Zoink Games vuelve presumiento de su mejor virtud: el sentido del humor. Fliping Death es su nueva apuesta, que llega con la intención de convertirse en el sucesor espiritual del excéntrico Stick It to he Man! En esta época del año, los trabajadores disfrutan —o deberían— su período de vacaciones, sin importar a lo que se dedique, incluso si esa persona es la mismísima Muerte. Eso sí, alguien tendrá que cubrir su baja, aunque solo sea por unos días…
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¿CUÁNTO VOY A COBRAR?
«¿Cobrar? ¡Pero si eres becaria, Penny!» Después de este chascarrillo, tan innecesario como cierto, vamos a ponernos en situación. Penny Doewood, recién fallecida luego de acabar su turno en la funeraria para la que trabajaba, es interceptada por esa entidad a la que todos conocemos, pero a la que nunca querríamos ver en persona: la Muerte. Con su inconfundible indumentaria y su amenazante herramienta de trabajo, se muestra cansada y en lugar de hacer lo propio, decide que es momento de tomarse unas merecidas vacaciones. Debe ser duro tener un trabajo así, más aún cuando no hay compañeros que rebajen tus tareas diarias, especialmente si tenemos en cuenta la cantidad de personas que pasan a mejor vida cada día.
A pesar de no haber tenido opción de irse de vacaciones, la Muerte parece tener un plan brillante para descansar sin que nadie la moleste: viajar a la mismísima Luna ¡Claro, allí la gente no se muere! Además, pocos lugares más tranquilos se nos ocurren. Sea como fuere, nosotros a lo nuestro: encarnamos a Penny, una chica desencantada de la vida. Tanto, que acaba perdiéndola antes de lo que a todos nos habría gustado. Sí, es posible que la forma de presentaros la historia de este texto sea un tanto precipitada, tanto como lo que el futuro tiene preparado para Penny, y es que apenas cinco minutos después de su muerte, tiene la ¿suerte? de encontrar un nuevo trabajo.
Algo que merece mención es la traducción al castellano, sólida, sin fisuras, a cargo de Ramón Méndez. El juego, que cuenta con una cantidad de texto considerable, derrocha sentido del humor por todos y cada uno de sus poros. Aunque se trata de un apartado que tiende a pasar desapercibido, el hecho de que un título llegue localizado a nuestro idioma siempre es una buena noticia. No obstante, hay casos —y no pocos, lamentablemente— en los que una traducción irregular puede arruinar parte de la experiencia. Por suerte, no es el caso de Flipping Death; la traducción es fantástica.
UN MUNDO REVERSIBLE
Al igual que sucedía en Stick It to the Man!, en Flipping Death tenemos la posibilidad de poseer a otros personajes, aunque aquí lo hacemos de forma directa —introduciéndonos en sus mentes— y no con ese brazo gelatinoso del que disponía Ray. El mundo se divide en dos planos bien diferenciados: el de los vivos y el de los muertos. Nosotros, ejerciendo de becaria de la muerte, vagamos por el mundo de los muertos, un plano tan oscuro y lúgubre como cabía esperar, habitado por almas en pena —aunque algunas derrochan simpatía— y otras criaturas menos amigables. Así mismo, desde el plano oscuro tenemos la posibilidad de saltar al mundo de los vivos, algo que sucede automáticamente cuando decidimos meternos en la piel de cualquier de los habitantes de Flatwood Peaks, la ciudad ficticia en la que se sucede la historia.
Un detalle muy interesante es el modo que tiene el juego de representar el cambio de plano, y es que el escenario es reversible y se voltea cada vez que poseemos a un personaje. Sin ir más lejos, el mapa del juego no diferencia ambos planos; es el mismo para ambos pese a que a nivel jugable cada uno cuente con sus propias características. Esta decisión se ve potenciada en todo momento por su espectacular apartado visual, cuya dirección de arte nos recuerda inevitablemente a Stick It to the Man!, con sus diseños retorcidos, su aspecto caricaturesco y sus formas imposibles. Zoink Games tiene claro que la muerte no siempre viste de negro; incluso puede ser colorida.
BUSCANDO LA CARAMBOLA
Si por algo estamos ante un título de lo más excéntrico, es sin duda por el desarrollo de sus misiones. Para avanzar en la historia debemos cumplir una serie de objetivos, una sucesión de pequeñas tareas —a cada cual más absurda— que terminan cayendo como piezas de dominó. Aunque a los mandos de Penny la experiencia resulta más predecible y nos limitamos a recoger criaturas que hacen las veces de monedas con las que pagar el «precio» de cada posesión y resolver algún que otro rompecabezas, es en el mundo de los vivos donde encontramos una gran variedad de puzles. En principio, contamos con un objetivo inicial que se antoja un tanto evidente, pero conforme logramos progresar en nuestra misión, el asunto se va retorciendo cada vez más, obligándonos a sacar a relucir nuestro ingenio.
Por norma, cada personaje cuenta con alguna acción o elemento característico que nos permite interacutar con ciertos puntos del escenario, aunque a veces la solución a los rompecabezas es tan original que debemos parar y contemplar todo lo que nos rodea, en aras de dar con la tecla a la hora de mover la siguiente ficha. Usar la lengua de un personaje para llenarla de pintura y aplicar una capa de pintura a un barco pesquero, aprender a jugar al tenis para aumentar nuestra fuerza y lanzar un drive contra la ventana de un hospital, poseer a un buitre capaz de surcar los cielos portando objetos con sus garras… Al estudio sueco no le falta imaginación, es innegable. Al igual que vimos en la historia de Ray, Flipping Death es un conjunto peculiar: plataformas, tintes de aventura gráfica y rompecabezas de lo más originales, todo ellos sin renunciar a una carga narrativa que nos mantiene inmersos en su historia.
Perfectamente integrados con los puzles principales, también tenemos una serie de objetivos secundarios. Desafíos que nos permiten desbloquear cartas de cada personaje hasta completar la colección. Estos objetivos no son especialmente complejos, pero deducir la manera de iniciar algunos de ellos sí que puede dar lugar a un auténtico quebradero de cabeza. Por poner un ejemplo, en el primer capítulo tenemos la ocasión de poseer a un personaje muy particular, cuyo brazo puede ser extendido. Siendo así, aunque se trata de un personaje cuyos servicios solo son requeridos durante un instante de la historia, tenemos un desafío que nos propone tocar con su dedo a diez personas residentes en Flatwood Peaks, obligándonos a controlarlo y explorar todo el distrito sacando a pasear su brazo.
UNA APUESTA SEGURA
Si os gustó Stick It to the Man!, os gustará Flipping Death, así de simple. Zoink Games ha vuelto a concebir un conjunto muy particular que, al igual que su antecesor, toca ciertos temas polémicos —y no se corta a la hora de abordar críticas a la sociedad— con mucho sentido del humor. El desarrollo de la historia se sucede a buen ritmo, los rompecabezas siempre tienen una sorpresa preparada para que nos «partamos de la risa» y el apartado artístico es único en su especie. El estudio sueco ha encontrado su lugar en la industria gracias a lo excéntricas que resultan sus propuestas. Confiamos en que, como algunas personas creen, después de la muerte haya algo más, y que sea tan peculiar como el nuevo trabajo de Penny, que no está remunerado ¡pero es muy divertido!
Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Zoink Games