Este análisis ha sido realizado en Nintendo Switch mediante una copia cedida por PLAION

Outward vio la luz por primera vez en 2019 de la mano de Nine Dots y Deep Silver para PlayStation 4, Xbox One y PC. En 2022 y después del lanzamiento de dos DLCs vio la luz una versión definitiva que además aprovechaba para ser lanzada también en PlayStation 5 y Xbox Series además de las tres plataformas anteriores. Esta versión definitiva integraba todo el contenido descargable de manera orgánica en la aventura desde el primer momento, añadía algunos cambios y mejoras en la jugabilidad, más contenido, y una mejora técnica generalizada. Esta edición definitiva es la que nos llega hoy a Nintendo Switch de la mano del estudio SneakyBox.

Si no habéis oído hablar antes del juego de Nine Dots, estamos ante un RPG occidental de corte clásico que implementa elementos de supervivencia en su jugabilidad con un combate exigente y un progreso lento y laborioso, no apto para todos los públicos, en el que no recibiremos apenas detalles de que rumbo llevar o como progresar y en el que cualquier enemigo puede ponernos las cosas muy difíciles durante las primeras horas. Esto requiere que el jugador sea paciente y vaya haciéndose con el juego poco a poco mientras se va dominando todas sus mecánicas jugables.

La historia comienza al despertar cerca de la orilla de una isla totalmente desconocida para nosotros, a la que llegamos tras emprender una expedición con un barco en busca de riquezas, el cual, tras una tormenta, acaba hundiéndose, convirtiéndonos en uno de los pocos supervivientes de la zona. Después de encontrar a uno de los que también logran sobrevivir al naufragio, emprenderemos el regreso a nuestro hogar. Una vez de vuelta a casa, en Cierzo, nuestra tierra natal, y después de descansar de la mala experiencia del naufragio, descubriremos que el pueblo exige que paguemos nuestra deuda de sangre, un pago de 150 monedas que debemos por las acciones llevadas a cabo por nuestros antepasados y que nos tocará satisfacer.

La manera de recaudar el dinero dependerá de cada jugador. Outward ofrece una libertad total a la hora de movernos y de enfocar nuestra historia. El único requisito que se pide es que tenemos un margen de 5 días para hacer el pago o nos quitarán nuestro faro y todos los bienes que poseemos. Una vez superada esta primera parte que podría considerarse como una introducción o tutorial para acostumbrarnos al personaje y a sus movimientos, llega la hora de la verdad. Tendremos que elegir entre cuatro facciones distintas para poder seguir nuestra aventura: La Sagrada Misión de Elatt, El colectivo de la Cámara Azul, el Heroico Reino de Levante, o la Academia Sorobor -añadida en uno de los DLCs-. Dependiendo de nuestra decisión, el juego se irá desarrollando en determinadas zonas zonas, lo que permite un alto grado de rejugabilidad.

Como hemos dicho, al rol más clásico se le una la supervivencia, nuestro personaje irá cargado con una mochila con un almacenamiento limitado y si sobrepasamos el peso que el protagonista puede llevar encima, se ralentizará su paso y se cansará más rápido. Por otra parte, hay que estar muy pendiente de las necesidades básicas del personaje. Le afectará la temperatura, tendrá hambre y sed, tendrá estados alterados como confusión y podrá incluso enfermar. Por todo ello, el descanso se convierte en un factor importante. Si estamos provistos de un petate, podremos desplegarlo donde queramos y descansar de nuestro arduo día. Así podremos reponer nuestra vida, reparar aquellos objetos que estén deteriorándose por el uso o evitar emboscadas mediante guardias.

Pero el dormir tiene consecuencias y es que nuestro personaje se encontrará más sediento y hambriento, por lo que deberemos tener provisiones para paliar los efectos de tantas horas sin comer o beber. Si antes de ponernos a descansar el personaje tiene una sed atroz o un hambre voraz no se nos permitirá tener un sueño reparador, deberemos subsanar esas necesidades básicas antes de dormir. Toda esta mezcla de mecánicas e influencias funciona estupendamente y Outward, si eres parte del publico al que va dirigido, consigue atrapar y resultar muy entretenido, ofreciendo centenares de horas de contenido gracias a las dos expansiones incluidas, The Soroboreans y The Three Brothers. Y no hay que olvidar que podremos jugar toda la aventura a dos jugadores en modo online.

Gráficamente, Outward se ve como un juego tosco. Los modelados son muy pobres y  los diseños de los paisajes son muy básicos, y podremos observar matorrales muy mal implementados cuando nos encontramos a cierta distancia, cambiando y volviéndose algo más vistosos y mejor modelados cuando estamos cerca de ellos. Si el apartado técnico y visual en otras plataformas no era gran cosa, el paso a Switch no ha cambiado esto, sino todo lo contrario, aunque también hay que entender que estamos ante una producción de bajo presupuesto. Otra cosa es su apartado sonoro. Outward cuenta con una banda sonora impecable donde se disfruta de una melodía que acompaña en cada momento del día en el que nos encontramos.

En conclusión, Outward: Definitive Edition es un juego de Rol clásico con elementos de supervivencia que quizá no sea apto para todos los públicos por su alta dificultad y su necesidad de un periodo de aprendizaje de varias horas si queremos desenvolvernos con garantías en su basto mundo -además de las dos amplias zonas que añaden los DLCs-. Estamos ante una aventura que a pesar de todo resultará gratificante y divertida a los fans de los juegos de rol que busquen un buen reto. Además, la posibilidad de rejugar el juego en función de la facción elegida hace que el título gane un mayor atractivo ya que nos puede proporcionar innumerables horas de entretenimiento. Por contra su apartado técnico y visual podría haber dado mucho más de sí incluso en Nintendo Switch.