Directo y al pie: personajes hechos de papel, con un detective de esos de sombrero y gabardina, que es un pato, ¿vale? Y su sidekick/compañero de piso/amigo es un cocodrilo muy canso de buen corazón. Todo esto encaminado a resolver un misterio en un pantano lúgubre, donde hay situado un antiguo sanatorio mental con fantasmas. Si aún no habéis entrado ¡dejad de leer insensibles! Pero como estoy bastante seguro que vuestra atención está ganada, vamos a ahondar en lo que ofrece este muy interesante Duck Detective: The Ghost of Glamping.
Para empezar, es una sorpresa muy grata ver un nuevo juego de Eugene McQuacklin lanzado tan solo un año después de su debut. Happy Broccoli es un estudio alemán pequeño que ha manejado muy bien el ingenio que se afila ante unos recursos limitados. Fue el 23 de mayo del año pasado precisamente cuando salió Duck Detective: The Secret Salami, y lógicamente esta secuela se monta con medios modestos tremendamente efectivos.
Quien conozca el juego anterior comprenderá y seguro que agradecerá lo que nos encontraremos en Duck Detective: The Ghost of Glamping. Como si fueran una saga de películas de producción rápida, o más bien, una serie procedimental, tenemos un nuevo caso para el pato detective sin un chavo en los bolsillos de su gabardina y con su pulsión por las rebanadas de pan de molde. Pero se puede entrar perfectamente por este juego y disfrutarlo, para volver al anterior si queremos, tenemos hasta un botón en el menú principal para adquirirlo.
La cuestión es que tenemos un nuevo caso que resolver, en un juego bien trazado durante las tres horas que tardaremos en resolverlo.
Todo empieza cuando nuestro entusiasta compañero de piso, el cocodrilo Freddy Federson, que además admira bastante al detective McQuacklin, nos invita a un viaje para pasar un rato agradable. El destino no es precisamente idílico, pero sí muy sabroso para imbricar un caso con implicaciones, personajes y secretos con mucha más enjundia que el simple cachondeo por usar animales parlantes hechos como siluetas de papel en situaciones divertidas.
El piso de ambos es el primer escenario, donde nos familiarizaremos con el sencillo y muy efectivo sistema de juego. Básicamente, debemos llegar a deducciones para seguir avanzando, sea en la historia, sea desbloqueando nuevas áreas que investigar.
Una vez lleguemos a ese campamento tenebroso encontraremos más personajes que conocer e investigar, pistas que descubrir y luego escudriñar, siendo nuestro gran cometido recopilar datos en forma de palabras para construir nuestras deducciones. Y aquí es buen momento para comentar que el juego solo cuenta con los idiomas inglés y alemán, algo a tener en cuenta dado que la mecánica troncal es recopilar y usar palabras para construir esas deducciones. Asimismo algo muy bueno es que todos los personajes tienen su propia voz doblada para dotarlos de mayor empaque.
La interacción con los entornos es muy sencilla, y con los personajes que encontramos podemos hablar, presentarles cosas para que nos hablen de ellas, y elaborar sus perfiles que viene bien consultar en algunos momentos. Los menús del juego ofrecen distintas pestañas y categorías, ampliándose cada una cuanto más investigamos y avanzamos en la historia.
Duck Detective: The Ghost of Glamping es un juego muy contenido con pocas localizaciones a las que volveremos, con una serie de personajes que seguirán ofreciendo nuevos datos, reiterando lo ingenioso y bien dispuesto de esos aparentemente escasos elementos con los que jugar.
La progresión es clara, cuando podamos resolver una deducción se nos indicará. Cuando haya algo que hacer en un área, podremos ver señales en el mapa. Pero no es un avance guiado y poco estimulante para disfrutar de la historia, estamos ante una aventura muy activa que nos pedirá poner de nuestra parte.
Sin presentar una gran dificultad, podrá hacer que nos rasquemos la cabeza en algunos momentos. Podremos probar palabras al tran-tran, o usar un modo de dificultad más básico donde se indican mejor lo que no funciona, aunque no lo aconsejo. Porque merece bastante revisar todo lo que vamos descubriendo cuando se nos presente una complicación. También, el construir las frases y párrafos que precisamos, puede complicarse un poquito por el asunto idiomático.
No hay que tomarse esta referencia de forma directa, pero hay sensaciones familiares aquí que me han recordado a la saga del Profesor Layton, o los Ace Attorney para muy bien, sabiendo presentar un sistema de investigación, progresión y resolución propio. Y de hecho, ambos Duck Detective son un poco más abiertos, incluso tomando ciertas decisiones que luego se compararán con lo que hayan decidido otros jugadores.
Sí, he tenido que tirar del móvil con el Deep Learning abierto ante algunas palabras, y alguna construcción gramatical se me ha complicado un pelín, pero el disfrute general lo compensa con mucha distancia. No solo el juego es gratificante al resolver sus sencillos rompecabezas y juegos de palabras, sino que consigue bastante personalidad con sus personajes de limitados gestos con voces muy logradas en escenarios bien diseñados y ambientados.
Duck Detective: The Ghost of Glamping es claramente uno de esos pequeños tesoros que brillan cuando les ponemos el ojo encima al pasar junto a él. Y una manera de plantear juegos de producción rápida y muy efectiva. Intuyendo que habrá más juegos con este entrañable personaje, o duo si Freddy no le manda a la porra, que encima de la rapidez y acierto en su desarrollo, se les suma un precio muy apetecible que además está rebajado mientras esta entrada sale publicada. Merece bastante la pena meterse en cualquiera de los casos, y será una excelente noticia que veamos un tercero ¿Tal vez el año que viene?