Para algunos, Outriders estaba llamado a ser una de las grandes promesas del año, para otros, un juego más sin nada destacable. Sea lo que sea, el caso es que el nuevo juego de People Can Fly –Painkiller, Bulletstorm y distribuido por Square-Enix ha resultado ser uno de los juegos más exitosos del ecosistema Xbox, en gran medida propiciado por su salida en el servicio Game pass desde el mismo día de su lanzamiento. Es hora de arrojar luz en este asunto y ver lo que tiene que ofrecernos este shooter de ciencia ficción.

Outriders es un looter shooter, uno de esos géneros que parece que están proliferando mucho en estos tiempos, y viene a -o pretende- hacerle la competencia a otros pesos pesados del mercado como Destiny 2 o Warframe. Outriders, sin embargo, tira por otros derroteros y se diferencia de los anteriores en dos cosas en concreto: su jugabilidad basada en coberturas y unos modos de juego centrados principalmente en la narrativa como su punto fuerte.

El juego que analizamos hoy nos habla de un futuro lejano en el que la tierra ha quedado inhabitable y los pocos supervivientes viajan hacía otro planeta inexplorado con la intención de colonizarlo y crear allí un nuevo hogar. Controlaremos a un outrider, un soldado de élite encargado de dicha misión. Sin embargo, las cosas no salen como esperaban y debido a motivos que no voy a contar, nuestro personaje termina criogenizado y se despierta varias décadas después, descubriendo que se encuentra en medio de una guerra entre dos bandos de la que no sabe absolutamente nada.

Como ya hemos comentado, el modo historia es el plato fuerte del juego, tan plato fuerte que lamentablemente es el único modo de juego que hay, ya que aunque estamos ante un juego multijugador, nunca ha habido intención de convertirlo en un shooter competitivo. En este caso, el multijugador pasa por jugar la propia campaña en modo cooperativo, pero no adelantemos acontecimientos todavía ya que lo explicaremos en otro apartado. Hay que decir en este punto que la campaña se acaba volviendo algo repetitiva al poco tiempo, pues lo único que haremos durante todo el juego es seguir la misma estructura de llegar a una nueva zona, superarla a base de arenas de enemigos y completar las misiones secundarias pertinentes que también consisten en disparar a todo lo que se mueve, no hay mucho más además de eso.

Tras crearnos a nuestro personaje y jugar el prólogo que sirve de tutorial, tendremos que empezar a elegir nuestro camino. Tendremos cuatro clases para escoger: Tecnomante, Embaucador, Devastador y Piromante, cada una con sus propias armas y poderes específicos. Una vez escojamos nuestra clase, nos quedaremos con ella para el resto de la partida y si queremos probar las demás tendremos que crearnos un nuevo personaje desde cero, por lo tanto debemos elegir bien lo que queremos.

La jugabilidad del título recuerdo mucho a la de la saga Gears of War principalmente, y esto no es una casualidad, ya que People Can Fly colaboró en el desarrollo de algunos títulos de la franquicia de Microsoft. Con una cámara en tercera persona, tendremos que atravesar los escenarios y aniquilando a las diferentes oleadas de enemigos que vayan apareciendo en cada estancia, al tiempo que utilizaremos un sistema de coberturas para protegernos y darnos un respiro.

Este sistema, no obstante, cuenta con algunos fallos que hacen que la experiencia no sea todo lo satisfactoria que podría ser. Muchas veces el sistema de coberturas falla al no ser tan intuitivo como parece, al pulsar el botón correspondiente nuestro personaje no se cubre y nos quedamos expuestos a disparos enemigos y viceversa, nos cubrimos cuando no queremos hacerlo. El gunplay, aunque parece sólido en un principio, pronto nos daremos cuenta de que algo falla, y es que tiene un sistema de detección de impactos extraño que hace que en muchas ocasiones los enemigos no reciban daño a pesar de que claramente le estamos dando, podemos estar disparando a sus brazos o piernas y el sistema no lo detectará como impacto, mientras que otras veces sí, al final acabamos fallando muchos de los disparos y la sensación que nos deja es la de aleatoriedad.

Como looter shooter ante el que estamos, el factor aleatorio cobra mucha importancia. Los enemigos aniquilados, así como los cofres que abramos, dropearán armas y equipamiento al azar de diferente nivel que usaremos para mejorar a nuestro personaje. Estos se dividen según su poder y su nivel de rareza, como suele ser la norma, aunque más adelante en el juego podremos modificarlos y mejorarlos mediante el uso de recursos. Lo cierto es que la variedad de equipamiento no es muy numerosa, los diseños se repiten mucho y hay pocas armas y armaduras únicas.

Pero además de las armas de fuego, otra de las grandes bazas con la que contamos son las habilidades personales. Estas habilidades las iremos obteniendo a medida que vayamos subiendo de nivel y realmente es un sistema más profundo de lo que parece, pues juegan un papel muy importante en la lucha. Al subir de nivel, obtendremos puntos de habilidades que luego podremos gastar en el árbol correspondiente para crearnos una buena build a nuestra medida y hay que decir que la diferencia se nota, no estamos ante el típico juego en el que los niveles están casi de adorno, en Outriders tener un nivel más o menos -al igual que el nivel de las armas- acaba marcando una diferencia notable y puede decidir el rumbo del combate.

Uno de los elementos que más me han gustado es el conocido como «Categoría de mundo», un sistema de dificultad adaptativo que se amolda a nuestra manera de jugar para compensar la diferencia de poder entre nuestro personaje y los enemigos. A medida que vayamos jugando y mejorando, el nivel de mundo aumentará y hará que se igualen -o incluso aumenten- las capacidades de los rivales para que estemos en igualdad de condiciones. Realmente no deja ser un tipo diferente del clásico autolevel, pero mejor planteado y organizado. De todas formas no es algo inamovible, si vemos que el combate resulta demasiado difícil, podremos rebajar el nivel de mundo en cualquier momento para nerfear a los enemigos, aunque eso hará que las recompensas que recibamos en las misiones sean peores y de menor rareza.

Entrando ya en el modo multijugador propiamente dicho, como ya comenté antes, la única opción disponible consiste en jugar la propia campaña en modo cooperativo y no hay otros modos de juegos aparte de ese. Al conectarnos al modo online, el sistema utilizará el matchmaking para colocarnos junto a usuarios de nuestro mismo nivel y que vayan por la misma parte de la historia para no tragarnos spoilers. Podremos juntarnos hasta tres outriders para jugar la campaña, ya sea entrando en la partida de otros usuarios o permitiendo que entren en la nuestra. Además de eso, tendremos juego cruzado entre todas las versiones, lo que permite que no haya problemas en encontrar partida.

Es hora de pasar ya al apartado técnico y lamentablemente no podemos decir grandes cosas de él. Sí, es cierto que el juego cuenta con unos altos niveles de producción y se nota, los gráficos son buenos, las cinemáticas están bien llevadas y el doblaje al castellano es ejemplar, pero el apartado artístico es bastante mediocre, genérico, no muestra nada que no hayamos visto ya mil veces en otros juegos similares y no resulta llamativo. Pero no es ese su peor defecto, lo peor de todo son los numerosos problemas de rendimiento que acarrea el juego: servidores en mantenimiento día sí y día también, crasheos constantes, un lag exagerado, congelaciones e incluso bugs varios. Recientemente ha sido publicado un parche que soluciona algunas de esas cosas, otras en cambio se solucionan trasteando con los archivos del juego, pero los que llevamos casi dos semanas jugando al juego en unas condiciones horribles hemos acabado hartos y nuestra confianza en el juego ha ido disminuyendo hasta casi rozar los mínimos.

Finalizando ya, la sensación que me deja Outriders es de….buen juego a secas, le he querido dar un voto de confianza al juego cuando pocos lo hacían pero aun así no me ha contentado todo lo que me hubiese gustado. Los numerosos problemas y errores de diseño que acarrea pesan demasiado y las expectativas hacen que pase de ser un juego notable a «que lástima que tenga estos errores, si no los tuviese sería un juego increíble». De todas maneras y confiando en que el juego se vaya puliendo cada vez más a través de parches, no deja de ser un juego bastante entretenido, largo y duradero al que podemos acudir de vez en cuando para pegar unos tiros, siempre que el juego nos permita acertar los disparos, claro.

 


Este análisis ha sido realizado en PC mediante una copia cedida por Koch Media