El panorama indie ha servido entre otras cosas para recuperar ciertos géneros que si bien nunca pasan de moda, si es cierto que no tienen cabida en producciones a gran escala. Tampoco es algo extraño, la industria evoluciona y los juegos de los grandes estudios tienden a crearse para las masas, y hoy en día lo que vende es otra cosa. Pero gracias a esas producciones de estudios pequeños, o incluso de desarrolladores individuales, muchos géneros como la acción y plataformas 2D clásicas o los run & gun continuan vivos y con buena salud, como el caso de Infinite – Beyond the Mind. Y particularmente este juego que nos ocupa concuerda con la afirmación anterior, pues está desarrollado por una sola persona, la desarrolladora Emilie COYO.

En Infinite – Beyond the Mind nos vamos a encontrar un juego 2D de acción y plataformas, aunque también tendremos algunos niveles con mecánicas de shoot’em up, y otros niveles se prestarán a la exploración, eso sí, con la acción siempre por delante. El argumento es simple pero funciona, realmente el juego no necesita más. Tenemos dos hermanas, Tanya y Olga, con un poder especial que se verán atacadas por los ejércitos de la malvada reina Evangelyn del reino Beljantaur, la cual considera a las dos hermanas un peligro para su reinado de terror, ya ha secuestrado a una de ellas, y no dudará en mandarnos a lo mejor de sus tropas para acabar con nosotros, y aquí es donde comienza la diversión.

A la hora de abordar Infinite – Beyond the Mind, podremos escoger jugar para un solo jugador, con lo que se nos ofrecerán tres niveles de dificultad, o en cooperativo local, donde jugaremos en una dificultad única a caballo de la dificultad normal y la difícil. Nos esperan 16 niveles de acción, donde lo habitual es que cada nivel se componga de dos partes y el combate contra un jefe final, aunque hay niveles que cambian de registro y presentan otra jugabilidad y otra estructura, ya que estos niveles no tienen dos partes, sino solo una y el enfrentamiento con el jefe de turno. En estos niveles distintos, suele modificarse la jugabilidad, en algunos manejaremos vehículos o volaremos por la pantalla, como si de un shoot’em up se tratase.

En los niveles normales avanzaremos acabando con las fuerzas enemigas, que son cuantiosas y al principio no muy variadas aunque conforme avancemos iremos enfrentándonos a nuevas y más duras unidades enemigas. Algunos niveles son más directos, de avanzar y matar, con momentos donde tendremos que limpiar la pantalla de enemigos para poder avanzar, y otros niveles presentan un desarrollo que invita más a la exploración -opcional- para buscar vidas, salud, o un camino al final del nivel más sencillo. Los enfrentamientos con los jefes será cuestión de aprendernos sus patrones y un poco de habilidad, pero están a la altura del resto del juego.

Otro apartado donde Infinite: Beyond the Mind funciona muy bien es en la implementación del control. Podremos saltar -con doble salto y opción de rebotar en algunas paredes-, atacar cuerpo a cuerpo -lo que no afecta solo a los enemigos, sino a las balas y proyectiles también-, usar un ataque especial limitado que limpiará la pantalla, y un movimiento de esquiva o dash, tanto terrestre como aéreo que nos resultará indispensable para atravesar enemigos y disparos, y poder acabar con ellos con garantías, o en ciertos niveles plataformeros. El dash está limitado por una barra de energía, que aunque se recarga muy rápidamente, no nos permite abusar de él de forma continua. Además ciertos jefes finales -las hijas de la reina- nos irán otorgando nuevas habilidades conforme avancemos.

El apartado audiovisual de la obra de Emilie COYO es muy interesante. Un apartado artístico con un pixel art muy conseguido, con una estética chibi para personajes y enemigos, mucho colorido, muchos efectos, como el de las explosiones, y sobre todo el detalle y mimo que tienen los escenarios. Cualquier captura del juego que miremos, veremos el trabajo que llevan detrás, en cuanto a calidad, y cantidad de detalles. Respecto al rendimiento, el juego es rápido y no notaremos ralentizaciones en ningún momento. La banda sonora y los efectos de sonido acompañan perfectamente a la acción rápida y dinámica.

Infinite – Beyond the Mind puede no resultar original, no vamos a descubrir nuevas mecánicas jugables, ni ver nada que no hayamos visto antes en otros juegos similares, pero lo que si resulta es que es muy divertido, tanto a un jugador como en cooperativo. Tiene un ritmo rápido y los controles nos garantizan los suficientes medios para conseguir nuestros objetivos. apenas decae el ritmo en ningún momento -en los niveles con más exploración esta es casi opcional-, y sabe intercalar muy bien las fases con distintas dinámicas -como las de vuelo- para que tampoco se nos haga repetitivo, y esto es bastante importante en un juego con una duración por encima de la media de su género, que sin embargo nos sabrá a poco teniendo en cuenta los estándares actuales.

El pixel art es francamente sobresaliente, sobre todo en lo referente a los escenarios, detallados hasta el más mínimo detalle. Por poner alguna pega, el juego podría haber ofrecido una historia más interesante, o quizá que las protagonistas tuviesen un manejo distinto entre ellas con diferentes habilidades, más niveles, o algún tipo de extra, pero siendo justos, lo que hace la obra de Emilie COYO, lo hace muy bien y se disfruta de principio a fin. Si no os dejáis engañar por su estética chibi, y su alegre colorido, encontraréis un plataformas de acción old school que os tendrá pegados a la pantalla.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Blowfish Studios