La verdad es que las novelas visuales -o visual novels, o simplemente VN- no es de los géneros que más me atraigan, por no decir que directamente lo evito. Pero en ocasiones como esta me toca analizar juegos de este género y eso es lo que vamos a hacer hoy con Roommates, obra del estudio Winter Wolves que son todos unos expertos en este tipo de juegos y distribuido a consolas por la siempre polifacética Ratalaika Games. Vamos a ver que nos encontramos aquí.

Hay que decir que dentro de las visual novels, Roommates se engloba dentro del subgénero «Dating sim», que sigue la misma mecánica de leer texto y tomar decisiones pero entran en juego una serie de características cuyo objetivo final es establecer relaciones sentimentales entre los distintos personajes, o incluso directamente relaciones sexuales -en cuyo caso se les llama «eroge»-.

En Roommates, como su propio nombre indica, asistiremos a una residencia de estudiantes en la que alojarnos durante el próximo curso. Max y Anne son dos jóvenes que deciden alojarse en dicha residencia porque su presupuesto no les alcanza para una mejor opción, allí tendrán que convivir junto a otros cuatro compañeros de piso a los que irán conociendo poco a poco y haciendo planes con ellos, todo ello sin dejar de lado las clases y los estudios.

Al iniciar partida, seleccionaremos a uno de los dos personajes disponibles: Max o Anne. Cada uno tiene su propia historia y sus propias relaciones, algunas de ellas incluso de carácter LGTBI, aunque también habrá eventos comunes en los que se encontrarán ambos protagonistas junto a los otros. A lo largo del juego podremos entablar relación con los 6 personajes del juego, tanto principales como secundarios, a veces de manera romántica y otras veces simplemente de amistad.

Lo cierto es que este juego no se diferencia demasiado del resto de juegos del mismo estilo y tira de clichés para formar sus historias y sus relaciones: que si el juego de «Yo nunca…», que si una fiesta con alcohol de por medio, el típico encontronazo en el baño cuando alguien se está duchando…..toda situación es válida para flirtear con los personajes y hacer avanzar las relaciones de los mismos. En este sentido, tiene poco que aportar al género y se queda en un más de lo mismo.

Pero no todo es malo, ya que su trama acaba funcionando bastante bien. Ya sabéis que en un juego de este tipo totalmente limitado en el aspecto jugable -o directamente nulo-, se juega todo su atractivo a la baza del argumento, y en ese aspecto cumple de sobra. La historia y las situaciones son divertidas, los diálogos son frescos y bien desarrollados, así como el carácter de sus personajes. En general, tendremos interés en continuar la historia y en la toma de decisiones.

Pero no solo de decisiones y relaciones se nutre Roommates, recordemos que estamos en una residencia estudiantil y debemos asistir a clase. Entre evento y evento, nos aparecerá el calendario de eventos -valga la redundancia-, un calendario semanal distribuido en mañana, tarde y noche en el que tendremos que seleccionar la actividad que queremos realizar. Esto también influye en la toma de decisiones, pues asistir a clase nos quitará tiempo para participar en eventos en los que aumentar la afinidad con los personajes, pero si ignoramos las clases podremos alterar el rumbo de los acontecimientos y descuidar nuestras obligaciones, mandándonos a casa y dejándonos sin ver todo lo que podemos ver en el juego.

Como es evidente, tendremos múltiples finales que visualizar dependiendo de las decisiones tomadas, por lo tanto la rejugabilidad del título es bastante amplia. Para que no se nos haga tan pesado a la hora de empezar nueva partida con la intención de ver otros finales, contaremos con un botón de avance rápido que saltará los diálogos a toda velocidad hasta llegar a la siguiente decisión, momento en el que se detendrá para que elijamos a gusto. Otras opciones disponibles son el avance automático en el que los diálogos van avanzando a un ritmo pausado y legible, o bien el avance manual, con el que nosotros decidiremos cuando pasar los textos pulsando el botón correspondiente.

En lo visual, si bien los escenarios y personajes están bien dibujados, la variedad es más bien escasa y monótona, las poses de los personajes son siempre las mismas con ligerísimas variaciones. En cuanto al sonido, sorprende que la banda sonora esté compuesta de temas pop-rock, a veces incluso vocales, aunque pueden llegar a ser cargantes a la larga por su estridencia en las guitarras eléctricas. No tendremos voces de ningún tipo, toda la historia la obtendremos vía texto, lamentablemente el castellano no está entre las opciones disponibles y el nivel de inglés exigido es medio alto, por lo que podremos perdernos muchas cosas.

En resumen, si bien Roommates es uno de los mejores juegos que podemos encontrar en el género de las visual novel, no deja de tener sus defectos y su falta de innovación. Aun así, es un juego atractivo para los seguidores de este tipo de juegos, con una trama divertida y unos personajes interesantes a los que ir conociendo, pero eso sí, no busquéis una jugabilidad profunda en esto porque no la hay.

 


Este análisis ha sido realizado en PlayStation 4 mediante una copia cedida por Ratalaika Games