¿Es posible mezclar géneros tan dispares como el simulador de skate con el metroidvania y que el resultado quede bien? Se puede y Seafrog es la prueba fehaciente de ello. Este título, desarrollado y distribuido por OhMyMe Games, nos muestra cómo elementos que de normal no pegarían ni con cola acaban teniendo un resultado excelente siempre que las cosas se hagan bien. Además, sale hoy mismo en exclusiva para Steam.
En Seafrog nos trasladamos a un mundo completamente inundado en el que la supervivencia y la vida diaria se desarrolla dentro de barcos. Nuestro protagonista, una rana especializada en mecánica, navega a la deriva en un pequeño bote salvavidas cuando de pronto cae por una cascada y queda atrapado en una especie de cementerio de barcos. Con ayuda de un capitán de barcos digital, tendremos que ir explorando la zona para conseguir reparar nuestro navío y escapar de allí.
Ya de primeras el juego causa muy buena impresión en el aspecto visual, con unos gráficos low poly y animaciones de bajos fps que por momentos nos hace creer que estamos ante un trabajo de stopmotion. Además hace gala del sentido del humor visual, pero éste es totalmente sutil y sin que adquiera todo el protagonismo, ya que Seafrog prefiere concentrar todos sus esfuerzos en la jugabilidad y en el desarrollo del juego.
Como hemos comentado anteriormente, la característica principal de este juego es que sabe fusionar con maestría el género metroidvania plataformero con el simulador de skate. Nuestra rana cuenta con un monopatín un tanto especial que no es otra cosa que una llave inglesa en la que se puede montar para ir avanzando por los diferentes barcos y estancias de los mismos. Esto es algo que le da un toque único y original a estos géneros que ya están tan explotados.
Nuestra llave-monopatín será nuestra principal herramienta y medio de transporte. Subidos en ella podremos deslizarnos por raíles, paredes, saltar, reparar averías e incluso atacar. A medida que hagamos técnicas y trucos con nuestro patín, se irá rellenando el medidor tanto de puntuación como de turbo, lo que nos permitirá alcanzar lugares que se encuentran a mayor altura y no alcanzamos de manera normal.
El núcleo jugable de Seafrog consiste en ir explorando y avanzando por los diferentes barcos que se encuentran a nuestro alrededor para ir consiguiendo energía que nos permita llegar cada vez más lejos. Cada barco cuenta con una interesante variedad de salas interconectadas unas con otras que tendremos que ir explorando una por una para ir abriendo a su vez nuevas salas y así recorrer la totalidad de cada navío, recuperando los objetos y coleccionables que allí se encuentran.
En cada una de estas salas encontramos un desafío concreto que habrá que superar para dejar limpia toda la habitación. Esto puede variar desde superar un circuito de obstáculos sin tocar el suelo, conseguir una determinada puntuación dentro de un tiempo límite e incluso eliminar a cierta cantidad de enemigos, lo cual conseguiremos atropellándolos con nuestro patín mientras utilizamos el turbo. Lo cierto es que esta mecánica nunca decae ni se hace pesada, es bastante divertido intentar conseguir el 100% del juego al tiempo que nos sentiremos motivados al ver como va mejorando nuestra técnica y habilidad con el mando cada vez más.
Para ayudarnos en esta tarea, podremos ir mejorando a nuestro personaje y nuestro patín a través de los chips de modificación que encontraremos a lo largo del juego. Gracias a estos chips obtendremos mejoras como tener más puntos de salud, aumentar el multiplicador de trucos, una mayor duración del turbo o correr más rápido con nuestro vehículo. La cuestión es que nuestro inventario es limitado y tan solo podremos llevar equipados una pequeña cantidad de chips simultáneamente, aunque podremos intercambiarlos en cualquier momento. Además, es importante elegir bien estos chips según las condiciones de cada sala, ya que habitualmente por cada beneficio que nos otorgan hay otra estadística que sale perjudicada a cambio. De esta forma, si por ejemplo en una sala debemos eliminar a todos los enemigos, es conveniente equiparnos chips que nos den más puntos de salud aunque a cambio se vea afectada nuestra velocidad o la cantidad de puntos.
Y a grandes rasgos, ese es posiblemente el mayor acierto de Seafrog, el ser capaz de conseguir mucho con tan poco. La mecánica principal siempre es la misma, deslizarnos por paredes y raíles con nuestro patín, sin embargo gracias a los chips de mejora y al increíble diseño de niveles se logra que cada habitación ofrezca una experiencia completamente nueva en cada ocasión, como si cada sala se tratase de un pequeño puzle en sí misma. Y lograr una cosa así es algo muy meritorio.
En lo visual ya hemos hablado del juego, del encanto de su aspecto low poly y de cómo juega en favor del título. Lo que también hay que comentar es la suavidad de las animaciones y el excelente rendimiento, el cual nunca baja de sesenta fotogramas por segundo. En cuanto al apartado sonoro, nos acompañarán melodías principalmente de rock, normalmente un par de ellas por cada barco, mientras que los efectos de sonido del patín deslizándose ayudan a ambientar la acción cumpliendo sin más. La parte negativa aquí la encontramos en la traducción, ya que únicamente contactaremos con textos en inglés y francés y aunque las conversaciones no son completamente necesarias para el desarrollo del juego, sí que tienen su punta de interés y es una pena que haya gente que quizás no llega a entenderlas debido a esto.
Seafrog no es solo una mezcla genial de géneros, es una experiencia fresca, adictiva y bien ejecutada que demuestra que la originalidad en los videojuegos sigue viva. Su jugabilidad ingeniosa, su estilo visual encantador y su diseño de niveles brillante lo convierten en un título imprescindible para quienes buscan algo diferente, desafiante y, sobre todo, divertido. Si te gustan los juegos que te hacen dominar al dedillo las mecánicas y que te recompensan con una sensación de progreso constante, Seafrog es un título que no debemos dejar escapar.