Greedfall hace honor a su nombre. Un producto que intenta llegar muy alto, con muchísima ambición pero que fracasa en algunos de los puntos trascendentales de un videojuego. La desarrolladora detrás de este título, llamada Spiders, lo hace lo mejor que puede, y la mejora en este título respecto a los anteriores es notable. Sin embargo, aunque se agradece el esfuerzo por mejorar poco a poco, eso no es suficiente. Acompañadme para desentrañar los tesoros de la isla de Teer Fradee, puesto que son muchos.

Greedfall es un juego de rol donde la acción es el componente principal. Sin embargo, a mi parecer la parte rolera da suficiente la talla para no considerarlo un Action-RPG. Aunque si os soy realmente sinceros, cuanto más avanzaba, menos atractiva me parecía la idea de escribir estas palabras. Mentiría si dijera que todo el juego está igual de trabajado; el comienzo ofrece muchas más opciones, y a lo largo del título las misiones se vuelven más monótonas y tienen menos opciones. El juego va dejando opciones de lado para convertirse en un juego centrado en la acción. Pero me estoy adelantando, y no todo es malo.

Greedfall comienza en una ciudad lejos de la isla en la que se desarrollará el grueso del título, llamada Serene. En esta ciudad inicial el título nos presenta al personaje principal, un miembro de la Congregación de Mercaderes, nobles con bastante poder y buenas relaciones con la mayoría de otras facciones. Junto a su primo se embarca en una aventura para explorar la isla de Teer Fradee. Resulta que una inclemente enfermedad está afectando a la gente de todo el continente, y hay rumores de que Teer Fradee podría tener la cura. Por ello se ha establecido una colonia allí, y nuestro protagonista hará las veces de Legado y mediador entre las diversas facciones que hay en la isla. Sin duda, la ambientación es un punto fuerte del título, muy distinto a cualquier otro juego de rol.

Las facciones son una de las secciones a las que Greedfall más importancia dedica, y es una buena decisión. Las facciones son muy diversas, y detenerse a hablar de cada una de ellas podría llevarnos demasiado tiempo. El caso es que van desde los marineros que transportan a los personajes hasta los habitantes de la isla, pasando por un «ejército» que protege a todos las facciones -menos a los nativos-. A veces esta separación en facciones peca de ser demasiado simple; los nativos se ponen como una simple facción, cuando en el juego muchas veces algunas tribus no se llevan bien, e incluso pelean entre ellas. Sin embargo, es un caso especial, y en general funcionan de forma bastante correcta. 

Las misiones son donde Greedfall más carne pone en el asador, y aunque al comienzo parece que va a ser sobresaliente en ese campo, pronto se empiezan a ver las costuras. En Serene las misiones tienen a veces incluso cuatro formas distintas de llegar a una solución. Podemos disfrazarnos, conversar, saltar por diferentes zonas, escalar… todas ellas tenemos que mejorarlas poco a poco. A veces no poseemos ninguno de los talentos necesarios para llegar a una solución, lo que significa que tendremos que combatir; incluso a veces tendremos que dejar alguna misión sin terminar, puesto que la violencia solo sirve en determinados casos. Pero en Teer Fradee la cosa cambia, muchas misiones son más lineales y resolverlas es un mero trámite. Aunque las misiones principales siguen teniendo bastante fondo; son las misiones secundarias las que flojean bastante. El título necesita menos de estas y que las que hay estén un poco más trabajadas.

Los personajes son uno de los puntos fuertes, y la verdad es que no decepcionan. Como imaginaréis, hay personajes de cada uno de las facciones, y están trabajados a todos los niveles. Si llevamos a un personaje de una facción a un lugar controlados por sus enemigos, es muy probable que no nos dejen pasar, pero también recibiremos comentarios variados dependiendo de quién esté en el grupo. Todos los personajes tienen sus propias misiones secundarias, que también están muy trabajadas. Esta es una de esas cosas donde un juego de rol tiene que dar la talla, y Greedfall lo hace.

El combate no tiene tanta suerte. Hay armas cortas, armas largas, fusiles y más. Los enemigos tienen vida y armadura. Dependiendo del arma será más efectivo contra uno o contra otro. El combate tiene poca estrategia, es simplemente esquivar y atacar en el momento exacto. El problema viene con la detección de impactos, que no es todo lo buena que debería. La esquiva otorga frames donde no te pueden impactar, y aunque claramente te den el daño no se aplica. Los combos dependen del arma, y es hasta demasiado simple. Las armas de fuego están en otro botón, y también hay objetos que se pueden lanzar o activar, ya sean para atacar al enemigo o para curar a nuestro personaje. El control no ayuda mucho, el personaje se queda enganchado en lugares extraños y de los que parece que debería de poder salir fácilmente. Recuerda a un juego de hace diez años en ese aspecto, y eso no es en absoluto bueno. Por último, la cámara oscila de forma extraña fuera del combate. Sin duda este el aspecto más flojo del título.

Visualmente es un juego muy sólido; como he dicho ya la ambientación es buena, y el arte sin duda acompaña. El diseño de las ciudades, las armaduras y la naturaleza es de muy buena calidad; sin embargo, no puedo decir lo mismo del diseño de los personajes. No es horrible, pero parecen fuera de lugar respecto al resto de elementos. Y algunos entornos se repiten, como los tres palacios de tres facciones distintas; un poco más de trabajo en ese aspecto se agradecería. De todas formas, el juego cumple con creces. La música tiene melodías bonitas, pero no sobresale en ningún momento.

En conclusión, Greedfall es un producto interesante, pero mejorable. Empieza muy bien, con muchas opciones, pero poco a poco empieza a perder opciones y características para llegar a ser un juego bastante lineal. Es divertido, la historia y la ambientación merecen mucho la pena, visualmente sobresale y su apartado rolero está relativamente trabajado. Lamentablemente el combate no es nada del otro mundo, la cámara es problemática y el control se siente bastante anticuado. Un gran esfuerzo por parte de Spiders respecto a sus anteriores trabajos, pero que podría llegar a ser mucho mejor.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Koch media