos básicos lo hacen ideal para un público mayoritario. Sin embargo, se trata de un título capaz de ofrecer un sinfín de horas a todos los que saben lo que es ponerse al volante de un Scania en American Truck Simulator, por citar un ejemplo equiparable a lo que hoy tenemos entre manos. Si eres un amante de los simuladores, Bus Simulator, a pesar de algunas licencias, no te va a decepcionar, ya que tiene una base rodada con las diferentes entregas de PC, la última, de 2018, es de donde sale el juego que nos ocupa. En cuanto a la adaptación a consolas, la realidad es que el apartado técnico es muy pobre y el resultado es más que discreto. Esperamos que con un par de parches se corrijan algunos de los puntos negros en cuestión de calidad y rendimiento, y deseamos que en su propia entrega sean más exigentes. Una propuesta interesante, pero ante la que uno debe ser consciente del tipo de juego al que se va a enfrentar.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Homerun PR