Si nos ponemos evocadores y le ponemos algo de pasta a nuestras gafas, podríamos decir que los juegos que cuentan historias de viaje llegaron hace muchos años, a medida que la tecnología lo fue permitiendo. El mítico y pionero Adventure de la Atari 2600 era algo más que superar sus desafíos, podríamos verlo como el viaje del héroe. Ya con cosas como la saga Zelda, u otros RPG, aventuras conversacionales y gráficas… también se podía proponer esa historia de viaje dentro de sus patrones jugables. Pero no cuesta nada reconocer que el impulso más moderno y trazable para los juego-historia de viaje ha sido la obra de la Thatgamecompany de Jenova Chen. Y podríamos centrarlo en ese maravilloso e imperecedero Journey, aunque flOw y Flower también propondrían un camino y desarrollo mientras lo seguíamos, a su manera.
Entendiendo que los juegos de este estilo son maravillosamente abundantes, es complicado dar otro espaldarazo en este sentido. Así que solo queda tanto seguir madurando en mayor o menor medida, o simplemente, hacer las cosas bien. Koira se apunta a ambas cosas, porque no pretende ser un referente en este tipo de juego, pero podría serlo a su manera por la calidad y valores que atesora.
De hecho, es que en su franja dentro del mundo independiente, podemos decir que lleva un tiempo llamando la atención. Sus creadores, Studio Tolima, situados en la misma capital de Europa, en Bruselas, han llamado la atención con fuerza en este proyecto, hasta el punto que ha sido apadrinado nada menos que por esos expertos en juegos-experiencia de fuerte carga sentimental y emotiva como son DON’T NOD. Incluso Sony les ha puesto el ojo y dado apoyo, no por nada Koira sale inicialmente en PlayStation 5 como única consola, sumando al PC como el otro sistema de salida. Aunque el 17 de abril se lanzará también para Series S/X.
Pues hablar ya de Koira es bastante conocido como he dicho: a través del viaje vital de una criatura mágica y muy expresiva, viviremos otro viaje lleno de belleza, fantasía, lazos y sentimientos con nuestra realidad, mezclando una vez más el viaje exterior de ese protagonista del que poco sabremos al comenzar el juego, con su viaje interior de desarrollo y aprendizaje.
Aquí es donde añado que uno de los puntos claves es la amistad y el desarrollo continuado de la misma con otra criatura mágica en forma de perrito, con quien crearemos un lazo profundo de forma irremediable.
El control de nuestro oscuro protagonista y sus acciones se presentan sencillos y muy comprensibles. De primeras, podemos interactuar con algunos elementos y cantar. Sean notas sueltas, sea una canción sencilla y prolongada manteniendo pulsado A/círculo. Muy pronto conoceremos a ese can con extraños poderes, que debemos conocer y usar para avanzar. Pero también, pudiendo interactuar con él sin que sea necesario para avanzar en el juego, reforzando el lazo del protagonista y el jugador con él. Mismamente, nuestro canto servirá para llamarle, o hacer que nos siga si lo mantenemos.
Jugar con él tirándole un palito sirve tanto para resolver sencillas situaciones que permiten seguir adelante, como algo puramente sentimental. Es capaz de limpiar zonas de oscuridad, de escavar para encontrar objetos o abrirse paso a través de obstáculos. Pero también, deberemos cuidarlo, darle de comer para alimentar esa luminosidad que nos abre paso en un buen número de momentos. Como no, cuando nuestro compañero tiene hambre lo expresa tanto de forma visual como sonora, aumentando el encanto de estos momentos, no siendo solo algo que nos haga pensar en avanzar y ya está.
También nuestro protagonista ganará algunas capacidades a medida que el viaje en ese bosque mágico progrese. Y conoceremos e interactuaremos además con otras criaturas, muchas veces encantadoras, pero otras veces…
Koira es, en definitiva, algo que nos sonará a muchos, y que agradeceremos igualmente. Exploración, resolución de sencillos rompecabezas, inmersión en los secretos que este bosque nevado propone, y ese bonito sabor de boca que se volverá algo ácido cuando tengamos los momentos más oscuros que estos viajes siempre presentan.
Las pocas horas que el «género» acostumbra, siempre pueden alargarse un poquito más según queramos ir con más calma, y también aprovechar todas las acciones y eventos opcionales que Koira presenta. Supongo que a gusto de cada persona que emprenda el viaje, que cada cual lo maneje a su manera, sin que ser más rápido o más metódico signifique jugar «mal» a este juego.
Por establecer otra referencia, el también muy especial y encantador Planet of Lana proponía otro tipo de viaje y diseño jugable, también acompañados de una criatura muy especial tanto para resolver situaciones y puzles, como para crear un gran lazo afectivo. Ni sé cuantas veces acaricié a ese gato alienígena solo por el gusto de hacerlo, como aquí he hecho también con nuestro compañero, y otros animales y seres de este bosque. En ambos casos, la soberbia dirección artística es tanto un valor estético como narrativo muy potente. Por supuesto, el diseño sonoro también es vital en ambos títulos.
Koira aparece en un momento donde las propuestas más artísticas y sensoriales están a la orden del día, pero sin duda sabrá abrirse hueco. Por ello, tras esperar un éxito dentro de la franja en la que aparece, también espero que más gente pueda llegar a él en un futuro, en más sistemas, en ediciones físicas, y que sea uno de esos juegos como los que han ido apareciendo en esta entrada, imperecederos sin perder sus excelentes valores pasen los años que pasen, relanzándose en futuras generaciones de nuevas máquinas.