Hace varios años, en ese periodo de vacío entre el infame Crash: guerra al coco-maníaco y los remakes actuales, me puse a pensar en cómo debería ser un hipotético juego de Crash Bandicoot que siguiese la estela de la trilogía original. Se me ocurrió que lo que debía tener era una buena cantidad de niveles, más de los que nunca antes había tenido, además de ser más largos y con más variedad de caminos, pensé también que se podría introducir otro tipo de coleccionables para aumentar la rejugabilidad y por último introducir una mayor cantidad personajes jugables. Y hoy lo puedo decir alto y claro: Crash Bandicoot 4 no solo ha cumplido con todas mis expectativas, sino que las ha superado.

El encargado de obrar este milagro ha sido la desarrolladora Toys for Bob, empresa perteneciente a Activison y la cual, además de desarrollar el port de Crash Bandicoot N’sane Trilogy para Switch, fue también la responsable de remakear la trilogía de Spyro que también analizamos en nuestro portal.

Como ya se puede intuir, Crash Bandicoot 4: it’s About Time es una secuela directa de Crash Bandicoot 3 de PSX, pretendiendo ignorar todos los juegos posteriores -hasta cierto punto- desde la gris de sony hasta nuestros días. De hecho, el juego comienza justo después del final de la tercera entrega, con el Dr. Cortex y N.tropy atrapados en la era jurásica donde quedaron encerrados hasta que Aku Aku consigue abrir un portal dimensional por el que logran escapar. A partir de ese momento, Crash y Coco tendrán que desbaratar nuevamente los planes de su archienemigo en un viaje en el que incluso viajaremos a través de dimensiones paralelas.

La esencia clásica de la saga

Para empezar, no podemos hacer otra cosa más que aplaudir a Toys for Bob por el tremendo juego que ha desarrollado, pues el fan de toda la vida encontrará en Crash Bandicoot 4 todos los elementos de la saga original que llevaba años buscando y por una razón u otra no terminaban de estar presentes en anteriores juegos. El 4 de su título es más que merecido, ya que estamos ante una digna continuación que poco o nada tiene que envidiar a la trilogía clásica, incluso podría llegar a ser al revés.

Volvemos a encontrar el sistema de mundos independientes con varios niveles cada uno, normalmente 3 o 4 más un jefe final cada dos mundos. En esta ocasión la cifra total de niveles se eleva hasta 43, más que cualquier juego anterior de la saga, los cuales además son bastante largos y variados. En esta ocasión, podremos jugar tanto con Crash como con Coco en cualquier momento y en todos los niveles, con tan solo pulsar un botón en el mapa principal alternaremos rápidamente entre uno u otro, aunque no tiene más beneficio que el de jugar con ellos por pura preferencia personal, ya que en cuanto a jugabilidad y movimientos ambos se manejan exactamente igual.

Ya metidos en plena fase, Crash y Coco contarán con todo su arsenal de movimientos clásicos: el habitual giro, salto doble, deslizamiento y pisotón. Todo ello nos servirá para derrotar a los enemigos y conseguir todas las cajas. Si estamos acostumbrados a jugar los juegos originales o a la N’sane trilogy, notaremos que las físicas son muy parecidas pero con sutiles cambios a los que nos tenemos que acostumbrar. Ahora el manejo de los personajes es un poco más ligero de lo habitual y no tienen tanta inercia como antes, además de que el deslizamiento ha sido modificado para ofrecer un mayor control, ya que mientras antes solo podíamos deslizarnos por el suelo y encontrarnos con un precipicio significaba la muerte, ahora el deslizamiento se mantiene incluso en el aire, lo que nos va a evitar varias muertes absurdas y nos va a obligar a reprogramar nuestro cerebro para habituarnos a la nueva manera de jugar.

El objetivo sigue siendo el mismo: llegar hasta el final del nivel saltando en plataformas y derrotando enemigos para poder avanzar hasta el siguiente, y si por el camino conseguimos romper todas las cajas recibiremos una bonita y valiosa gema -y algunas más que explicaré más adelante-. En esta ocasión desaparecen los cristales rosas que permitían avanzar a nuevos mundos, ya no son necesarios y se han eliminado en favor de otro tipo de coleccionables más retantes. Por supuesto habrá que conseguir también las gemas de colores, para las cuales hay que cumplir ciertas condiciones especiales al igual que siempre.

Se siguen manteniendo los niveles bonus, esta vez con más mala leche que nunca. Ya sabéis el funcionamiento de esto: son minifases especiales que se encuentran dentro de los niveles y nos propone romper todas las cajas llegando hasta el otro extremo de la pantalla. No pasa nada si morimos dentro de estos bonus ya que no nos lo contará como una muerte más, son áreas en las que nos podemos explayar a gusto muriendo todas las veces que queramos sin miedo alguno a ser perjudicados.

Nuevamente vuelve el modo contrarreloj, que nos propone terminar los niveles en el menor tiempo posible mientras vamos rompiendo cajas que nos ayudan a detener el reloj durante unos segundos. Superar las contrarrelojes nos bonifica con reliquias de zafiro, oro y platino -y alguna más extra- en función del tiempo que tardemos en completarla, y ya os puedo asegurar que vamos a sudar ríos sangre para conseguirlo.

Regresan también los enfrentamientos contra los jefes finales, algo que misteriosamente no hay en todos los mundos. Nos enfrentaremos a toda la galería de villanos de siempre como N.Gin, N.Brio o N.tropy, entre otros, en enfrentamientos de lo más originales que nos van a gustar bastante. Algo extraño en esta entrega es que la dificultad de los jefes se ha simplificado, pues ahora contaremos con checkpoints en medio de la batalla que van a evitar que tengamos que comenzar desde el principio en el caso de que muramos.

Cantidad abrumadora de novedades

Más allá de mantener todos los elementos clásicos de la saga, Toys For Bob ha querido ir mucho más allá y se ha atrevido a hacer sus propias aportaciones a la franquicia, que no son pocas y dotan al juego de una profundidad enorme que le sienta de maravilla.

La primera diferencia la notaremos en los dos modos de juego que podremos seleccionar al principio, el modo moderno y el modo retro. El modo moderno nos ofrece un nuevo sistema de juego con vidas infinitas, mientras que el modo retro nos ofrece el clásico sistema de vidas limitadas que irán disminuyendo con cada muerte hasta llegar a cero, lo cual nos mostrará la pantalla de game over, aunque al recoger 100 frutas wumpa nos obsequiarán con una nueva vida. Alguno podrá pensar: «¿y no supone el modo moderno una simplificación enorme que facilita mucho el juego?» Os puedo asegurar que no, pero esto es algo que explicaremos más adelante.

La rejugabilidad se ha visto enormemente potenciada por una idea tan simple y sencilla que cuesta creer que no se haya pensado antes: añadir más gemas a cada nivel. Aparte de la habitual gema por conseguir romper todas las cajas, se han añadido otras tantas hasta poder obtener un total de seis por nivel: tres de ellas las obtendremos por coger el 40, 60 y 80% de toda la fruta wumpa total, otra más la conseguiremos si nos pasamos la fase muriendo menos de tres veces y la última consiste en encontrar una joya oculta que se esconde -muy bien escondida- en algún rincón del escenario.

La gran novedad de esta cuarta entrega son las máscaras cuánticas, que vienen a sustituir al anterior sistema de habilidades obtenibles al derrotar a los jefes finales. Unidas además a detalles argumentales de la trama, contaremos con cuatro máscaras que nos otorgarán poderes especiales: una nos permite ralentizar el tiempo, con otra podremos cambiar de plano dimensional, otra más nos deja hacer un giro infinito con el que poder planear y con la última podremos modificar la gravedad. Estas máscaras no podremos utilizarlas siempre que nos venga en gana, sino que estarán restringidas a tramos específicos de algunos niveles, pero su uso es muy especial y nos ofrece nuevas mecánicas a la hora de jugar que otorgan algo más de variedad al juego.

Crash y Coco no serán los únicos personajes jugables, de hecho podremos jugar con otros tres personajes diferentes más: el Dr. Cortex, Dingodile y Tawna de una dimensión alternativa en la que ha dejado de ser la típica damisela en apuros y se ha convertido en una justiciera. Con Cortex podremos atacar a distancia con su pistola de plasma y convertir a los enemigos en plataformas y camas elásticas, Dingodile podrá utilizar su cañón para aspirar cajas a distancia y Tawna contará con un gancho con el que desplazarse y balancearse. La particularidad de estos personajes, limitados a unos pocos niveles -el 90% restante lo jugaremos con Crash y Coco- es que se desarrollan al mismo tiempo que los sucesos acontecidos otros niveles, de hecho será habitual empezar la fase con alguno de estos personajes para después pasar a controlar a Crash en el mismo nivel.

Por primera vez en la saga contaremos con un modo multijugador local, aunque no como os imagináis. Este modo para dos jugadores llamado «pasa y juega» consiste simplemente en jugar a vidas, es decir, que si morimos le pasamos el mando a otra persona para que continúe jugando, por lo tanto ni podremos jugar ambos al mismo tiempo a pantalla partida ni en modo cooperativo. Si esto no nos convence y lo que queremos es enfrentarnos a otros jugadores, hasta 4 en total, tendremos otros dos modos extra: carrera contrarreloj y combo de cajas. El primero nos propone jugar por turnos para ver quien consigue acabar el nivel en menos tiempo, mientras que el segundo consiste en romper el mayor número de cajas para ir aumentando el multiplicador y conseguir la mayor puntuación. No son malos modos, quizás no muy atrayentes pero ahí están para quien quiera jugarlos y alargar la vida útil del juego un poco más.

Por último, tendremos otro modo extra llamado «salto al pasado», consistente en una serie de niveles especiales a modo de desafío en el que tendremos que romper todas las cajas posibles. Estos desafíos son muy parecidos a las fases bonus que encontraremos dentro de los niveles, pero aún más complicados y sin apenas suelo firme en el que poder descansar. Según la cantidad de cajas rotas, nos obsequiarán con un premio de zafiro, oro y platino al igual que las reliquias contrarreloj. Para poder desbloquear estos niveles, tendremos que encontrar otro tipo de coleccionables en los niveles en forma de cinta VHS, la cual solo se puede conseguir si llegamos hasta ella sin morir ninguna vez, en caso contrario se volverá transparente y no podremos obtenerla.

«El Dark Souls de los plataformas»

Hace unos años y coincidiendo con la salida de la N’sane Trilogy, un redactor de un famoso medio periodístico dijo la frase arriba mencionada en referencia a la dificultad de los juegos. Ahora Toys for Bob, no se sabe si por darle bola a la broma o tomárselo como un reto personal, ha decidido que la comparativa con la famosa saga de From Software sea real. Y es que Crash Bandicoot 4 es difícil, extremadamente difícil, no ya en comparación con el resto de la saga sino como juego en general. Tal es su dificultad que a fecha de estar redactando esto, son menos de 40 personas las que han conseguido el 100% del juego según una famosa web de rankings de logros, y muchas menos las que han obtenido todos los trofeos. Hace poco leí a alguien diciendo que el juego más bien era «el Donkey Kong Tropical Freeze de los plataformas 3D», y creo que dicha comparación es más acertada si cabe.

En los anteriores juegos era bastante habitual el comenzar un nivel y llegar hasta el final habiendo conseguido todas las cajas y coleccionables posibles. En Crash Bandicoot 4 nos tenemos que olvidar de eso, de hecho lo normal será llegar hasta el final del nivel y ver cómo nos hemos dejado algunas cajas por el camino, preguntándonos como ha podido ser posible si hemos roto todas las que estaban a nuestra vista Y es que en esta entrega las cajas en cada nivel no solo han duplicado -incluso triplicado- su número, sino que algunas están escondidas a mala idea en recovecos del escenario donde no se nos ha ocurrido mirar o incluso se encuentran fuera de cámara. Contaremos con una cámara semifija que podremos mover hasta cierto punto, lo cual nos puede descubrir la localización de algunas de esas cajas ocultas, pero no siempre podremos contar con ese recurso ya que algunas no será posible ni verlas de esa manera.

También es importante mencionar que nos será muy complicado conseguir todas las gemas a la misma vez, al menos en las primeras jugadas, pues para conseguir todas las cajas vamos a morir bastantes veces, mientras que si queremos conseguir el premio de morir menos de tres veces será aconsejable prescindir de algunas cajas. Pero todos estos consejos nos serán inútiles cuando descubramos las carreras perfectas, en las que tendremos que conseguir las 5 gemas del nivel -pudiendo prescindir de la gema oculta- sin morir ni una sola vez, un logro al alcance de muy pocos que dispara de manera abrumadora la dificultad de esta entrega.

Personalmente tengo sentimientos encontrados respecto a esta nueva dificultad. Por una parte, creo que es un tipo de dificultad que nunca ha pretendido tener en anteriores entregas y un jarro de agua fría para los completistas y los que esperaban un juego más relajado. Por el otro lado, es cierto que no muestra ni dificulta nada que no se haya visto en anteriores entregas, los picos de dificultad en este juego ya los hemos visto antes en niveles como los famosos The High Road o Stormy Ascent, solo que aquí este tipo de niveles serán el pan de cada día y no una excepción. Reconozco que si este juego hubiese sido de otra franquicia diferente y no de Crash Bandicoot, probablemente lo hubiese abandonado hace mucho, pero como enorme fan del marsupial que soy, el empeño de continuar jugando sigue ahí con más fuerza que nunca.

Pero no nos hagamos una idea equivocada, no estamos ante un juego imposible, de hecho tiene una dificultad bastante adaptable. Cuando en primera instancia veamos niveles en los que gastaremos fácilmente más de 50 vidas y nos parecerán una auténtica locura, en posteriores rejugadas veremos que no nos parecerán tan complicadas como al principio, gracias en gran parte a nuestra experiencia conseguida tras tantas horas de juego y la adaptación a las físicas y a las mecánicas del personaje. Es perfectamente posible completar el 100% -o más- del juego, pero requiere de una dedicación de tiempo y esfuerzo tan grande que muy pocos estarán dispuestos a sacrificar.

Sobresaliente en lo técnico

Pasando a valorar el apartado visual, éste es sencillamente espectacular. Su magnífico aspecto cartoon, el colorido y las animaciones de los personajes bien podrían pasar por una serie de animación actual, además de contar con uno de los mejores y más fieles diseños de Crash desde las entregas originales, tanto que ahora me cuesta ver al Crash de la N’sane trilogy sin que su aspecto me resulte chocante. Respecto al rendimiento, en Playstation 4 estándar y en Xbox One se moverá a una tasa habitual de 40 frames y tendremos el framerate desbloqueado, aunque en ocasiones notaremos bastantes cambios de velocidad de frames según los tramos debido a eso. En PS4 Pro y Xbox One X, sin embargo, el juego se moverá de manera totalmente fluida a 60 fps totalmente sólidos e inamovibles.

Mención especial al diseño de niveles: a la altura de los niveles más míticos de la saga, pensados y calculados al milímetro para que no resulten un paseo pero tampoco nos parezcan imposibles. Será habitual que estemos todo el rato pensando cosas como «he saltado en este punto y he muerto, voy a probar a saltar un poco antes o intentar un salto con deslizamiento a ver si así…» que nos llevará a replantear nuestra estrategia a cada momento. Algo que no me ha terminado de convencer es que cada mundo tiene únicamente niveles centrados en dicha temática: mientras que en anteriores entregas nos podíamos encontrar un nivel basado en Egipto y otro de tipo futurista en un mismo mundo, si en este juego entramos en el mundo pirata solamente tendremos niveles con ambientación pirata, por poner un ejemplo, lo que se puede hacer un tanto monótono.

Me gustaría aprovechar para aclarar una cosa respecto al número de niveles: ¿es cierto que contamos con más de 100 niveles tal y como decían los rumores? pues sí pero no. Me explico: el juego cuenta con 38 niveles diferentes -43 si contamos los bosses- y no hay mayor cifra que esa, sin embargo en cierto punto del juego se desbloquearán los niveles N’vertidos, que no son más que los mismos niveles pero jugados en modo espejo y bajo ciertas condiciones especiales, los cuales además cuentan con sus propios coleccionables por separado. Por lo tanto, sumando los 43 niveles originales, sus 43 versiones inversas y los 21 desafíos de Salto al pasado, es cierto que superamos la cifra de los 100 niveles.

Respecto al sonido, el juego se encuentra doblado al castellano con un nivel bastante alto, a pesar de que la mayoría del elenco de voces sean nuevas respecto a otras entregas. En cuanto a la banda sonora, esta corre totalmente a cargo de Walter Mair, quien ya ha trabajado en franquicias como Call of Duty y Grand Thef Auto, consiguiendo temas con inspiración tribal que nos retrae a las composiciones más míticas de la saga. Es cierto que quizás es una banda sonora algo floja en comparación con el resto de entregas, no tiene muchos temas que se nos queden en la cabeza al menos de manera superficial, pero si nos paramos a analizar cada canción veremos que todas tienen un gran nivel.

En cuanto a la duración, Crash Bandicoot 4 es la entrega más larga de toda la franquicia con muchísima diferencia. Completar el modo historia jugando de manera normal, sin pararnos a conseguirlo todo pero tampoco yendo a saco, nos puede durar unas 13-14 horas, más que toda la trilogía original junta, y si a eso le sumamos toda la rejugabilidad que tiene y conseguir todos los coleccionables, podemos rondar perfectamente las 40 horas de duración.

Conclusiones

Podríamos afirmar sin temor alguno a equivocarnos que Crash Bandicoot 4: It’s About Time es la mejor entrega de la saga. Toys for Bob ha ofrecido una auténtica Masterclass sobre como coger una franquicia prácticamente muerta -a excepción de los remakes que ya partían de una base ajena- y no solo devolverle toda su grandeza, sino incluso superarla y mejorarla de manera increíble. No temáis por el futuro del marsupial, pues está en las mejores manos posibles, la digna sucesora de Naughty Dog existe y se llama Toys for Bob.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Activision