Cuando pensamos en un videojuego de puzles hay ciertos verbos que por defecto asociamos al género: resolver, descifrar, encontrar, desentrañar, armar, ordenar o construir pueden ser algunos de ellos. Raro será el caso en el que pensemos en disparar. Aunque ahora que lo decimos, seguro que se os ocurre una saga de dos entregas en la que disparamos cosas para resolver puzles. Sí, esa de la empresa que no sabe contar hasta tres, Portal 1 y 2. Dos de los mejores juegos de la historia, no lo digo yo; ambos cuentan con 90 y 95, respectivamente, en Metacritic. En estos juegos utilizamos una pistola para generar portales y resolver puzles en forma de cámaras. Children of the Sun no podría parecerse menos a Portal: carece de humor, mientras que en Portal es descacharrante. No tiene texto, cuando en Portal no pasa un minuto sin que alguien comente la tontería que acabas de hacer.  Y bueno, que en Children of the Sun no llevamos una pistola de portales, si no un francotirador. Sí, de los normales, este no altera el espacio-tiempo excepto para aquellos a los que les desplaza un poco los sesos.

Entrando ya en materia, Children of the Sun es el último juego que nos trae Devolver Digital -aunque hace apenas dos semanas nos trajo también Pepper Grinder-. Desde que fue presentado Children of the Sun, su atípica estética y gameplay me atrajo así que me animé a darle una oportunidad. Y vaya si el primer juego de un único desarrollador, René Rother, entra bien. Ya quisiéramos todos que a la primera nos salieran cosas tan magistrales.

Nosotros encarnamos a «La Chica», una joven en busca de venganza. Poco a poco, iremos destripando la trama para conocer el móvil del personaje principal. ¿Cuál es su problema? Una secta religiosa le ha arruinado la vida desde que tiene uso de razón, si no antes. La historia se va mostrando a través de cortas animaciones mudas pero con un sonido distorsionado, casi molesto, como protagonista. 

Mapa de nivel y ubicación de los cultistas ya descubiertos.

Los primeros niveles de Children of the Sun nos presentan sus mecánicas base, apunta. Antes de apretar el gatillo de nuestra única bala, podremos desplazarnos horizontalmente por el nivel para visualizar y marcar a todos los cultistas. Al disparar y acertar a un objetivo podremos hacer rebotar la bala hacia otro enemigo. Solo con esta idea ya tendríamos un juego de puzles increíble, pero no se queda ahí la cosa. A medida que vayamos avanzando, podremos ralentizar el tiempo tras disparar y modificar ligeramente la trayectoria de la bala. Esto hace posible que si no vemos a un enemigo pero sabemos donde está, manipular en un rango de unos 30-45º la trayectoria del proyectil para alcanzarlo. Tras otros cuantos niveles, se desbloquean en los enemigos zonas brillantes en sus cuerpos. Si nuestra bala les alcanza en dichas zonas, obtendremos una nueva habilidad: cambiar totalmente el rumbo de la bala con una libertad de 360º. ¿Se puede fallar? Si nuestra única bala no encuentra enemigo en su camino y acaba estampada contra el suelo, la pared o el techo, tocará reiniciar el nivel, solo que conociendo la ubicación de los cultistas que ya habíamos encontrado.

La preparación es clave: aunque a prueba y error se pueda conseguir, es mucho más gratificante si lo has planificado previamente en tu cabeza. Los enemigos tampoco se quedan atrás. Al principio todos serán carne de cañón que como mucho huirán, o más bien, lo intentarán a cámara muy lenta cuando disparemos a su compañero de al lado. Pero al ir avanzando nos encontraremos con enemigos reforzados a los que tendremos que atacar desde largas distancias y sin variar la trayectoria para que el perdigón llegue con la mayor potencia posible. Más adelante, aparecerán enemigos con escudos que imposibilitarán un ataque frontal. Por último, los más altos cultistas estarán flotando en el aire, con un aura mágica a su alrededor. Toda bala que entre en dicha zona, se desviará irremediablemente.

¿A quién no le ha pasado?

A cada nivel que pasemos, nos encontraremos pasando mucho más tiempo planificando y encontrando a todos los enemigos que disparando como tal. Esto se acentúa según avanzamos en el juego, pasando de encontrarnos apenas media docena de personajes a eliminar a casi una veintena. El diseño de niveles es flexible, permitiéndonos afrontar el nivel de más de una manera, aunque algunas sean más sencillas que otras.

Con todos estos elementos, Children of the Sun plantea más de 20 niveles cada cuál más complicado que el anterior. Para incentivar jugar lo mejor posible -menor tiempo, mayor distancia recorrida, mayor número de head shots, etc…-, al acabar cada uno de estos capítulos se nos presentará un ranking de puntuación para compararnos con el resto del mundo. Adicionalmente, en cada nivel tenemos un desafío que nos otorgará un logro. Los primeros los obtendremos casi sin querer, pero a partir de la mitad final del juego tocará estudiar la forma de obtenerlos. De vez en cuando, entre tanto tiroteo, introduce algún minijuego que potencian la narrativa de La Chica.

La comunidad no ha tardado nada en alcanzar puntuaciones vertiginosas. Según pase el tiempo, el ranking será intratable. ¿A qué esperas?

Gráficamente, Children of the Sun es contradictorio. Sus colores vibrantes y neones, ambientación y glitches combinados, alcanzan hasta un punto de psicodelia, apoyando a la trama y la dualidad en la que viven los cultistas. Hace que haya a quién le encante toda esa locura, pero habrá quién la repudie y la encuentre desagradable y abrumadora. La banda sonora es más bien un constante sonido ambiente distorsionado y que aporta tensión, lo que acentúa lo que acompaña lo que debe sentir nuestra protagonista en todo momento. El juego se encuentra además traducido al español, aunque apenas hay textos, pero siempre es de agradecer textos bien localizados en cualquier juego.

Acabar el juego por completo nos dará aproximadamente tres horas maravillosas y que se hacen escasas por lo gustoso del gameplay. Pese a que en momentos pueda resultar ligeramente repetitivo, la sensación general es muy agradable y nos hubiera encantado algún puzle más. Esto queda aliviado en parte por los mencionados rankings y logros, que alargan un poco más la experiencia y propone desafíos interesantes.